Ducati, ¿en el mejor momento de su historia?
Tanto en el ámbito de la competición como en el mercado, Ducati se expande en variedad y prestigio. ¿Es el mejor momento de su historia?
La última fecha del MotoGP dejó el campeonato apretadísimo y al rojo vivo, pero la carrera disputada en Aragón también sembró una certeza: Ducati ganó la Copa de Constructores por tercer año consecutivo cuando aún resta visitar cinco sedes para el final del certamen.
Es sabido que los resultados en la alta competición influyen en el mercado común y viceversa. De hecho, muchos desarrollos pensados para la pista se terminan implementando en la producción de serie. Por eso no es de extrañar que la vigencia que la marca mantiene en las calles desde hace mucho tiempo y los resultados más recientes en las carreras se hayan encontrado en un punto que hoy, quizá, la ubique en el mejor momento de su historia. Incluso desarrollando motos exitosísimas en rubros que años atrás no identificaban a esta terminal, que siempre estuvo asociada a la velocidad, el asfalto y la adrenalina.
Adaptarse a la coyuntura
Basta con observar el catálogo de Ducati para notar la evolución. Hoy la Desert X (con una rueda delantera de 21” y un motor de 937cc) es una definidísima trail; una de las más codiciadas de Europa. También es importante mencionar a la Multistrada (en todas sus versiones), con su constante evolución, que se transformó en una de las insignias clásicas de la era moderna de esta terminal y se consolidó como una trail-turismo plagada de una tecnología que sólo Ducati y BMW parecen aptas para desarrollar.
El furor por el turismo aventura, desde los albores del siglo XXI hasta estos días, desplegó una enorme cantidad de motos diseñadas para la actividad mixta y Ducati no se iba a quedar afuera. Esta reinvención constante también se la debe a la toma de decisiones acertadas y, por qué no, a asumir los riesgos y no quedarse exclusivamente con una fórmula que le rindió desde su fundación.
Si bien es verdad que antes del lanzamiento de estos productos su prestigio estaba bien ganado y su status le otorgaba la suficiente espalda para que las ventas sean exitosas, tampoco es mentira que toda esa reputación podía ponerse en jaque si los resultados o las críticas de clientes no eran favorables. En ese escenario también encontramos una street naked: nada menos que las Scrambler, una moto que incluso en el mercado argentino tiene un lugar ganado y suele verse estacionada, mezclada entre otros vehículos en el Microcentro de Buenos Aires.
Una pesadilla para las japonesas en todos los frentes
Las buenas performances Jack Miller, Pecco Bagnaia (oficiales), Luca Marini, Marco Bezzecchi, Enea Bastianini y Fabio DiGiannantonio (satélites) confirman hoy algo que se generó en los últimos años: Ducati discute un reinado japonés que había dominado por décadas el MotoGP, si bien el actual campeón del mundo, Fabio Quartararo, es piloto de Yamaha. El gran objetivo de la marca italiana es coronar este aluvión con un corredor propio que gane el Mundial.
Esta realidad incomoda a las niponas por una cuestión de sentido común: la moto que gana es la más deseada y el dueño de una moto siempre quiere ver a su marca ganar. La traducción en los productos de serie encuentra, por ejemplo, a la Ducati Streetfighter V4 (208 CV) como la supernaked más potente (ojo con la BMW M1000R) y consecuentemente la más deseada. Un escalón más abajo, la mayoría anhela un clásico como la Monster (la versión SP es una delicia, con 111CV), instaladísima hace décadas.
Este escenario no va a destruir el poderío de Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki. Eso no podría imaginarse ni en el más ridículo de los mundos. Al menos por ahora. Sin embargo, hay algo que puede asegurarse sin titubear: el momento de Ducati les ajusta un poco el cinturón. Y esto ya abrió el juego para que otras europeas se agranden para pelear y plantar su bandera en diferentes lugares del planeta. De hecho, muchas marcas del Viejo Continente dominan varios segmentos. Ducati, en tanto, tratará de mantenerse en la senda que la catapultó al éxito total en todos los frentes.