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La moto de Honda que pasó de ser la más negativa a traer éxitos: por qué y cómo lo logró

Si de motos distintas se trata, la Honda NR500 es una de las muy pocas que no solo fue un fracaso, sino que además dio lugar a modelos exitosos. Por qué, cómo marcó un antes y un después y su influencia para la actualidad de la compañía.

Honda es prácticamente sinónimo de innovaciones y éxitos, sobre todo en las últimas décadas, a partir de motos que impactaron inicialmente y adquirieron gran notoriedad y una posterior alta performance de ventas. Sin embargo, hubo algunas excepciones, y el mayor ejemplo es la la NR500.

Honda NR500, una de las pocas motos que fracasó y que, además, posibilitó el éxito del futuro

A pesar de su vanguardista diseño y tecnología, esta última motocicleta se convirtió en un fracaso en los circuitos de competición, pero con una particularidad: pasó de eso que parece lo peor para una compañía al cimiento sobre el cual la firma japonesa construyó futuros éxitos como la legendaria RV750.

La batalla entre los motores de dos y cuatro tiempos, la clave de esta moto de Honda

A principios de los ‘70, los motores de dos tiempos (2T) comenzaron a dominar los circuitos y, por ende, a relegar a los más complejos de cuatro tiempos (4T). Honda, que había abandonado el Mundial de Velocidad en 1968 tras un cambio en el reglamento, no se conformaba con esta tendencia. Por eso, su fundador veía en los primeros algo contrario a la filosofía de la marca: eran ruidosos, humeantes y, en su opinión, demasiado sencillos.

Con el objetivo de recuperar su supremacía técnica, Honda regresó a las carreras con una misión clara: ganar el Mundial de Velocidad en tres años empleando tecnología innovadora, íntegra y propia Así, nació en 1979 el proyecto de la Honda NR500, una moto que prometía revolucionar como nunca el mundo de la competición.

Honda NR500 para competicion

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Motor oval y chasis monocasco, lo más destacado de la Honda NR500

La NR500 no era una motocicleta convencional. Uno de sus elementos más sorprendentes era su motor de pistones ovales, una idea que surgió de la mente del ingeniero Shoichiro Irimajiri. Se trataba de una innovación clave para superar las limitaciones de los propulsores de cuatro tiempos al permitir un mayor llenado de la cámara de combustión a altas revoluciones, lo que devenía en una potencia mayor y esencial para destacar en una carrera.

Por su parte, el chasis monocasco, fabricado con chapa de aluminio de un milímetro de espesor y que también funcionaba como carrocería, le proporcionaba un diseño muy especial. Conocido como el caparazón de gamba, reducía el peso y el tamaño del vehículo, aunque con una contra: complicaba notablemente su mantenimiento.

El fracaso de la NR500 y el futuro que se aproximaría

A pesar de todos los avances tecnológicos, la Honda NR500 se enfrentó a innumerables problemas desde su debut en el GP de Gran Bretaña en 1979. No solo no cumplió con las expectativas en cuanto a rendimiento, sino que además sufrió frecuentes fallos mecánicos que la dejaron fuera de competencia en múltiples ocasiones. Tal fue así, que la prensa no tardó en apodarla Never Ready (nunca lista), dada la frustración que generaba.

NR500 el fracaso de Honda que dio lugar al exito futuro

Con el tiempo, el fabricante japonés se dio cuenta de que no lograría sus objetivos con la NR500. No obstante, en lugar de abandonar el proyecto por completo, decidió aprender de sus errores, corregirlos y aplicar los conocimientos a futuros desarrollos.

De esta manera, la Honda NR500 puede calificarse como fracaso, pero también como una lección para el comienzo de una reputación y éxito de diversos modelos que ni el más optimista de aquel entonces imaginaría.

¿Qué sirvió de la NR500 para los futuros modelos?

En términos de resultados inmediatos y nivel de aceptación, la Honda NR500 fue muy negativa, pero la tecnología y los materiales innovadores, como el uso de carbono y aleaciones cerámicas, se utilizaron en motocicletas posteriores. Por ejemplo,la RS1000RW y RS750R que eventualmente culminaron en la exitosa RVF750.

Y eso no fue todo. El hecho de que esta motocicleta se haya convertido en una pieza clave en la evolución tecnológica de la compañía se evidencia a partir de los éxitos conseguidos en las décadas siguientes, especialmente en las competiciones de MotoGP con propulsores de cuatro tiempos.