Zanella y su peor momento
La crisis. La de siempre. Con distinta cara, pero con igual final. Como acontece cada tanto en un país condenado a tropezar con la misma piedra una y mil veces. A días de las PASO (un termómetro electoral de dudosa utilidad), y con pseudomedidas económicas del gobierno tomadas a último momento que parecen craneadas para llegar de la forma que sea a la reelección más que para darle oxígeno al bolsillo de la gente, la legendaria marca de Caseros da la nota –triste– una vez más. Adiós a la planta de Mar del Plata (donde hace poco iba a empezar a producir su primer auto en sus más de 70 años de trayectoria), parece que también se viene la noche en la fábrica de Cruz del Eje (esa bonita ciudad cordobesa) y hasta las instalaciones de San Luis podrían sufrir despidos masivos de personal para “acomodar” los números.
No somos voceros de Zanella ni conocemos a ciencia exacta –ni aproximada– qué está pasando puertas adentro de la compañía. En la mesa chica, donde se toman las decisiones que marcan la agenda, es clima debe ser bastante espeso. Si tenemos encuenta los últimos 12 meses (no el año calendario) el mercado de las motos y la industria que lo abastece tocó fondo como pocas veces desde aquel impresionante boom que lo llevó a ser una de las industrias más pujantes del país. Hoy Zanella parace ser el reflejo de lo que sucede en el país. El triste reflejo.
Los trabajadores, la representación gremial y la empresa mantuvieron una reunión en la mañana de este martes en la sede de la cartera laboral, en la capital de la provincia mediterránea, en la que no hubo acuerdo pero sí se estableció un canal de diálogo.
No obstante la medida, el miércoles 14 habrá una nueva audiencia en Trabajo en la que la empresa podría comunicar el cierre de la planta y el pago de las indeminizaciones por tramos para la totalidad de sus trabajadores, que perderán su empleo.