Un estudio revela que 8 de cada 10 menores no usan casco cuando viajan en moto
Analizamos un estudio que arroja una preocupante cifra sobre el uso de casco en los más chicos.
El 82% de los chicos que viajan en moto no utiliza casco en Argentina. Esa cifra surge de estudios recientes de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y refleja una problemática extendida en gran parte del país: la costumbre de trasladar a menores en moto sin medidas mínimas de protección.
El traslado de menores de edad en vehículos de dos ruedas continúa siendo un tema preocupante para especialistas y autoridades de tránsito. A pesar de que organismos internacionales recomiendan no transportar menores en moto, en Argentina la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449 no lo prohíbe expresamente y solo exige que todos los ocupantes lleven casco.
Sin embargo, la realidad está lejos de esa norma: distintos estudios coinciden en que la gran mayoría de los chicos viaja desprotegido. Un relevamiento realizado por la ANSV en 2018 había advertido que apenas el 27,8% de los jovenes de entre 0 y 17 años utilizaba casco al viajar en moto. En otras palabras, 7 de cada 10 chicos lo hacían sin protección. La tendencia empeoró con el paso del tiempo: de acuerdo con un estudio publicado en 2024 por el Observatorio Vial Nacional junto al Hospital Garrahan, solo el 18,2% de los chicos transportados en dos ruedas lleva casco, lo que equivale a que el 82% se traslada sin ninguna protección en la cabeza.
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Chicos en moto sin casco: riesgo agravado para los más jovenes
Los especialistas remarcan que la vulnerabilidad de los niños en un hecho vial es mucho mayor que la de los adultos. Esto se explica porque el cerebro y el cráneo no alcanzan su maduración completa hasta los 20 años. A los 4 años, la cabeza de un chico ya equivale al 90% de la de un adulto y a los 12 años llega al 95%, pero las placas óseas recién se cierran totalmente al llegar a la adultez. Esta condición hace que, ante un impacto, las consecuencias sean más graves.
La evidencia médica es contundente: el Hospital de Niños de Córdoba recuerda que el uso correcto del casco puede reducir hasta en un 70% el riesgo de lesiones graves en la cabeza. Sin embargo, aún persiste la creencia errónea de que “en trayectos cortos no pasa nada”.
La costumbre de trasladar menores en moto sin casco se repite en gran parte del país, aunque con mayor incidencia en provincias como Chaco, Formosa, Tucumán, Santiago del Estero y Misiones. Allí, más del 40% de las motos circulan con al menos un menor a bordo, muchas veces sin ningún tipo de seguridad.
Las consecuencias son trágicas: cada año, entre 120 y 150 niños mueren en siniestros viales mientras viajaban en motocicleta y uno de cada cuatro sobrevivientes queda con secuelas permanentes, según los registros de la ANSV y el Hospital Garrahan.
Los estudios identifican múltiples factores detrás de este comportamiento. Entre ellos, la economía: un casco infantil homologado cuesta entre $20.000 y $35.000 suma que puede superar los $400.000, montos difíciles de afrontar para muchas familias.
La falta de oferta de cascos adaptados para niños y la escasa cobertura del transporte público en zonas periféricas también influyen. En muchos sectores de bajos recursos, la moto aparece como la única alternativa de movilidad familiar, más económica que el transporte público y más práctica para el día a día.
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Algunas jurisdicciones implementaron programas de entrega gratuita de cascos infantiles para familias en situación de vulnerabilidad. Ciudades como Resistencia, La Banda y Posadas ensayaron este tipo de políticas, aunque con un alcance limitado frente a la magnitud del problema.
Paralelamente, organizaciones civiles y organismos estatales impulsaron la campaña “Regalale un casco, no un susto”, con el objetivo de instalar el uso del casco infantil como una responsabilidad adulta y una necesidad colectiva. El mensaje busca concientizar a padres y madres sobre la importancia de la prevención y la seguridad vial en la infancia.