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En qué mejoró la nueva Bajaj Rouser N250 UG con respecto a su antecesora

Cambios, mejoras y más.

Bajaj Rouser N250 UG prueba

La llegada de la nueva Bajaj Rouser N250 UG tomó por sorpresa al mercado local. No era un lanzamiento esperado, principalmente porque su antecesora aún se mantenía vigente y con buena aceptación entre los usuarios. En qué cambió y por qué.

Sin embargo, Bajaj Argentina decidió sumar a su catálogo una actualización que, lejos de ser un simple maquillaje, incorpora mejoras en el equipamiento, avances en la parte ciclo y algunos toques estéticos que le otorgan un aire más moderno.

Aunque su nombre pueda sugerir un cambio generacional, la realidad es que la N250 UG mantiene la esencia de la versión anterior, pero con un conjunto de novedades que la convierten en una propuesta todavía más interesante dentro de su segmento.

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Nueva Bajaj Rouser N250 UG: Una aclaración necesaria

Desde su llegada, la N250 generó cierta confusión entre los usuarios, ya que muchos la interpretaron como la sucesora de la NS200 o como el salto natural para quienes buscaban más cilindrada dentro de la misma línea. La realidad es que se trata de dos familias distintas. La gama N se caracteriza por priorizar la comodidad, el uso cotidiano y un comportamiento más refinado, mientras que la NS responde a una propuesta deportiva, con motores más potentes y una postura de manejo agresiva.

Bajaj Rouser N250 UG prueba

De esta manera, la Rouser N250 UG no reemplaza a la NS200 ni forma parte de la misma evolución. Es un modelo con un enfoque propio, que refuerza su identidad gracias a esta nueva actualización.

¿En qué mejoró?

En términos de diseño, los cambios fueron sutiles pero efectivos. La nueva paleta de colores y las gráficas más deportivas logran que la N250 UG luzca actual y atractiva. Las botellas de la horquilla invertida en dorado, junto con las tapas de motor y silenciador en gris, aportan un contraste elegante y moderno. Está disponible en blanco, rojo y negro, manteniendo un estilo sobrio pero renovado.

Uno de los cambios más relevantes se encuentra en la suspensión delantera, que ahora equipa una horquilla invertida de 37 mm. Este componente no solo mejora la rigidez, sino que también optimiza el comportamiento dinámico, ofreciendo una mayor sensación de solidez en el manejo.
Las ruedas siguen siendo de aleación liviana de 17 pulgadas, pero en la UG se destaca el neumático trasero de 140/70, que creció en 10 mm respecto a la generación anterior, lo que se traduce en un mejor apoyo y mayor seguridad en curva.

El tablero fue completamente renovado. Ahora es una pantalla LCD monocromática que, a pesar de su simpleza, ofrece información muy completa: autonomía, consumo y datos de viaje. Además, incorpora conectividad con el celular y navegación curva a curva, un detalle poco común en esta categoría.

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La seguridad también da un salto importante. La Rouser N250 UG incorpora control de tracción, un elemento inusual en motos de este rango de cilindrada, que se combina con tres modos de conducción: Road, Rain y Off-road. Si bien este último no convierte a la moto en una opción para el uso fuera del asfalto, sí demuestra la versatilidad de la electrónica aplicada a diferentes condiciones de manejo.

El ABS de doble canal, que ya estaba presente en la primera N250, ahora permite distintos niveles de intervención según el modo elegido, consolidando a la UG como una de las más avanzadas de su segmento en materia de seguridad.

Bajaj Rouser N250

La UG mantiene el confiable motor monocilíndrico de 249 cc, refrigerado por aceite, con 24,5 caballos de potencia y asociado a una caja de 5 velocidades. Se trata de un propulsor que se distingue por su suavidad, la entrega de torque desde bajas revoluciones y una respuesta progresiva del acelerador.

En la práctica, esto significa una moto que permite rodar a bajas vueltas en marchas largas sin sacrificar confort, evitando tironeos y transmitiendo una marcha pareja. La caja conserva un recorrido algo largo, pero preciso y bien escalonado, mientras que el embrague destaca por su suavidad al punto de poder operarse con un solo dedo.