Visitamos el CIMA Motor de China
Cuando llegamos por primera vez a China en 2011 descubrimos que el mercado local, en uno de los principales países exportadores de motos, todavía estaba en pañales. Hasta ese momento no se producían allí motos de alta gama (casi todas se importaban y no alcanzaban para satisfacer la demanda).
En los últimos días de septiembre volvimos a visitar la ciudad atravesada por el río Yangzi, en el corazón industrial de China y, tras casi un lustro de ausencia (la última vez que estuvo allí LA MOTO fue en 2014), nos asombramos por los grandes cambios que experimentó la cultura de la moto local. Antes tan solo había un puñado de motociclistas en el parking del Chongqing International Expo Center, ahora encontramos miles de motos, de todas las marcas y todos los modelos y tamaños. En 2011, los integrantes del único club de usuarios de Harley-Davidson nos hicieron una invitación especial para participar de su encuentro en paralelo con la feria y, ahora, nos cansamos de ver casacas y camperas identificando a cientos de grupos diferentes y provenientes de todas las regiones de China. El sector destinado para las pruebas de manejo y demostraciones era por aquellos días un predio muy limitado, pero esta vez hubo una feroz competencia entre las principales marcas para determinar cuál tenía mayor superficie (léase: BMW, Adiva y KTM entre las extranjeras, así como Voge y Jincheng entre las locales). Y, lo más llamativo del caso, fue la asistencia de público (sea motero o no). Los números de 2015 hablaban de casi 100.000 visitantes (una cifra nada despreciable para cualquier evento). En la actualidad, y en solo tres días, un total de 350.000 almas pasaron por los pabellones de la muestra. Esto demuestra que la ambición de Mr. Wei de “colaborar con el crecimiento y el afianzamiento del comercio motociclístico” que tenía cuando concibió CIMAMotor allá por 2002, va por buen camino.
China está cumpliendo 70 años como República y las celebraciones se prolongarán más allá de lo habitual. Fue por eso que se produjo un ordenamiento en las fechas asignadas para las muestras y exposiciones y CIMAMotor adelantó su convocatoria para septiembre, durante el fin de semana en el que el hemisferio boreal abandonó el verano para recibir al otoño. Así, a pesar de realizarse antes que la tradicional Feria de Cantón (donde se presenta todo lo nuevo para el mercado chino, desde aviones a celulares), la muestra motociclística cumplió con las expectativas y generó muchas repercusiones a nivel novedades. Por el lado de las marcas, no estuvieron todas, pero sí las más importantes. Las reconocidas mundialmente Loncin y Zongshen acapararon la atención con los mayores espacios del pabellón 8. La primera se dedicó a difundir su marca de alta gama Voge, con motos de más de 400 cc en sus configuraciones tradicionales o eléctricas, y también tuvo un espacio importante para su recientemente asociada: MV Agusta. La otra, más allá de mostrar las motos de alta cilindrada con su marca alternativa, Cyclone, se encargó de darles espacio a las firmas que representa, tal el caso de Piaggio y Aprilia. Bajo ese mismo techo, otras firmas locales como Huangqin, Wuyang, Yingang, Kayo, Benda, Taro y Regal Raptor, también exhibieron sus líneas de productos actualizadas.
Las mayores atracciones en el pabellón 7 tuvieron que ver con la presencia de empresas de accesorios, indumentaria y repuestos. Fue allí donde LS2, una marca reconocida globalmente de origen chino, dispuso de un gran espacio para mostrar lo último en materia de cascos. Rivales directos en la preferencia del público (por algo estaban en la otra punta del pabellón) los cascos KYT y AGV también exhibieron sus productos. También llamó mucho la atención la novedad de Feher Helmets con sus inéditos cascos “Mr. Cool”, equipados con aire acondicionado. En el mismo lugar, encontramos más marcas de renombre como la europea Alpinestar con sus gamas de indumentaria, los lubricantes Iphone provenientes de Japón y las maletas y baúles Shad de origen español. Aquí mismo, y para distribuir equitativamente los stands entre motos y accesorios, dos espacios de consideración para BMW que presentó su actual línea de productos y el “orgullo de Mr. Wei”: el sector de Harley-Davidson, con modelos de serie y varias producciones personalizadas.
El último pabellón desde la entrada principal, el número 5, recibió al visitante con los espacios dedicados a Kawasaki y Ducati, la llegada de Indian con sus novedades (para seguir fomentando aquello del “sueño americano”) y más productos derivados, tal el caso de neumáticos Pirelli, lubricantes Motul, cascos Lazer o cadenas DID. En cada uno de los inmensos pabellones, además de las marcas de renombre mencionadas, infinidad de stand de menores dimensiones para las empresas locales, donde se destacaron compañías de customización, miles de repuestos y accesorios específicos, gadgets tecnológicos, más indumentarias especiales, soluciones en materia de seguro o turismo, y la gran atracción de un inmenso stand de Monster, que ofrecía la posibilidad de (código QR mediante) llevarte gratis una lata de energizante con la “M” desgarrada.