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Esta moto debería haber sido un éxito de ventas, pero no logró consolidarse: ¿por qué?



¿De qué moto se trata? Analizamos qué le falto y qué tiene para destacarse en nuestras calles.

Benelli 180S

Era la moto naked de entrada que debía transformarse en un pilar de su marca, pero nunca terminó de encontrar su lugar. Diseño, tecnología y buen rendimiento no siempre alcanzan cuando el mercado no acompaña.

En una charla reciente con Gustavo Padilla, una de las figuras más influyentes de la industria de la moto a nivel nacional, surgió una pregunta tan simple como reveladora: qué modelos no habían funcionado durante su gestión en las distintas marcas por las que pasó. La respuesta fue inmediata y sin rodeos. La primera moto que mencionó fue la Benelli 180 S, un producto que, sobre el papel, parecía destinado a convertirse en el caballito de batalla de la familia naked de la marca italiana, pero que en la práctica nunca logró despegar en nuestro mercado.

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Reivindicando a la Benelli 180 S: cómo es y qué equipa

La Benelli 180 S ocupaba un lugar estratégico dentro del catálogo. Era la puerta de entrada a la gama naked, una moto pensada para captar a usuarios jóvenes o en su primera experiencia con una marca de perfil aspiracional. Sin embargo, según Padilla, fue un modelo que “no se entendió” localmente. Y lo curioso es que el problema no estaba en la moto en sí. Todo lo contrario. Se trataba de un producto bien logrado, atractivo y con soluciones técnicas que incluso hoy siguen destacándose dentro de su segmento.

Benelli 180S roja

En su momento, cuando la probamos, quedó claro que no hacía falta estar en el tope de gama para ofrecer el mejor producto del catálogo. La 180 S iba por ese camino. Era, para Benelli, una propuesta de avanzada, con una concepción más moderna que otras integrantes de la familia. Incluso se destacaba por ser una de las pocas realmente livianas dentro del line-up de la marca, algo poco habitual en Benelli.

Desde lo conceptual, la 180 S competía en el segmento de iniciación, enfrentándose a motos de entre 160 y 200 cc. Allí sobresalía por equipamiento y soluciones técnicas poco frecuentes en conjunto para esa cilindrada. El diseño, claramente deportivo, le daba una identidad propia, con líneas afiladas y un estilo de streetfighter en formato compacto. La iluminación full LED, los detalles de seguridad como el corte de encendido con la muleta desplegada y el interruptor de balizas sumaban puntos en una categoría donde cada detalle cuenta.

También a nivel ergonómico la propuesta tenía un perfil bien definido. Era una moto compacta, pensada principalmente para pilotos de hasta talla media. Esa condición, que en ciudad la hacía ágil y fácil de llevar, también limitaba su alcance. Para muchos usuarios, especialmente los más altos, la posición de manejo podía resultar condicionante, y ese factor terminó pesando más de lo esperado a la hora de elegir.

Benelli 180S roja

En el apartado mecánico, la Benelli 180 S mostraba argumentos sólidos. Su monocilíndrico de 175 cc, con cuatro válvulas, refrigeración líquida, inyección electrónica y encendido por triple bujía, estaba asociado a una caja de seis marchas, algo poco habitual en el segmento. Con 18 HP declarados y un funcionamiento fino, se ubicaba claramente por encima de varias rivales directas en términos de prestaciones, con una velocidad máxima cercana a los 125 km/h de marcador y consumos contenidos.

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La parte ciclo era otro de sus puntos fuertes. Chasis perimetral de acero, horquilla invertida de 41 mm y monoamortiguador con bieletas conformaban un conjunto que transmitía solidez y estabilidad, incluso con margen para mayores prestaciones. A eso se sumaban frenos a disco en ambas ruedas y un sistema combinado de frenada que aportaba un plus de seguridad poco común en motos de este nivel.

Entonces, ¿por qué no funcionó? La respuesta parece estar menos en el producto y más en el contexto. No era la opción más económica del segmento y, aunque su equipamiento justificaba el precio, el público no siempre valoró ese diferencial. A eso se le suma la inevitable competencia, que en ese segmento siembre fue mucha, de diferentes orígenes y muy buena.

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