El modelo más pequeño de la gama más mítica de Kawasaki: auténtico y algo más
Aprovechando la saga original y más mítica, una Kawasaki de menor tamaño destacó como pocas. Cuál exactamente, cómo y por qué y los detalles más imperdibles.
Kawasaki abunda de modelos icónicos, pero son pocos los que reflejan tan bien su esencia como los pequeñas. En un contexto en el que los de gran potencia y tamaño suelen llevarse la atención y hasta predominan, la ZXR 400 es un auténtico reflejo de lo que la firma japonesa es capaz de hacer en un formato más compacto.
Esto último, sin embargo, manteniendo el ADN de sus motos más míticas. Dicho de otro modo, la Kawasaki ZXR 400 consiguió un lugar especial en la historia de la marca por ser de la gama Ninja, la más importante, pero con un tamaño más pequeño. Parece, a simple vista y sin mucho conocimiento, que está muy por debajo de las originales, pero no.
Índice
El nacimiento de una Ninja en un formato más acotado
La Kawasaki ZXR 400 se desarrolló en un contexto muy particular. En Japón, las normativas de licencias de conducción limitaban la cilindrada de las motocicletas que podían conducirse con ciertos permisos, lo que llevó a los fabricantes a mimar especialmente las gamas de 400 y 250 cc.
La consecuencia de esto que estaba ajeno tanto a Kawasaki como a cualquier otro fabricante fue clara: modelos que, a pesar de su tamaño reducido, ofrecían unas prestaciones envidiables y mantenían la apariencia y tecnología de sus hermanas mayores que se vendían en otros mercados como el europeo. Eran menos potentes, pero también más pequeñas y, por ende, menos pesadas, lo que compensaba e incluso más y, por ende, devenía en un rendimiento superior y por encima de las expectativas.
Diseño y tecnología dignos de una Ninja
La ZXR 400 se caracteriza al día de hoy por un bastidor de doble viga perimetral en aluminio, donde el motor está suspendido para otorgar una rigidez y ligereza notables. Al mismo tiempo, este chasis estaba envuelto en un carenado con un agresivo diseño frontal de doble faro y entradas de aire que conducían directamente al airbox para optimizar el rendimiento.
Asimismo, las suspensiones estaban a la altura de una auténtica deportiva: una horquilla invertida de 41 mm y un basculante de aluminio con un sistema de amortiguación progresiva, totalmente regulables para personalizar la experiencia de conducción. Es decir, potencia y sensación de andar en su máximo esplendor y en diversos contextos.
Como si fuera poco, el sistema de frenos no se quedaba atrás, con dos discos delanteros de 310 mm y pinzas de cuatro pistones, complementados por un trasero de 240 y pinza de dos pistones. Este conjunto le permitía detenerse con eficacia y ser una de las más seguras.
En detalle, las performances de la Kawasaki ZXR 400
El corazón de la Kawasaki ZXR 400 es un motor tetracilíndrico de 398 cc, refrigerado por líquido y con un sistema de distribución de doble árbol de levas que maneja 16 válvulas. Su alta capacidad para girar a más de 14000 rpm, entregando 60 CV a 12250 rpm y un par de 41 Nm a 10000, respectivamente, representa su mayor distintivo.
La velocidad máxima de este modelo era de 220 km/h y podía acelerar de 0 a 100 km/h en 3.9 segundos. Al mismo tiempo, promediaba los 5 litros cada 100 km, por lo que la relación potencia-consumo era más que adecuada. Y el depósito de 16 litros le proporcionaba una interesante autonomía.
Y va más allá de los números. El propulsor de la Kawasaki ZXR 400 incluía carburadores Keihin de 32 mm y pistones de aluminio y exhibe un comportamiento contundente en altas revoluciones. Por eso la experiencia de conducción es emocionante y vibrante. A su vez, el cuadro de instrumentos, simple pero efectivo, colocaba un cuentarrevoluciones en el centro, flanqueado por un velocímetro y un indicador de temperatura del motor.
¿Por qué no es apta para todo público?
Si bien la Kawasaki ZXR 400 se asemejaba a una superbike, su tamaño compacto y ergonomía estaban diseñados para personas de menor estatura o que buscaran una posición de conducción deportiva; casi como una ventosa sobre el depósito.
Cabe mencionar que, para sacar lo mejor del motor y rendimiento de la moto, quien la condujera debía estar dispuesto a jugar con la caja de cambios de seis velocidades, cuyos recorridos eran algo largos. Esto se le dificultaba a cualquier novato, lo que explica por qué estaba pensada para experimentados.
Igualmente, no todo fue positivo para la Kawasaki ZXR 400, que se produjo entre 1989 y 2003. Careció de gran presencia en España, aunque se vendió en otros países europeos con un precio cercano a los 7600 euros, equivalentes a 8442 dólares.
Nació en 1995 y los fierros son una de sus principales pasiones. Periodista, licenciado en comunicación y especialista en marketing digital, integra desde 2022 el staff de MotorDigitalPress y colabora con la estrategia de contenidos en www.autotest.com.ar, www.lamoto.com.ar y www.transportemundial.com.ar.