Honda: así se fabrican las motos en Argentina
Visitamos la planta de Honda Argentina en la ciudad de Campana para aprender más sobre el ensamble de las motos que vemos en la calle.
Siempre es un buen momento para visitar “la cocina” de la marca de motos más vendida en nuestro país, por lo que aceptamos de inmediato la invitación (exclusiva para nosotros) de Honda Argentina a recorrer su planta de motos ubicada en la localidad bonaerense de Campana.
Personalmente, desde 2019 que no visitaba la planta en concreto, aunque sí de manera más habitual el predio y pista de pruebas donde se realizan presentaciones (como el lanzamiento de la Gaucha GLH 150) y eventos en general. En aquella ocasión, la planta se encontraba en una “transición” en donde, por una estrategia global de Honda, dejaba de fabricar autos para enfocarse únicamente en la producción de motos. Es por esto que, en esta última visita, encontramos a la planta con algunas diferencias respecto a aquella visita de 2019.
Recordemos que Honda Argentina produce 9 modelos actualmente, todos ellos de gran demanda. De Campana se despachan las 2 versiones de Honda Wave, el CG150 Titán, la GLH150, el CB125F Twister, la XR150L, la XR250 Tornado, y las CB250 Twister y XR190L, estás 2 últimas, las más recientes incorporaciones a la línea local. De muchos de estos modelos, podés encontrar sus pruebas completas en nuestra web así como algunos videos en nuestro canal de Youtube.
Con Norberto Cavenaghi -Gerente de Planta- dispuesto a explicarnos todos los detalles y pormenores posibles, realizamos un circuito por las distintas áreas, siempre atentos al estricto protocolo de seguridad para evitar accidentes y/o molestias a los operarios.
Cifras como una moto cada 70 segundos o entre 10 y 15 contenedores de partes se descargan a diario, nos ponían al tanto de los volúmenes que se manejan en una de las plantas más importantes de la región. No obstante, la filosofía nipona (que se respira en cada rincón de la planta) y la demanda hacen que, constantemente, se optimicen aún más los procesos para reducir ese tiempo y superar las 420 unidades diarias de motos Honda (entre los 9 modelos) que se producen hoy en Campana.
Pudimos ver “in situ” la integración nacional de partes, muchas veces tan mencionada pero que pocas marcas muestran. Además de la localización de partes en proveedores locales (que fabrican piezas como horquillones, pedales de cambio, cubre cadenas, soportes de dirección y apoyo, etc), en Honda (planta) la integración viene de la mano de la inyección de PVC para la fabricación de guardabarros, cachas, etc, y del soldado y pintado de los cuadros de 6 de los modelos que aquí se producen. Acá nuevamente fuimos testigos de los distintos procesos que hacen de la “optimización de recursos” y “sustentabilidad” pilares de su carta magna.
Y es que las piezas ya son inyectadas con el PVC del color de la moto, evitando el proceso de pintado y la contaminación consecuente. De igual modo ocurre con los chasis de 6 de los 9 modelos que se producen aquí, los cuales se sueldan (se controlan más de 100 puntos para verificar distancias, alineaciones y demás características del cuadro que luego serán fundamentales para el correcto montaje de la unidad) y se pintan electrostáticamente (pintura en polvo), un proceso mucho más sofisticado y sustentable que el de pintado tradicional.
La planta de Honda cuenta actualmente con 2 líneas de montaje, una larga y otra corta. Esta última es la encargada de producir el Twister 250, la Tornado y la XR190, mientras que la larga despacha el resto de los modelos. La producción diaria actual es, en un turno de 8 horas, de 420 unidades. Esta misma planta, pero con una línea más, supo producir unas 700 unidades. Números que pintan diferentes épocas de un mercado tan irregular en el tiempo y también la capacidad productiva de esta planta para adecuarse a las circunstancias.
Todos los modelos de Honda que se despachan de la planta de Campana pasan por 3 rigurosas revisiones donde se cotejan diferentes componentes, aspectos y comportamientos. No obstante, se toman diariamente al azar un puñado de motos que se desarman íntegramente en busca de fallas ocultas que podrían ocasionar inconvenientes luego de varios kilómetros.
Cualquier falla o problema detectado en alguna unidad provoca una detención automática de la producción hasta que se garantice la resolución de dicho problema. Asegurar la calidad termina traduciéndose en confiabilidad y “sana vejez” de los modelos, aspectos muy valorados por el usuario, tanto en el mercado de 0km como en el del usado.
Visitar una planta como la de Honda, siempre es un buen plan. Personalmente me quedo y me interesa destacar que acá se producen partes (en planta y en proveedores locales) y se realizan muchos procesos que involucran a la fabricación de un modelo. Es importante desterrar esa creencia de que en nuestro país no se fabrica nada, y que solo se le ponen las ruedas y los espejos a las motos denominadas nacionales.