La deportiva más barata de Kawasaki todavía se vende en este país: así es su versión 2025
La pequeña deportiva de Kawasaki sigue vigente en este país. Estas son sus características más destacadas.
A más de una década de su lanzamiento original, la Kawasaki Ninja 300 sigue dando pelea en uno de los mercados más grandes del mundo.
Mientras en muchos países ya fue reemplazada por generaciones más modernas, esta deportiva de entrada continúa vigente en India, donde se comercializa desde 2013 y acaba de recibir una actualización correspondiente al modelo 2025.
En nuestro país, la Ninja 300 se vendió aproximadamente entre 2013 y 2019. Primero fue reemplazada por la Ninja 400 y, más tarde, por la Ninja 500 que se ofrece actualmente. Aun así, su paso fue significativo. No solo se consolidó como una deportiva “escuela” para quienes daban sus primeros pasos en el mundo del circuito, sino que también supo destacarse como una moto utilizable en el día a día urbano, algo que no siempre ocurre en este tipo de propuestas carenadas.
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Kawasaki Ninja 300 2025: cómo es la versión más nueva de la deportiva japonesa
En India, la Ninja 300 mantiene su lugar como una de las deportivas bicilíndricas más accesibles del mercado. La actualización 2025 no introduce cambios estructurales, pero sí algunos retoques que buscan mantenerla vigente. Entre ellos se destacan una nueva pintura, gráficos renovados y una configuración de faros mejorada, que incorpora un proyector delantero para optimizar la iluminación, aunque sigue recurriendo a tecnología halógena.
El corazón de la Ninja 300 sigue siendo su conocido motor bicilíndrico en paralelo de 296 cc, refrigerado por líquido. Este conjunto entrega 39 CV a 11.000 rpm y un par máximo de 26 Nm a 10.000 rpm. Se trata de un propulsor claramente orientado a las altas revoluciones, capaz de estirarse con suavidad hasta las 13.000 rpm, una característica que le da una personalidad muy marcada dentro del segmento.
Como sucede en sus versiones anteriores (que pudimos probar), la respuesta del acelerador está bien calibrada tanto para una conducción deportiva como para un uso más relajado, mientras que la caja de seis marchas con embrague antirrebote acompaña con un funcionamiento preciso.
Otro de los puntos que explica por qué este modelo sigue vigente es su chasis. La Kawasaki Ninja 300 ofrece un comportamiento equilibrado y predecible, que prioriza la confianza del piloto por sobre las reacciones extremas. No tiene la agilidad de una superdeportiva pura, pero justamente esa serenidad la vuelve más accesible para quienes se suben por primera vez a una moto deportiva.
La posición de manejo logra una combinación acertada entre deportividad y confort, con un asiento amable para trayectos largos y semimanillares que no castigan las muñecas.
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En términos de diseño, el paso del tiempo no parece haberle jugado en contra. El carenado completo conserva líneas atractivas y el clásico Verde Lima sigue siendo uno de sus sellos distintivos. La ausencia de pantallas TFT, conectividad Bluetooth o ayudas electrónicas avanzadas puede leerse como una desventaja frente a modelos más modernos, pero también como parte de su encanto. El tacómetro analógico, con una zona alta bien protagonista, refuerza esa sensación mecánica que muchos usuarios todavía valoran.
Claro que no todo es positivo en la deportiva de Kawasaki. El carácter del motor exige llevarlo alto de vueltas para obtener lo mejor de él. Por debajo de las 10.000 rpm, la aceleración se siente limitada, lo que obliga a trabajar constantemente con la caja de cambios para mantenerlo en su rango ideal. En entornos urbanos cargados o en rutas sinuosas, esa necesidad de respuesta inmediata puede resultar cansadora.
Además, la brecha tecnológica frente a sus rivales actuales es evidente. El instrumental es básico, la suspensión muestra limitaciones en superficies en mal estado y el sistema de frenos no ofrece la potencia ni el tacto que hoy se espera en este nivel de precios. Aun así, en India la Kawasaki Ninja 300 sigue encontrando su lugar, apoyada en una fórmula conocida, probada y fiel a una concepción más tradicional de la moto deportiva.
