Una de las motos más prometedoras deja de venderse por este motivo
De las más altas expectativas a lo peor y que nadie imaginaba. Los motivos por los que una moto eléctrica y deportiva no se ofrecerá más.
En un capítulo más de motos eléctricas y futuristas prometedoras que quedan frustradas, esta vez la Damon Electric es la protagonista. Se trata de una de las empresas más importantes en el desarrollo de megadeportivas libres de emisiones y parece estar al borde del abismo.
Lo que alguna vez fue un proyecto con grandes expectativas, hoy enfrenta serios problemas que amenazan su continuidad. Sin embargo, y aunque no sea la primera vez que esto ocurre, la Damon Electric presenta motivos particulares que la llevaron a lo más negativo: la desaparición definitiva.
Un sueño electrificado que se desvanece
La startup canadiense captó la atención del sector al prometer una motocicleta con 200 CV de potencia y un diseño vanguardista. Sin embargo, detrás de esta propuesta futurista comenzaron a surgir inconsistencias que la hicieron pasar de las más altas expectativas a quedar próxima a su cese total.
A pesar de haber mostrado un prototipo funcional en redes sociales, se descubrió que la parte eléctrica provenía de una Zero Motorcycles, mientras que el chasis de este modelo correspondía a una Yamaha R1. Además, muchas de sus piezas fueron impresas en 3D para disimular su procedencia, lo que implicó un golpe de realidad y una baja de expectativas que la acercaron al peor y menos imaginado final.
Esta estrategia podría haber sido una forma de desarrollar nuevas tecnologías antes de implementarlas en su propia línea de producción. No obstante, la falta de transparencia en su proceso generó desconfianza en la industria y en los posibles inversores. Si había un público expectante, la demanda futura también se vio afectada.
Dificultades internas y fuga de talento
La realidad es que el declive de la startup norteamericana no se debe solo a problemas técnicos, sino también a una crisis interna. En los últimos meses, sufrió importantes cambios en su directiva y despidos masivos. Entre las pérdidas más significativas están Dominique Kwong y Derek Dorresteyn, dos de los pilares fundamentales del proyecto. Juntos, habían registrado más de 40 patentes clave para la innovación de la marca.
Asimismo, la partida deja a la empresa en una posición crítica, ya que las tecnologías que pretendían revolucionar el sector de las motocicletas podrían quedar en el olvido. Como si fuera poco, la dirección de Damon Electric fue catalogada como caótica y egoísta, lo que agrava la situación y aleja cualquier posibilidad de rescate.
En otras palabras, la situación de esta compañía es crítica en todo sentido. No se trata solo de una moto que ya fue reservada por decenas de personas (con lo negativo que eso ya resulta). El cese definitivo de las actividades es inminente y nada hace pensar lo contrario.
Aunque Damon Electric demostró intenciones genuinas de innovar, las dificultades técnicas y organizativas han puesto en jaque su viabilidad. Si la empresa no logra reestructurarse y recuperar la confianza del mercado, su desaparición será cuestión de semanas.
Asimismo, este caso subraya los desafíos que enfrenta la industria de las motocicletas eléctricas de alto rendimiento. A pesar de los avances en baterías y tecnología, alcanzar el nivel de las megadeportivas de combustión sigue siendo una tarea compleja. Damon Electric pudo haber sido una revolución, pero todo indica que su destino está sellado.