Opinión: la moto más vendida de Kawasaki, ¿vale la pena por su precio?
La moto más accesible de Kawasaki es también la más vendida. Pero su éxito poco tiene que ver con su precio. Te explicamos por qué.
Cuando una moto on-off se planta como la más vendida de su marca, está claro que hace algo bien. La Kawasaki KLX 300 es exactamente eso: una de las más populares de la casa japonesa.
Y no es casualidad. Con un promedio de 7,2 puntos en nuestro test, es una propuesta que se siente honesta, directa y con un perfil claramente orientado al uso off-road recreativo, aunque no le huye a la ciudad. Eso sí: hay que saber qué esperar de ella. Acá te cuento por qué me dejó más sonrisas que quejas.
Performance: donde la Kawasaki realmente brilla (8/10)
Arranquemos por lo mejor de la Kawasaki KLX 300, a mi entender: su motor. El monocilíndrico de 293 cc es, sin vueltas, uno de los más divertidos del segmento. Los 32 CV de potencia y 27 Nm de torque no solo superan a rivales directos, sino que están pensados para exprimirlos al máximo en caminos de tierra.
La caja de 5 marchas acompaña esa filosofía: primera, segunda y tercera invitan a ser jugadas casi seguidas, ideal para tramos trabados o de baja adherencia. Y a eso sumale un peso de apenas 137 kilos. El combo resulta en una moto ágil, juguetona y que te saca una sonrisa en cuanto el camino deja de ser asfalto.
Seguridad: suficiente, pero con una deuda (7/10)
El apartado de seguridad deja sensaciones mixtas. Comparada con una Honda XR 300 Tornado, por ejemplo, la gran ausencia es el ABS. Sin embargo, los frenos cumplen muy bien su función. Adelante hay un disco lobulado simple de 250 mm con pinza de doble pistón; atrás, otro disco lobulado de 240 mm con pinza de un pistón. La respuesta es más que adecuada para el peso y el uso que propone la moto.
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Claro que, en un mercado que cada vez exige más en materia de seguridad activa, no tener ABS es una falta que se siente. Aun así, para el perfil off road que busca la KLX, los frenos mecánicamente están a la altura.
Equipamiento: austera pero robusta (7/10)
Si buscás tecnología, mejor mirá otro catálogo. Acá no hay ABS, ni controles electrónicos, ni luces LED. Pero no todo es crítica: donde Kawasaki puso la ficha fuerte es en la parte ciclo.
Las suspensiones son claramente el punto fuerte del equipamiento. Adelante, una horquilla invertida de 43 mm con recorrido de 254 mm. Atrás, un sistema Uni-Trak con amortiguador asociado a un basculante de aluminio y un recorrido de 231 mm. En criollo: está lista para tragarse pozos, piedras y todo lo que le tires. En ese sentido, la KLX 300 cumple con creces su promesa de moto de aventuras.
Consumo: el talón de Aquiles (7/10)
Acá es donde la Kawasaki KLX 300 tiene algunos interrogantes. No tanto por el consumo en sí, que es razonable para el motor (está en 4 litros para el centenar de kilómetros, aproximadamente), sino por la autonomía limitada. El tanque de apenas 7,5 litros se queda corto para quienes planean salidas largas o travesías.
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Con un uso optimista del acelerador, la autonomía ronda los 180 kilómetros. En escenarios más realistas o exigentes, puede bajar rápido. Si tu idea es explorar caminos remotos, vas a tener que planificar bien las paradas para cargar combustible o llevar un bidón. No es tan grave y el 7 de calificación tiene que ver más con el hecho de que esta poca capacidad de combustible está pensada para mantener el peso bajo de la unidad y, siendo realistas, un consumo de 4 litros aproximado no está nada mal.
Precio: discutible pero justificado (7/10)
Hoy la Kawasaki KLX 300 se ofrece a $11.993.000. Sí, es sensiblemente más cara que sus competidoras directas. Y sí, también es cierto que podría ofrecer algo más por ese precio.
Pero también es justo decir que la KLX apunta a un público distinto. No está pensada como herramienta urbana, sino como juguete recreativo para quienes priorizan la diversión off road. En ese contexto, muchas de sus falencias se le perdonan. El mercado parece coincidir: es la moto más vendida de Kawasaki, lo que habla claro del valor que los usuarios le reconocen.
Perfil de usuario
La Kawasaki KLX 300 no es una moto para todos. Es para quienes buscan una on-off liviana, potente y lista para salir del camino. No es la más equipada, ni la más barata. Pero es, sin duda, una de las más divertidas y confiables.
Si entendés su propuesta y aceptás sus límites, es muy difícil que te decepcione. Y ahí está la clave de su éxito.