Esta moto de 400 cc combina rasgos clásicos y más potencia que muchos modelos de su cilindrada
Una moto que rompe moldes: ¿cuánto cuesta, dónde se lanza y a partir de cuándo?

La Italjet Roadster 400 es una moto urbana que llega para sacudir el segmento scooter con una propuesta que combina pasado y futuro en partes iguales, manteniendo esa rebeldía tecnológica que caracteriza a la marca.
Desde hace años, Italjet se ganó un lugar aparte dentro del mundo de los scooters. Su Dragster demostró que un vehículo urbano no tiene por qué ser un simple utilitario, y con la Roadster 400 la marca profundizó esa filosofía. A primera vista, cuesta descifrar exactamente qué tipo de moto. La silueta tiene ecos de una Vespa clásica, pero al mismo tiempo transmite una estética futurista propia de un videojuego cyberpunk. Esa mezcla deliberada le da un carácter único.
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Según explican desde Italjet, el diseño rinde homenaje a las líneas históricas del segmento, aunque toma inspiración directa de los aviones de combate. Esa intención se nota especialmente en los laterales, donde aparecen unas tomas de aire con forma de turbina. Lejos de ser un mero capricho visual, cumplen la función de canalizar el aire hacia los radiadores ubicados en el interior. En conjunto, la carrocería combina superficies limpias, piezas elaboradas y un juego de contrastes que refuerza la personalidad del modelo.

Debajo de esa estética tan particular se encuentra un motor monocilíndrico de 394 cc, refrigerado por líquido y con cuatro válvulas. Entrega 41,5 cv a 7.500 rpm y un par motor de 41,2 Nm, cifras que prometen un comportamiento vivo en el día a día. La transmisión CVT y la correa final mantienen el ADN que la Roadster comparte con la Dragster, apuntando a un uso práctico pero sin perder carácter ni respuesta.
La parte ciclo vuelve a demostrar que Italjet no busca soluciones convencionales. El tren delantero estrena el sistema DLAS (Dynamic Linkage Articulated Steering), un varillaje articulado de dos piezas donde el elemento inferior integra el eje de la rueda y el soporte fijo del freno. Esta configuración separa la función de dirección de la de suspensión, evitando el hundimiento típico al frenar y aportando una rigidez que, según la marca, mejora la precisión sin renunciar a la identidad de manejo característica.
El basculante trasero sigue una línea similar, con una construcción que mantiene la misma filosofía técnica delantera. A esto se suman amortiguadores Öhlins tanto adelante como atrás, colocados de una forma poco habitual que contribuye a la estética y al rendimiento. El sistema de frenos está a la altura de la propuesta, con discos de 280 mm y pinzas Nissin que anticipan una respuesta propia de una moto de mayor cilindrada.
Otro punto destacado es el peso: con unos 152 kg en orden de marcha, la relación peso-potencia se convierte en un atractivo adicional para quienes buscan un scooter distinto, más expresivo en términos dinámicos. La firma completó el apartado sensorial con un sistema de escape rematado en dos silenciadores Akrapovič, que acompañan la experiencia sonora y visual de la Roadster.

Los acabados refuerzan la impresión de producto cuidado. La combinación de pintura negro mate con detalles en bronce, el asiento trabajado con texturas, las llantas de radios en aluminio y las piezas mecanizadas en CNC -como los protectores de manetas con intermitentes integrados- reflejan una apuesta por la calidad y por un concepto claramente artesanal.
La Italjet Roadster 400 promete llegar al mercado europeo a finales de 2026, con un precio estimado en 7.500 euros. Será, sin duda, un modelo que generará opiniones encontradas. Pero si algo demostró Italjet es que nunca buscó complacer a todos, sino ofrecer máquinas distintas, provocadoras y fieles a una identidad que se mantiene intacta. En ese sentido, la Roadster 400 parece ser el siguiente capítulo de una historia que sigue apostando por romper moldes sin pedir permiso.

