Así funciona la suspensión más elegida del mercado

A la hora de elegir una moto, sin importar que sea Yamaha, Honda, Bajaj o la marca que fuera, todos miramos la ficha técnica de aquellas que más nos gustan o nos atraen. En ellas pueden diferir muchísimos detalles como la potencia, altura, peso, cilindrada y demás. Pero hay uno que, casi siempre, será extremadamente parecido en todas: la suspensión delantera.

Establecido como el sistema de suspensión delantera más común del mundo, la horquilla telescópica se sigue destacando y mejorando cada año, aportando nuevos avances para que realice su trabajo con las mayores garantías. Cuando hablamos de trabajo, nos referimos a hacer la conducción lo más cómoda posible, ya que es la encargada de mantener la moto recta y estable cuando hay baches en el terreno o cuando se dan frenazos inesperados.

Lo más curioso es que el nacimiento de este sistema no se da en el mundo de las motos, pero sí proviene de un medio de transporte. La horquilla telescópica fue creada para ser instalada en los aeroplanos de principios del siglo XX, y a sus ingenieros jamás se les ocurrió que se convertiría en un habitual de las motos de todo el mundo y que se seguiría empleando un siglo después. No en vano, las primeras motos que se fabricaron con horquilla electrónica de amortiguadores hidráulicos fueron las BMW R12 y R17 en el año 1935.

Para quienes no están empapados en la materia mecánica, se trata de un sistema de suspensión hidráulico (utiliza líquidos) que conecta la rueda delantera con el chasis y el manillar, y asegurándose de mantener una gran estabilidad tanto en la conducción como en la frenada. Esto es posible gracias a que es capaz de absorber cualquier tipo de irregularidad que haya en el asfalto, evitando que el conductor deba domar la máquina constantemente.

Es más, se trata de un tipo de amortiguación con el que la mayoría de los moteros se sienten muy cómodos. Y la razón no es otra que además de que resulta bastante sencillo a la hora de realizar los reglajes pertinentes, es capaz de “comunicar” lo que hay en el asfalto; es decir, consigue que quien maneja la moto sepa perfectamente por dónde transita.

El cometido de esta pieza ya se ha comentado, pero se puede resumir en que posibilita que la rueda tenga un movimiento vertical y así no pierda el contacto con el terreno, evitando dar incómodos botes y facilitando que el piloto conduzca cómodamente y sin sobresaltos.

Con el tiempo, las diferentes tecnologías que fueron copando el sector automotriz y del motociclismo en particular ha conseguido que las horquillas telescópicas cada vez sean más efectivas. Sin embargo, es imperioso señalar que no existe un único modo de emplear este tipo de suspensiones, sino que hay dos tipos diferentes: la convencional y la invertida.

• La horquilla convencional. La parte o botella inferior es la que se mueve, deslizándose por la barra que se conecta con la tija.
• La horquilla invertida. En este caso, la botella y la barra han invertido su posición, de ahí su nombre: la botella está en la perte superior, fijada por las tijas de dirección; y la barra está en la inferior, conectada a la rueda delantera. Esta disposición ofrece mayor rigidez estructural a la dirección y consigue reducir el peso de la masa no suspendida de la moto.

Se opte por una o por la otra, lo cierto es que este sistema de suspensión hidráulico sigue siendo el favorito de muchos motoristas que lo prefieren a otras opciones que han ido apareciendo en los últimos años. Y es que, cuando algo funciona, para muchos es mejor no cambiar nada.