Desde Honda hasta Yamaha: los 6 motores de motos más icónicos de la historia

Hay motos que resultan icónicas. Algunas lo son por su diseño innovador, otras por su éxito en el mercado. Están las que marcaron un antes y un después, así como aquellas con una potencia que al día de hoy nos hace vibrar. Detrás de todas ellas hay también un motor que les da vida, un corazón que también logra trascender y convertirse en hito. Es por ello que, a continuación, haremos un listado con seis de los más característicos, pasando por fábricas de la talla de Ducati, Honda, BMW, Suzuki y Yamaha.

BMW Boxer

En 2026 este motor, que ya es todo un clásico, cumplirá 100 años de fabricación. A pesar de su edad, se reinventa con cada avance tecnológico y se implementa al día de hoy. Su primera versión fue la M2B15, la cual impulsó al R32, la primera moto de BMW. 

Hasta 1993 era refrigerado por aire y poseía dos válvulas, pero con el lanzamiento de la 93 R1100 RS se innovó con cabezales de cuatro válvulas y una refrigeración de aceite/aire, que le valieron el nombre de “Oilhead”. Con la llegada de un nuevo siglo, este pasó a los modelos retro R nineT, mientras que los más modernos emplean un 1250 con culatas DOHC y un sistema de válvulas variables Shiftcam.

Ducati Testastretta

La firma italiana durante muchas décadas estuvo fuertemente ligada a motores bicilíndricos, siendo el Testastretta su obra magna, que significa “cabeza estrecha”, denominación que recibe por lo compacto de sus culatas. La versión 996R, empleada en 2001 y que tenía 998 cc (generando 136 CV) impulsó una amplia gama de superbikes antes de que se eleve a 999cc (150 CV) para el 999R.

En relación a su potencia, su momento cúlmine fue con la 1299 Superleggera, donde llegó a unos robustos 215 CV. Sin embargo, cuando los nuevos productos comenzaron a superar las cuatro cifras de cilindrada, se empezó a optar por el V-4.

Honda CB500 Twin

Este motor puede haber sido liviano, aunque no por ello poco potente: para 1993 tenía 499cc y producía 57 CV, con refrigeración por agua y cuatro válvulas por cilindro. Para 2007 sufrió un duro traspié, tras no cumplir con las normas de emisiones Euro2, por lo que recién en 2013 el gigante japonés pudo reemplazarlo por el que actualmente usa.

Tanto la CB500X como la CB500R se alimentan de este motor, siendo esta última una buena opción para aquellos que se adentran en el mundo del motociclismo, debido a su ligereza y maniobrabilidad.

Suzuki GSX-R1100

Suzuki ya había causado sensación en la primera parte de los 80’ con su GSXR750, aunque generó un revuelo mayor en 1986 con el GSXR1000, una unidad DOHC de 16 válvulas, enfriada por aceite y que producía 125 CV. Sus características la llevaron a ser la motocicleta más rápida del mundo en su año de estreno, así como una opción para los corredores, que mediante algunas modificaciones podían llegar a una potencia de 500 CV.

Yamaha R1

Este motor tuvo gran impacto cuando se lanzó en 1998, debido principalmente a su potencia: con cuatro cilindros y 998cc, generaba 152 CV. Su ligereza también contribuyó la masividad de la cual gozó, así como también algunos cambios revolucionarios, como la ubicación de la caja de cambios detrás de los cilindros, algo que se replicó en todos los demás fabricantes japoneses.

Honda C90

El corazón de la Cub. Esas cinco palabras bien podrían definir el éxito rotundo de este motor, al ser el que impulsaba a la moto más popular y vendida de toda la historia. Se produjeron 60 millones de C90, transformándose en uno de los modelos más vendidos a comienzos de los 90’, aunque se trata de un eslabón más en la extensa dinastía que comenzó con la Super Cub de 1958.

Sus 89cc y una velocidad máxima de 65 km/h puede no parecer mucho para nuestros días, pero el ser semiautomático y de cuatro tiempos la distinguió de entre tantos bicilíndricos, así como también otras cualidades de la unidad en general.