noticias |

Cómo limpiar y lubricar la cadena de la moto: guía paso a paso con consejos

Una guía completa sobre cómo cuidar y mantener la cadena de la moto para garantizar un funcionamiento suave y seguro.

Mantener la moto en buen estado es primordial, no solo en cuanto a lo estético sino también para garantizar su buen funcionamiento, evitando accidentes en la vía pública y extendiendo su vida útil lo máximo posible.

Cómo limpiar y lubricar la cadena de la moto: guía paso a paso con consejos

Por lo mencionado en el apartado anterior, puede que la cadena sea uno de los elementos que más atención requieren. A continuación, trazaremos una guía paso a paso para limpiarla y lubricarla de manera eficiente. Cabe destacar que no se necesitan elementos sumamente onerosos, así como tampoco un conocimiento sumamente avanzado de mecánica.

Revisar la transmisión

Previo a empezar con la limpieza de la cadena, es importante revisar todo el circuito que conlleva: ver si tanto esta (óxido, torceduras u otros daños) como las ruedas dentadas (si están afiladas y curvadas hacia un lado) tienen algún desgaste, ya que podría ser momento de reemplazarlas. Si no fuera ese el caso, podemos proceder con el aseo con total tranquilidad, situando a la moto en un soporte.

Usar limpiador de cadenas

Limpiador de cadenas

revista lamoto digital

Colocando un cartón debajo del peldaño inferior de la cadena (para evitar que entre en contacto con el neumático), debemos rociar esta última con un limpiador. Es importante hacer girar el caucho para asegurarse de que toda la pieza esté alcanzada por el líquido, así como sus ruedas dentadas. Una vez hecho esto, cabe esperar unos cinco minutos para que la sustancia haga efecto.

Cepillar, limpiar y enjuagar la cadena (y los piñones)

Cepillar, limpiar y enjuagar la cadena

Si bien es recomendado hacer este paso con un cepillo específico, no está mal emplear uno viejo para dientes. Se debe frotar con sumo ahínco en todos los sectores, especialmente en el espacio donde hacen contacto los rodillos. Una vez que hayamos raspado lo suficiente, toca pasar un trapo limpio con un poco de solvente sobre toda la cadena y las ruedas dentadas.

Tras hacer esto, debemos enjuagar todo. Lo ideal es usar una manguera, aunque un balde con agua tampoco está mal, aunque debemos evitar a toda costa emplear cualquier elemento que le otorgue una considerable presión (ya que podría dañar notablemente a la pieza).

Lubricar la cadena

Lubricar la cadena

Luego del pertinente secado, nos queda el último paso: lubricar. Para ello debemos tomar el lubricante y emplearlo en los eslabones superpuestos del peldaño inferior. Una vez hecho eso, es sumamente importante quitar todo exceso, para evitar que entre en contacto con otros elementos. Cumplida esa última tarea, la cadena ya estará en perfectas condiciones.