El tanque, según la ficha proporcionada por fábrica, anuncia una capacidad más que interesante para el segmento, con 16 litros que se reabastecen mediante una tapa rasante. De conseguida y estudiada ergonomía dicho depósito permite acoplarnos con las piernas al conjunto sin ningún tipo de esfuerzo. Dos aspectos que nos indican la aptitud del modelo para el uso diario son el asiento y la posición de los pedalines del piloto.

El asiento es un dos piezas de más que correcto mullido en ambas plazas y que, si bien no sobra el espacio, resulta lo suficientemente cómodo para cubrir trayectos de corto y mediano alcance. La ubicación de los pedalines (observación solo válida para los del piloto) no obligará a una flexión de piernas demasiado acusada, siendo este otro punto que evitará cansancio prematuro. La ubicación elevada de los pedalines del pasajero (sin recubrimiento de goma) como las escuetas asas de sujeción disimuladas en el colín no califican como una crítica relevante en este tipo de motos que el usuario valora por otro tipo de características y en la que mayormente rodará en solitario. Completa el lateral derecho un bonito silenciador de marcadas aristas con tapa final gris aluminio y protector anti quemaduras.

La buena percepción de calidad también se hace presente al ponernos a sus mandos, con una robusta tija superior que soporta los semimanillares en una altura que no recarga de peso en las muñecas. Este último es otro punto a favor a la hora de darle un uso cotidiano. El instrumental de fácil y rápida lectura es mixto, con un cuadrante a la izquierda para el tacómetro y una pantalla digital de retroiluminación azulada con la siguiente data: velocidad, nivel de combustible, marcha engranada y odómetro total y parcial. Comandos de buena calidad y funcionamiento, con tirador de cebador presente en la piña izquierda. La visión ofrecida por los espejos y montados sobre el carenado frontal siempre resulta un punto conflictivo en las deportivas, no obstante luego de probar varias posibles regulaciones y buscando el ángulo con la cabeza, pudimos observar lo que sucede por detrás.

El impulsor de la GPR es uno de los “dos y medio” más finos en su funcionamiento y mejor balanceados de los de origen asiático. Monocilíndrico de 223 cc, bastante cuadrado en las dimensiones del cilindro (65,5 mm diámetro x 66,2 mm carrera), OHC, carburado, arranque solo eléctrico y refrigerado por aceite. Con 18 CV de potencia y 17 Nm de par a 6.000 rpm despliega lo mejor de sí en el final del cuentavueltas, con una respuesta para nada despreciable en bajos y medios.

Es un motor que quizá resigna algo de prestaciones, pero que devuelve una suavidad de funcionamiento que habla por sí misma ofreciendo un estudiado balanceo interno y una correcta puesta a punto. Las contenidas vibraciones, por tratarse de un “mono” de origen chino, avalan lo anterior y solo se hacen presentes y sin ser escandalosas a altas rpm. La velocidad final está en el orden de los 130 km/h y la consigue con relativa facilidad gracias al correcto escalonamiento de su caja de 6 marchas de corto y preciso accionamiento. Por tratarse de un contacto, no pudimos tomar dato del consumo y fábrica tampoco lo declara. Sin embargo, podemos augurar una autonomía de como mínimo 300 km gracias al generoso tanque de 16 litros.

Por el lado de las suspensiones recurre a una horquilla invertida y a un monoshock con regulación de precarga en el resorte. Los tarados de suspensión benefician el comportamiento dinámico en asfaltos parejos y veloces sin resignar un desempeño decente al circular por calles que distan de ser un billar. En estas circunstancias debemos recordar que estamos sobre una deportiva con poco y ajustado recorrido de suspensión y será suficiente con solo bajar un poco el ritmo para poder anticipar y sortear los pozos, lomos, etc. que nos “regala” la ciudad.

Los cambios de dirección se negocian fácilmente gracias a un contenido peso del conjunto (150 kg en orden de marcha) y a una conseguida rigidez del chasis. La calidad “low cost” de los cauchos chinos limitará a la GPR tanto en las volcadas como en las frenadas; ya que el equipamiento para detenerla es el adecuado con disco en ambos ejes y pinza de doble y simple pistón adelante y atrás, respectivamente. El tacto en la manija es progresivo y no provoca sustos en su accionamiento. Detrás habrá que ser más cuidadosos ya que la tendencia a bloquear podría estirar la distancia de frenado.