Si querés aprender a frenar una moto correctamente, estos 5 consejos te pueden ayudar
Algunos tips para mejorar una acción clave en la conducción segura.
Repasamos una serie de tips para mejorar la frenada en moto, una práctica que todos los usuarios deberían conocer y practicar.
Durante una clase de conducción avanzada en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, el instructor Ángel Gonzalo explicó paso a paso cómo reaccionar ante una situación inesperada en la que frenar es la única opción. Sus enseñanzas, centradas en la práctica y la experiencia, nos ayudaron a detallar cinco consejos fundamentales que todo usuario de moto debería tener en cuenta.
Frenada de emergencia en moto: la postura de la mano en el acelerador
Lo primero que subrayó el especialista fue la importancia de la postura de la mano en el acelerador. Una mala colocación de la muñeca puede llevar a que el piloto llegue al freno delantero sin haber soltado del todo el gas, lo que genera un conflicto peligroso entre acelerar y frenar al mismo tiempo.
Según Gonzalo, la mano debe estar posicionada de manera tal que, al accionar los frenos, sea inevitable cortar aceleración. Las manetas regulables en altura -presentes en casi todos los modelos salvo en las motos más pequeñas- permiten ajustar esta ergonomía según la complexión de cada piloto. De esa correcta postura depende que la reacción sea natural y rápida cuando aparece un imprevisto.
Usar ambos frenos en conjunto
Otro aspecto central es la coordinación en el uso de los dos frenos. El instructor insistió en que, aunque el delantero es el que realmente detiene la moto, el trasero cumple un rol clave para estabilizar la frenada.
La ingeniería lo deja claro: discos de mayor tamaño y, en muchos casos, doble equipamiento en la rueda delantera indican que allí está la mayor potencia de frenado. Sin embargo, concentrar todo el esfuerzo en ese punto puede ser riesgoso, sobre todo en superficies con adherencia comprometida.
Repartir la presión entre ambos frenos ayuda a no sobrecargar la rueda delantera y a mantener la moto bajo control, incluso en condiciones adversas como lluvia, frío, neblina o calzadas con tierra y empedrado.
La importancia de la progresividad
La manera en que se aplica la presión también resulta determinante. Frenar de golpe, con brusquedad, suele ser sinónimo de pérdida de control. Gonzalo enfatizó la necesidad de una acción progresiva, de menos a más, hasta detener la moto por completo.
Esa progresividad no solo evita bloqueos en motos sin ABS, sino que también permite aprovechar mejor la tecnología en los modelos que sí lo incluyen. Según el instructor, depender del ABS durante toda la frenada alarga las distancias porque el sistema trabaja abriendo y cerrando el paso hidráulico.

Dos motos trail económicas llegaron a un mercado estratégico: ¿las veremos pronto en nuestros concesionarios?
En cambio, un piloto que modula la presión con precisión puede detenerse antes que otro que deja todo en manos del asistente electrónico. El ABS es una ayuda valiosa, pero nunca un reemplazo del buen uso de los frenos.
El embrague, solo al final
El cuarto consejo tiene que ver con el embrague. A diferencia de lo que muchos motociclistas creen, no es recomendable accionarlo al mismo tiempo que se comienza a frenar. Hacerlo implica perder la retención del motor, lo que provoca que la moto no desacelere de manera natural y que además se descargue peso del neumático trasero, reduciendo su capacidad de adherencia. La recomendación es clara: se debe usar el embrague solo al final de la maniobra, cuando la moto ya se encuentra próxima a detenerse, para evitar que el motor se apague. De esta manera, se mantiene el aporte del freno motor durante todo el proceso y se gana estabilidad.
Frenar siempre con la moto recta
Finalmente, Gonzalo se refirió a una situación frecuente: la tentación de frenar con la moto inclinada. En el ámbito deportivo es habitual que los pilotos frenen dentro de la curva, pero en la conducción segura la recomendación es evitarlo siempre. El motivo es simple: al inclinar la moto se reduce el parche de contacto del neumático, disminuyendo la superficie de adherencia disponible.
En esas condiciones, exigir el freno delantero puede activar el ABS o, directamente, provocar una caída. La regla de oro es frenar con la moto lo más recta posible, soltar suavemente y recién después encarar el giro. Si el piloto se ve obligado a frenar dentro de la curva, es señal de que la aproximación estuvo mal calculada. En ese caso, la alternativa más segura es enderezar la moto y aplicar los frenos con decisión.
