¿Veremos esta moto trail en nuestro mercado? Tres claves para entender su reciente éxito en Europa
No es una moto trail mediana, pero tiene todo lo necesario para entrar en la conversación.
En un contexto donde el segmento adventure parece inclinarse hacia modelos de entre 400 y 550 cc, esta moto trail pretende mostrar que, cuando el equipamiento y las sensaciones aparecen, el tamaño del motor no es tan importante.
La Rieju Aventura 307 Rally aparece como una alternativa que va a contramano de esa tendencia. Es una moto que no necesita cifras deslumbrantes ni tecnología excesiva para convencer: su fortaleza está en el equilibrio general y en una filosofía muy clara, orientada a la conducción off-road real.
Esa coherencia explica por qué hoy se transformó en una de las trail ligeras más buscadas en el mercado español y en una de las que más intriga generó de este lado del charco, donde hay muchas on-off capaces, pero pocas con ese perfil aventurero que, seguramente, crecerá pronto.
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Se viene una moto trail 125 cc de entrada de gama, pero con equipamiento digno de un segmento superior
Conociendo un poco mejor a la moto trail liviana de Rieju
Comencemos por el motor. Se trata de un monocilíndrico de 293 cc, refrigerado por agua, que entrega 33,5 CV y 27 Nm de par. No busca cifras impactantes, sino tracción, progresividad y fiabilidad.
Son cifras similares a las que entrega la Voge 300 Rally, sin lugar a dudas una de las que será su rival más directa. La futura Moto Morini Kanguro 300 también está en ese rango, con 34 CV de potencia para una moto que seguramente veremos en 2026 en nuestro mercado y que se mueve con un motor derivado del 300 cc de la Kawasaki KLX 300, de la misma manera que la Voge y -estimamos- la Rieju.
Otra clave está en su concepción técnica y ergonómica, claramente orientada a la aventura real. Las suspensiones, con 235 mm de recorrido en ambos ejes, son largas, regulables y con un claro enfoque off-road. La horquilla invertida delantera y el monoamortiguador trasero con bieletas ofrecen regulación en precarga y extensión. No se trata de un conjunto de competición, pero sí de un sistema perfectamente calibrado para raid turístico y trail de nivel medio a alto, algo similar a lo que sucede con la Kanguro 300 y con la Kawasaki KLX 300, que podría ser una alternativa más por prestaciones que por estilo.
A esto se suma una ergonomía pensada desde el primer tornillo para la conducción de pie: asiento estrecho en su parte delantera, manillar ancho, torreta alta estilo rally y un depósito estilizado que permite sujetar bien la moto con las rodillas. La altura de asiento, cercana a los 890 mm, la ubica en el terreno típico de las rally replica, reforzando su identidad dakariana.
Como decíamos al principio de este informe, es una moto que se mueve más por emociones que por otra cosa, por eso el equipamiento «electrónico» se centra en lo necesario: iluminación LED y ABS con selector de intervención. Su pantalla tipo rally tiene la posibilidad de conectar el smartphone y replicar información mediante el sistema mirroring, un guiño que la destaca entre las motos que nombramos anteriormente.
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¿Para quién es esta moto trail?
Muchos dirán que esta moto trail no es tal, sino que se trata de una moto de rally. Pero puede ser una aventurera orientada al uso fuera de asfalto sin llegar a ser algo radical. Su tanque de 21 litros y el hecho de contar con un cubre cárter plástico son un guiño a que el asfalto también es parte de su hábitat.
Para responder la pregunta de este apartado es inevitable aportar algo de opinión, y la realidad es que este tipo de motos está pensado para quienes quieren un paso más por encima de lo que ofrecen las motos on-off de 250 o 300 cc que tan de moda están en nuestro país, a mi parecer.
Si hablamos de mercados con un poco más de variantes, la realidad es que se enmarca como un paso previo a una moto de rally de 450 cc, pero sin resignar ese corte «urbano», algo similar a lo que predicó en su momento la Honda CRF 300 Rally.
