¿Es esta moto trail la adecuada para la policía?
¿Es el modelo correcto o podrían haber elegido uno mejor?
El Ministerio de Seguridad anunció la adquisición de varias unidades de una reconocida moto trail para equipar a las principales fuerzas federales. Te contamos todos los detalles.
Como parte de una actualización en varias áreas de equipamiento para las fuerzas federales, el Ministerio de Seguridad de la Nación presentó 81 motos destinadas a patrullar zonas del Conurbano Bonaerense y alrededores.
El modelo específico es una KTM 890 Adventure, que se utilizará para equipar a la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, Policía Aeroportuaria y Servicio Penitenciario. Todas esas unidades fueron parte de una inversión que supera cómodamente el millón de dólares y tiene como finalidad luchar contra la inseguridad en general, pero también afrontar una problemática muy grande que tiene que ver con los robos de motovehículos en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires y zonas cercanas.
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Lejos de hacer un juicio de valor sobre la importancia de que se equipe a las fuerzas de seguridad, intentaremos analizar si esta moto trail es, o no, la adecuada para las tareas que se le van a exigir.
¿Cómo es la moto trail que utilizarán las fuerzas?
La KTM 890 Adventure es, sorpresivamente, una moto trail que no se vende en nuestro mercado, una de las cuestiones que más llamó la atención. En Argentina se vende la versión R de este modelo, que tiene unas cualidades más asociadas al uso fuera de caminos asfaltados.
En ese sentido, el nuevo modelo que utilizarán las fuerzas tiene un perfil más “crossover” si se quiere. Si vamos a los datos técnicos, utiliza el conocido motor LC8c en su variante de 890 cc, que puede ofrecer 105 CV de potencia máxima a 8.000 rpm y un par de 100 Nm a 6.500 rpm.
Se trata de un modelo que, pese a ser más accesible que la variante R, cuenta con una buena oferta electrónica, con varios modos de conducción, entre los que destacan antiwheelie, control de tracción sensible a la inclinación y quickshifter, que se ofrece de manera opcional.
Debemos parar a hablar específicamente del ABS, que en esta moto trail está más relacionado con los modos de conducción. Esto significa que al seleccionar los modos de conducción «Offroad» o «Rally», se activará automáticamente la configuración del ABS «Offroad», que lo apaga por completo para ofrecer una experiencia más adecuada en terrenos alejados del asfalto.
La parte de ciclo es un apartado que confía en materiales ya muy probados, como un chasis tubular fabricado en acero al cromomolibdeno, con el motor como elemento portante, y al que va anclado un subchasis también de acero. Las suspensiones son WP Apex, el modelo más “urbano” de la casa austriaca, y los frenos son Brembo. Su configuración de rodado tiene llantas de 21 pulgadas y 18, con llantas de rayos, al igual que casi toda la gama Adventure de la marca.
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Entre otras cuestiones, esta moto trail posee una pantalla TFT de 5 pulgadas, fabricada con cristal mineral adherido para una mayor resistencia a los arañazos y reflejos. Esto trae una nueva retroiluminación y mejor vinculación entre la pantalla y la app KTMconnect mediante Bluetooth, para facilitar las indicaciones del navegador Turn-by-Turn+, escuchar audio y atender llamadas.
El debate: ¿es adecuada esta moto trail?
En redes se generó un gran revuelo ante la presentación de esta moto trail como instrumento de seguridad, por varias cuestiones: su precio y su practicidad.
Si hablamos de los costos, está claro que no es una moto accesible, y eso se puede explicar teniendo en cuenta su equipamiento. Al Estado le costó, se estima, cerca de 20.000 dólares por unidad (no es una cifra exacta, de hecho, puede ser mucho menor, debido a que a ese precio habría que restarle impuestos y demás). Por lo tanto, muchos ciudadanos alegaron que por ese monto se podrían haber comprado más unidades de un modelo más barato.
Una posición entendible, pero que tiene un punto en contra si se quiere: no es una moto que se comercialice en nuestro país, por lo que la disponibilidad de piezas y repuestos puede ser un problema a futuro. Ojo, creemos que toda inversión en materia de seguridad es positiva, sin importar tanto la cantidad de unidades, pero teniendo en cuenta la gran suma de dinero utilizada, se podría haber pensado un poco más en la vida útil del material a largo plazo.
Seguramente, a la moto trail de KTM le vayan repuestos de la 890 R o incluso de la 790, pero no dejan de ser repuestos importados.
El segundo punto de “revuelo” se generó al analizar si estas motos no son demasiado para simplemente patrullar. Si bien esto tiene sentido (no es necesario una moto que supere los 100 CV y los 200 km/h para este uso), este punto despliega una doble lectura:
¿No sería mejor que las motos elegidas estén a la altura tanto para tareas simples como para la máxima exigencia? Creemos que la respuesta es afirmativa, y eso nos lleva a la primera problemática. Tal vez un modelo más escueto también hubiera sido capaz de cumplir con lo que se le exige.