El asiento está forrado en tapizado antideslizante y presenta la inscripción de la marca a los lados. El mullido es correcto, pero el espacio es cómodo solo para un ocupante. Por detrás de este, se fijó un caño redondo que hace las veces de asa de sujeción o bien puede utilizarse para atar alguna carga menor. Solo tiene gráficas que identifican el modelo en el carenado lateral debajo del asiento. Otro aspecto que suma en la percepción robusta de este scooter es que la base siempre es negra y solo el frente del escudo, el guardabarros delantero y los carenados laterales lucen acabados de pintura.

Como ya mencionamos, el desfachatado Weapon será cómodo para conductores de contextura baja y media, e ideal para circular en solitario. Los viajes con acompañante son solo recomendables para trayectos cortos. El cuadro de instrumentos es básico, pero ofrece lo esperado. Es totalmente analógico, de fácil y rápida lectura y cuenta con una esfera central para el velocímetro y un cuadrante a la derecha para medidor de nivel de combustible. A la izquierda acompañan los testigos de los intermitentes y el de luz alta/cruce. Podríamos reprochar el odómetro parcial, ya que cuenta solo con el total en el cuadrante principal.

El manillar se encuentra despojado de cualquier tipo de cobertor, mientras que los comandos son de calidad promedio y de buen funcionamiento. Los soportes y los espejos de forma hexagonal tienen un bonito diseño y, además, cumplen su función como corresponde. Los cubremanos de neto corte deportivo acompañan y suman en lo funcional y en lo estético.

Las suspensiones por su seteo son un tanto más confortables que las de la mayoría de los scooters de igual origen. Esta configuración junto a los 85 mm de recorrido de la horquilla y de los 65 mm del juego de amortiguadores posteriores le otorgan ciertas licencias a la hora de encarar baches e imperfecciones del asfalto. A su vez, gracias a sus reducidas dimensiones y peso (110 kg) es ágil y maniobrable en medio del tráfico. El freno delantero resultó suficiente y de fácil dosificación, mientras que el trasero nos pareció un tanto esponjoso en su tacto. No obstante, al usarlos en conjunto detienen el scooter en distancias correctas.

El monocilíndrico cubica exactamente 149,6 cc, tiene 2 válvulas, y es alimentado por carburador y refrigeración forzada por aire. La potencia declarada por el fabricante es de 8 CV a 8.000 rpm, valor más que suficiente para movernos ágilmente por nuestras colapsadas ciudades. Es una mecánica sencilla y de muy bajo consumo, ya que registra 2,5 litros para cubrir el centenar de kilómetros. Esto y los 5,8 litros de capacidad que ofrece el tanque de combustible auguran una autonomía más que interesante para los desplazamientos urbanos.

La puesta en marcha se realiza mediante arranque eléctrico o por medio de la confiable patada. En ambos casos es rápido y sereno. El embrague es centrífugo automático y la transmisión de variador continuo. Las vibraciones son relativamente contenidas, siendo más acusadas en el momento de vencer la inercia. La aceleración es buena desde cero hasta alcanzar su velocidad máxima cercana a los 90 km/h.