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Esta Kawasaki fue encontrada luego de estar 50 años enterrada y su estado es único

Su estado de conservación es increíble.

kawasaki enterrada

 En Seward, Nebraska, se abrió la cápsula del tiempo más longeva hasta la fecha. Entre los más de 5.000 objetos hallados, destacaron un Chevy Vega sin estrenar y una Kawasaki KE de mediados de los 70, piezas que hoy cobran un valor histórico incalculable.

En 1975, Harold Davisson, un empresario de Seward, Nebraska, tuvo la idea de dejar un legado singular para las futuras generaciones. Así nació la cápsula del tiempo que durante medio siglo permaneció enterrada bajo un cubículo de hormigón armado y acero. El proyecto, que en su momento causó gran expectación, fue pensado como un acontecimiento social que reuniera a los jóvenes del futuro en torno a la memoria de una época.

Cincuenta años más tarde, la cápsula fue finalmente abierta en un acto que atrajo la atención de vecinos, curiosos y medios de comunicación. La expectación estaba centrada en descubrir cómo habrían resistido al paso del tiempo los objetos guardados en su interior, especialmente el Chevy Vega sin estrenar y una motocicleta que se convertiría en la gran protagonista: la Kawasaki KE.

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Una Kawasaki guardada en una cápsula con más de 5.000 objetos

El contenido de la cápsula reflejó con claridad la vida cotidiana de mediados de los años 70 en Estados Unidos. En su interior se hallaron más de 5.000 objetos, entre ellos ropa de la época, utensilios de cocina, artículos de uso diario e incluso una Barbie del modelo que Mattel comercializó en 1975. También se encontraron cartas escritas por los habitantes de Seward dirigidas a sus hijos y nietos, un testimonio cargado de valor emocional que se convirtió en uno de los aspectos más emotivos de la apertura.

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Pero sin dudas, la atención principal estuvo puesta en los vehículos. El Chevy Vega, un automóvil guardado en perfecto estado en aquel entonces, fue uno de los elementos que más curiosidad despertó. A su lado, la Kawasaki KE azul de mediados de los setenta apareció como una cápsula dentro de otra, testigo de una época en la que la movilidad ligera y accesible marcaba tendencia en el mercado.

La Kawasaki KE, un clásico de los setenta

La Kawasaki KE 125 fue lanzada en 1975 como una motocicleta de pequeña cilindrada, pensada tanto para el uso urbano como para incursiones fuera del asfalto. Con un peso de apenas 110 kilos, ofrecía una conducción ágil y dinámica, muy apreciada en su tiempo. Seguramente, se asemeja mucho a lo que hoy conocemos como una on-off, uno de los segmentos más demandados en todo el mundo.

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El diseño seguía el estilo clásico de la época: guardabarros delantero montado en alto, faro redondo, instrumentos analógicos, asiento doble de una pieza y un escape elevado que remarcaba su espíritu offroad. Sus ruedas con llantas de rayos con neumáticos mixtos completaban la imagen de una moto sencilla, pero preparada para enfrentarse a diferentes terrenos.

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A nivel técnico, la KE se construyó sobre un chasis tubular de acero soldado con suspensión formada por una horquilla telescópica delantera y dos amortiguadores traseros. Los frenos, de tambor en ambas ruedas, ofrecían una capacidad de detención adecuada para sus prestaciones.

Su motor era un monocilíndrico de dos tiempos y 124 cc que entregaba 13 caballos de potencia a 7.500 rpm y 15 Nm de torque a 6.000 rpm. Una mecánica sencilla pero eficaz, que hacía de la KE una opción con carácter y confiable dentro del segmento de entrada a la gama de la casa de Akashi.