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Origen americano y militar: la moto más extraña y con una historia muy particular

Si de motos especiales se trata, la Militaire 1065 4Cyl está al menos en el top 5. Y no solo por su diseño y todo lo que exhibe, sino también por su particular origen e historia.

En el universo de las motocicletas, algunas destacan no solo por su diseño o prestaciones, sino por la peculiaridad y singularidad de su historia. Tal es el caso de la Militaire 1065 4Cyl, nacida en Estados Unidos en 1915, en un contexto en el que Europa estaba envuelta en la Primera Guerra Mundial. 

Militaire 1065 4Cyl, la moto de hace un siglo con una historia muy especial

Esta moto es, sin duda, una de las más extrañas y fascinantes que se han fabricado en los albores del siglo XX, aunque, debido al propio paso de los años, quedó en el olvido para muchos. Decir que es especial resulta evidencia al observarla durante unos segundos. Cada detalle tiene su explicación, y más allá de que la producción de esta moto fue casi nula.

Un diseño adelantado a su tiempo

A primera vista, la Militaire 1065 4Cyl no parece una motocicleta convencional y, de hecho, se distinguía desde su surgimiento. Sus innovaciones y características únicas hacían que no pasara inadvertida para nadie. Incorporaba ruedas estabilizadoras, similares a las que se usan en las bicicletas infantiles para aprender a mantener el equilibrio y que podían subirse o bajarse mediante un pedal. Esto implicaba estabilidad adicional cuando era necesario, algo realmente inusual para un vehículo de dos ruedas hace más de 100 años.

Asimismo, el diseño de la Militaire se asemejaba más al de un automóvil que al de una moto. En lugar de un manillar convencional, contaba con un volante y el cambio de marchas se realizaba a través de un selector entre las piernas, similar a los coches de la época. A su vez, la caja de cambios tenía un patrón en H y, curiosamente, incluía una marcha atrás, algo atípico incluso al día de hoy.

Militaire 1065 4Cyl la moto mas particular

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Una historia empresarial llena de altibajos

La historia de la Militaire 1065 4Cyl está llena de enigmas y reveses empresariales. Originalmente, la compañía se llamaba Militor y fue fundada por Norman Sinclair. Sin embargo, luego de una quiebra en 1913, adquirió los derechos de la misma, la renombró como Militaire Autocycle Company y trasladó su sede a Buffalo, Nueva York.

El modelo 1065 4Cyl, lanzado en 1915, representó una nueva era para la empresa. No obstante, el diseño original del mismo fue cedido bajo licencia a The Champion Motor Car Co. de St. Louis, Missouri. Esta intentó comercializar el modelo bajo el nombre de Champion durante un breve periodo, pero también quebró, entonces Sinclair recuperó los derechos y continuó con la producción bajo la marca Militaire.

Particularidades técnicas de la Militaire 1065 4Cyl

Uno de los aspectos más intrigantes de la Militaire 1065 4Cyl es su ingeniería. El motor, un cuatro cilindros en línea de 1065 cc refrigerado por aire, podía desarrollar hasta 11 CV para alcanzar una velocidad máxima de 60 mph (96 km/h). A diferencia de las motocicletas tradicionales, el propulsor y la caja de cambios estaban integrados en un solo cárter, por lo que funcionaban como un elemento estructural del chasis.

Este último puede definirse como una obra de arte y técnica. Con una estructura baja que se extendía hacia arriba mediante tubos que soportaban el asiento y la rueda trasera, el diseño era tanto robusto como peculiar. 

Militaire 1065 4Cyl moto de 1915

La parte delantera ocupaba el lugar de la rueda delantera, pero con un eje curvo que permitía el giro, denominado por la compañía como delantero pivotado. Esta compleja configuración mecánica contribuía a la apariencia única que tanto se aprecia.

Un legado peculiar para esta moto

La Militaire 1065 4Cyl es un ejemplo claro de cómo la innovación y la creatividad pueden dar lugar a vehículos que, aunque quizás no fueron un éxito comercial, dejaron una marca imborrable en la historia de las dos ruedas. Esta moto, con su aspecto único y sus características avanzadas para la época, demuestra que el espíritu inventivo no tiene límites.