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La era de las supernaked llegó, ahora con la Ducati Streetfighter V4

En lo que respecta al diseño, se puede decir que la Streetfighter V4 no pasa desapercibido en ningún momento. Y no es de extrañar teniendo en cuenta que nace de la Panigale V4 al desnudo, ¿cómo no va a llamar la atención? Sin embargo, Ducati ha querido reforzar su conexión con la Superbike, trabajando en las líneas de un frontal espectacular y añadiendo no dos, sino cuatro alerones laterales, imitando aquellos que vimos en las Ducati de MotoGP con la revolución aerodinámica.

Y no son componentes simplemente estéticos, a 270 km/h, estos alerones son capaces de ejercer hasta 28 kg de carga aerodinámica sobre la moto, 20 kg sobre el eje delantero y 8 sobre el trasero. En otras palabras, se mejora notablemente la estabilidad en marcha y en frenada, ayudando a eliminar la sensación de flotabilidad del eje delantero, un problema presente en nakeds de grandes prestaciones.

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En pista, además, permite depender menos de la electrónica, que limita la potencia entregada a la rueda cuando detecta, por ejemplo, un caballito o el deslizamiento de la goma trasera. Porque sí, monta la misma electrónica incluyendo ABS en curva, DTC (Control de tracción), DSC (Control de deslizamiento), DWC (Anti-wheelie), Power Launch, Quick shifter en ambos sentido, EBC (Control del freno motor) y el control electrónico de las suspensiones (en la V4 S).

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Como os pudimos adelantar hace unos días, la Ducati Streetfighter V4 mantiene las cifras de impresión de la deportiva. Haciendo uso del Desmosedici Stradale de 1103 cc, este propulsor de cuatro cilindros en V de 90º es capaz de entregar hasta 208 cv a 12.750 vueltas, estableciendo un nuevo récord en el segmento. El par máximo permanece casi sin cambios, poniendo hasta 123 Nm al servicio del piloto que se suba a ella. Y como en la Panigale, la Streetfighter V4 mantiene el ajuste de válvulas en intervalos de 24.000 km.

Como era de esperar, hace uso de la configuración “front chassis” que tantos éxitos ha conseguido en circuito. Delante, Borgo Panigale monta una horquilla totalmente ajustable Showa de 43 mm de diámetro, pinzas monobloque Brembo de anclaje radial (M50) y un amortiguador de dirección Sachs, la misma firma que se encarga de la suspensión trasera. En contacto con el asfalto tenemos unos Pirelli Diablo Rosso Corsa II listos para aguantar las exigencias de una máquina de este corte.

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Donde sí hay más cambios es, lógicamente, en la geometría y ergonomía de la Streetfighter V4. Además de sustituir los semimanillares por un manillar alto y ancho, la altura del asiento llega ahora hasta los 845 mm, modificando asimismo la posición de las estriberas para ofrecer mayor comodidad. El depósito de 16 litros, aunque heredado de la SBK, se ha modificado para dar espacio al asiento y el colín se asienta sobre un subchasis de acero, rediseñado en busca de mayor comodidad para el pasajero.

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En total, todos estas pequeñas modificaciones se han traducido en una moto con un peso en seco de 178 kg, o 199 kg lista para rodar. Es decir, la Ducati Streetfighter V4 ofrece una relación peso/potencia de 1.04, una cifra que hasta hace unos años estaba sólo al alcance del segmento deportivo más premium.

Un poco más espectacular, un poco más única. La Ducati Streetfighter V4 S es un paso más allá en prestaciones y estilo. En el apartado de suspensiones, Öhlins toma el control absoluto con TTX 36 detrás, NIX-30 delante y amortiguador de dirección, además del kit de electrónica. Además, las llantas de aluminio las firma en esta ocasión Marchesini, con tres radios en vez de cinco.

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Tanto la estándar como la versión S se ofrecerán en el tradicional rojo Ducati con llantas en negro, chasis en gris y guardabarros en rojo. Por último, cada una de ellas se puede encargar con un sistema completo firmado por Akrapovic, 6 kg más ligero y capaz de mejorar par y potencia en un 6%.