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Las 5 motos deportivas icónicas de los 90 y 2000 más buscadas: ¿cuánto cuestan y cuál es la más barata?

Cada una de estas motos deportivas fueron lo más cercana a las que marcaron una era dorada del Mundial de Superbikes. Los detalles.

Motos deportivas Ducati 916

Entre los años 90 y 2000, el Mundial de Superbikes brindó motos deportivas muy cercanas a lo que podía encontrarse en los concesionarios. Y, actualmente, están disponibles en el mercado de segunda mano.

Este periodo del campeonato de motocicletas de fábrica significó una época en la que Japón-con marcas como Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki- e Italia-con Ducati- se enfrentaron con creatividad y tecnología. A continuación, cinco de aquellas superbikes todavía conservan la capacidad de emocionar a los fanáticos y usuarios.

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Kawasaki ZX-7R

La Kawasaki ZX-7R fue la carta de presentación del fabricante de Akashi en el mundo de la competición. Su motor de cuatro cilindros en línea de 748 cc ofrecía alrededor de 120 caballos de fuerza, respaldados por un chasis sólido y una posición de manejo pensada para la pista. No era una de las motos deportivas fácil ni dócil: exigía al piloto, pero recompensaba con una experiencia intensa y auténtica.

En el Mundial de Superbikes fue la compañera de batallas de Scott Russell, campeón en 1993, y de Akira Yanagawa. Actualmente, una ZX-7R en excelente estado puede encontrarse entre 4.000 y 9.000 euros, mientras que las raras versiones «RR» se convirtieron en auténticas piezas de colección muy buscadas por los entendidos.

Kawasaki ZX-7R

Suzuki GSX-R 750 SRAD

La GSX-R 750 SRAD marcó una época gracias a su sistema de admisión Ram Air Direct, que aprovechaba la presión del aire para incrementar la potencia. Con un chasis de aluminio y una estética agresiva, su motor de 749 cc alcanzaba los 128 CV de potencia.

En los circuitos brilló con pilotos como Katsuaki Fujiwara y, sobre todo, Pierfrancesco «Frankie» Chili, que regaló duelos memorables al mando de la GSX-R. En el mercado actual, se mueve en una franja de entre 4.000 y 7.000 euros por unidades en estado impecable y originales, aunque su cotización tiende a subir a medida que crece su leyenda. Una opción más accesible sigue siendo la versión de 600 cc, idéntica en estilo pero menos exigente.

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Yamaha YZF 750 R

Yamaha presentó la YZF 750 R como respuesta a sus rivales japoneses, en un punto medio entre la radical OW-01 y las deportivas más accesibles de la época. Sus cuatro cilindros en línea de 749 cc entregaba unos 125 caballos, con un chasis Deltabox que ofrecía equilibrio y nobleza en el comportamiento.

Yamaha YZF 750 R

Si bien no se destacó con varios triunfos en el campeonato mundial, sirvió como plataforma para que talentos como Noriyuki Haga o James Whitham se destacaran en la categoría de motos de fábrica. Tal vez por esta razón sea una de las más buscadas: en el mercado de segunda mano se consigue entre 3.000 y 5.000 euros, aunque cada vez cuesta más encontrar ejemplares en buen estado.

Honda VTR 1000 SP1

Con la VTR 1000 SP1, Honda demostró en el año 2000 que podía vencer a Ducati en su propio terreno. Su motor bicilíndrico de 999 cc, con unos 136 CV, estaba acompañado por un chasis de doble viga rígido. Fue la moto con la que Colin Edwards se consagró campeón del mundo y con la que Aaron Slight también se destacó.

Esta superbike simboliza el desafío directo de Japón contra el dominio italiano en la categoría, protagonizando batallas legendarias como la que enfrentó a Edwards y Bayliss en Imola 2002. Hoy, la VTR SP1 es una deportiva de culto, con precios que van de 9.000 a 13.000 euros en estado impecable, mientras que la posterior SP2 también es muy valorada por los coleccionistas.

Ducati 916

La Ducati 916 no necesita demasiadas presentaciones. Su diseño redefinió la estética de las motos deportivas, mientras que su motor bicilíndrico Desmoquattro de 916 cc y unos 114 caballos en sus primeras versiones se combinaban con un chasis ligero y un comportamiento imbatible en los circuitos.

El mito de la 916 está ligado a Carl Fogarty, cuatro veces campeón del mundo con Ducati, y a Troy Bayliss, quien prolongó la leyenda en las versiones 996 y 998. Su estatus de objeto de culto se refleja en el mercado: un modelo estándar arranca en los 15.000 euros, y las versiones más exclusivas como las SP o SPS superan los 25.000.

Todas estas superbikes fueron creadas para la homologación de la FIM. Cada una comparten una identidad que las motos deportivas modernas, aunque superiores en cifras, no logran transmitir.

El mercado de segunda mano ofrece todavía la oportunidad de hacerse con uno de estos íconos. Más allá de los precios y la disponibilidad, lo que está en juego es la posibilidad de revivir la emoción de una época dorada que marcó a una generación entera de fanáticos de las dos ruedas.