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Royal Enfield Bear 650: primeras sensaciones de manejo sobre la esperada scrambler

Así se comporta la nueva scrambler de la casa india.

Royal Enfield 650

Probamos en Córdoba la nueva Royal Enfield Bear 650, una scrambler basada en la conocida Interceptor 650, durante un recorrido de más de 100 kilómetros que combinaron tramos asfáltico y fuera de ruta.

El objetivo fue claro: comprobar cómo se traduce en el uso real esta propuesta de mayor polivalencia, con ajustes específicos en motor, parte ciclo y ergonomía pensados para salirse un poco del asfalto sin perder el espíritu clásico de la marca.

Desde los primeros metros, la Bear 650 se muestra como una moto familiar para quienes ya conocen la plataforma, pero con una personalidad propia. Conserva el carácter mecánico de siempre, ese “alma” que se percibe en cada aceleración, pero suma mejoras puntuales que refuerzan su faceta scrambler y le dan un uso más versátil en el día a día.

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Cómo se siente la Royal Enfield Bear 650

La base mecánica es la ya conocida de la familia, el bicilíndrico de 650 cc, aunque con cambios concretos. El motor recibió un remapeo que, según los datos que maneja la marca, le otorga alrededor de un 8% más de torque: ahora entrega 56 Nm frente a los 52 Nm de la Interceptor. En la práctica, esto se traduce en una respuesta más llena desde abajo y en la zona media del cuentavueltas, justo donde se la utiliza con más frecuencia en un uso real.

Este comportamiento se ve reforzado por el nuevo escape 2 a 1, que contribuye a mejorar esos bajos y medios, y por una relación final más corta: la Bear 650 suma tres dientes más en la corona, pasando de 37 a 40. El resultado es una moto que sale con más decisión, más enfocada en un uso polivalente tipo scrambler que en la elasticidad puramente rutera.

Cómo está equipada la Royal Enfield Bear 650

Más allá de los datos, lo que termina de definir el conjunto es la sensación que transmite el motor. Sigue siendo un propulsor que enamora por su entrega suave pero contundente y por esa forma “pura” de empujar que ya no abunda. La Bear 650 se mantiene fiel a la filosofía de ofrecer la tecnología justa y necesaria: inyección y ABS según el modo, puede actuar de manera más o menos intrusiva e incluso permitir la desconexión en la rueda trasera, sin sumar controles electrónicos superfluos.

Uno de los cambios más importantes se percibe en la parte ciclo. La nueva horquilla delantera Showa, combinada con la rueda de 19 pulgadas, le da a la Bear 650 un aplomo claramente superior. La moto pisa mejor, va más plantada y transmite más confianza tanto en rectas como en curvas. A pesar del mayor diámetro de la rueda delantera, los cambios de dirección no se sienten más lentos; por el contrario, la moto se muestra ágil .

Otro punto a favor es que la Bear 650 “flamea” bastante menos que la Interceptor. El bamboleo típico de la plataforma se ha reducido sensiblemente, hasta el punto de que apenas se percibe un leve movimiento a alta velocidad, sin llegar a comprometer la estabilidad.

En cuanto a los neumáticos, la moto calza un juego mixto que funciona muy bien tanto en asfalto como en tierra. Su dibujo recuerda de manera evidente a los Pirelli Scorpion STR, con buen agarre en ruta y un plus de confianza cuando aparece un camino de ripio o tierra compacta. Son cubiertas con cámara, otro factor que suma algo de peso, pero que no arruina el comportamiento general.

Cómo está equipada la Royal Enfield Bear 650

No es una moto liviana ronda los 214 kg en orden de marcha-, aunque lo cierto es que, una vez en movimiento, la ciclística hace que se deje llevar con naturalidad. La Bear 650 se siente cómoda en el asfalto, que sigue siendo su terreno principal, pero ahora admite sin problemas un off road muy tranquilo: esos caminos sencillos de tierra que aparecen de sorpresa en cualquier salida. No es una moto para hacer locuras ni enduro exigente, pero sí para animarse a explorar sin miedo.

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Ergonomía, equipamiento y vida a bordo

La ergonomía acompaña bien ese planteo polivalente. El asiento es claramente más cómodo que el de la Interceptor, con mejor mullido y sin los cantos cuadrados laterales que generaban molestias en tiradas largas. Las estriberas cuentan con gomas desmontables, lo que permite ganar tacto cuando se circula de pie fuera del asfalto, y el manillar es apenas más ancho y plano, algo que beneficia tanto el control en off road como los cambios de dirección sobre el asfalto.

En el apartado tecnológico, la Bear recurre al conocido Tripper Dash, el mismo sistema que equipa modelos como la Himalayan y la GRR 450. La gran novedad es que ahora incluye navegador integrado con mapas de Google, un upgrade muy bienvenido para quienes usan la moto para viajar o moverse a diario por la ciudad.

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