390 Duke, Z400, CB500F, MT-03 ¿Cuál es la mejor en ciudad y autopista?
Comparamos la MT-03, 390 Duke, CB500F y Z400. Hoy te contamos todas las diferencias en ciudad y en autopista.
Se puede decir que las cuatro son motos muy adecuadas para la convivencia diaria. Funcionan con mucha corrección, son muy ágiles y se conducen con facilidad. Además, se mueven sin esfuerzo en parado y se manejan sin problemas a baja velocidad, siendo muy sencillo mantener el equilibrio en esos momentos. Pero como siempre ocurre, existen diferencias que en esta ocasión inclinan la balanza hacia el lado de la Yamaha, la más compacta en líneas generales, con el manillar más estrecho y la que funciona de manera más suave. Es muy ligera, ágil y rápida de reacciones, aspectos que la convierten en una moto ideal para ciudad. La Kawasaki es incluso más liviana y también es perfecta en uso urbano, pero no alcanza el grado de finura de la MT-03, aunque es tan baja de asiento como ella, permitiéndote llegar con las dos plantas de los pies al suelo sin problemas, lo que transmite mucha sensación de seguridad al detenernos y que facilita enormemente las maniobras en parado. Por su lado, la Honda es prodigiosa en cuanto a suavidad de funcionamiento y tacto general, pero es algo más grande y su peso en orden de marcha supera en 25 kg al de Z400, aunque con 190 kg verificados con los más de 16 litros que caben en su depósito, no se puede decir que sea una moto pesada, ni mucho menos. La cuarta en este ambiente es la KTM, una moto ágil y manejable al máximo, pero que dispone del asiento más alto y duro de esta comparativa, el manillar más ancho y su tacto general está menos logrado, transmitiéndonos más vibraciones durante su funcionamiento, pero siempre dentro de unos parámetros normales. A su favor hay que decir que se mide con motos que puntúan muy alto en este último apartado.
A la hora de salir a la ruta y hacer kilómetros, también nos ha quedado claro cuál es nuestra favorita. Más espaciosa, confortable y con una autonomía sobresaliente, la CB500F puede ser una buena viajera siempre que no abusemos de vías rápidas. Además, beneficiándose de su mayor cilindrada y de sus mejores cifras de par, permite circular con el motor más desahogado, sin necesidad de exprimirlo tanto como en sus compañeras de reparto. Con respecto a la Z400, si no te gusta mantener ritmos tranquilos, conviene destacar el mayor rendimiento de su bicilíndrico aunque sea a base de revoluciones, y también su frontal, más ancho y dotado de una pequeña pantalla que protege algo más la parte superior del cuerpo. La MT-03 también brilla por su buen funcionamiento en cualquier circunstancia, aunque a la hora de mantener ritmos tranquilos se echa en falta algo más de respuesta a bajo y medio régimen, lo que en ocasiones obliga a estar más pendiente del motor que del placer de la conducción en sí mismo. Tampoco nos importaría que su manillar fuese un poco más ancho para que nuestra posición fuese un poco más relajada a la hora de recorrer trayectos largos. La 390 Duke es la más radical de planteamientos y su posición de conducción más elevada y adelantada te deja más expuesto al azote del viento. Además, su monocilíndrico no tiene la suavidad de los bicilíndricos de sus rivales japonesas a la hora de mantener cruceros continuados, transmitiendo más vibraciones a los puños del manillar y confirmando que es una moto que se saborea más haciendo cambios de ritmo.