Husqvarna Svartpilen 250: en qué se diferencia con la 200
Mirá en qué se diferencia y por qué.
Pocas piezas, muy pocas, comparte esta Husqvarna Svartpilen 250 con su predecesora, la Svartpilen 200. Ergonomía, motor, diseño y más.
Como anticipo, podemos decir que es una moto que creció mucho en tamaño, y eso es algo que se percibe rápidamente, ya sea desde abajo como arriba de la moto.
Creo que Husqvarna ha conseguido algo muy difícil, porque pone
rse a “manosear” un diseño tan bien logrado como el de la 200 y súper actual aún, para crear esta 250 sin perder la esencia y que, a su vez, se vea completamente nueva, vaya que debe ser complicado.
Husqvarna Svartpilen 250: nuevos detalles
Dicho esto, sí me parece importante destacar algunas cuestiones que diferencian mucho a esta 250 de la vieja 200 en cuanto a su silueta. Además del tamaño, vista lateralmente, llama la atención la voluminosa protuberancia del tanque, con el nombre del modelo, como así también las nuevas tapas laterales del radiador con el logo de la marca. Las nuevas llantas también dejan ver su nuevo diseño, ahora con 6 rayos más gruesos e inclinados, que dan impresión de más dinamismo, fiel a los nuevos diseños de Husqvarna.
Adelante también hay cambios en esta Husqvarna Svartpilen 250, y lo más destacable, además de que el disco de freno cambia de lado, es el nuevo faro principal, que obviamente, y como debe ser en una moto que apela en parte a lo clásico, mantiene su redondez pero sobre un conjunto completamente nuevo y con un poder lumínico sobresaliente.
Debe ser, por lejos, la moto sub-300 que mejor ilumina. Otra novedad, y que viste de otra manera el frente de la Svart, tiene que ver con la incorporación de serie de este pequeño parabrisas, que, a su vez, esconde la parte trasera del instrumental. Por supuesto, no esperen que esto vaya a mejorar en nada la protección aerodinámica de la moto, aunque ya sabemos que ese no es un problema para el usuario de un modelo como este.
Posición de manejo
Sobre la moto, las diferencias y los cambios respecto a la Husqvarna Svartpilen 200 son más palpables aún. Es 15 mm más baja de asiento que la 200, por lo que es mucho más accesible, con unos 820 mm de altura de asiento según ficha técnica, lo que será bienvenido por los pilotos más bajos pero que no supondrá un problema para los más altos, ya que el espacio en general ha crecido mucho. Podríamos decir que esta 250 es más “inclusiva”.
La postura, con mi largo de brazos, no es erguida del todo (tampoco lo era en la 200), y voy apenas cargando el tren delantero pero sin que esto genere ningún tipo de molestia. Un poco lo mismo sucede con la postura de piernas, que, sin llegar a ser deportiva, produce una flexión de piernas apenas más acusada que otras motos del segmento.
No me quiero ir por las ramas sin antes mencionar lo bien que viene el aumento de tamaño del asiento, tanto para piloto como para acompañante. La Husqvarna Svartpilen 200 tenía un asiento que al ratito ya empezaba a cansar, sobre todo por lo finito que era. Ahora contamos con un asiento mucho más generoso en tamaño y mullido, para ambas plazas. Ya que hablamos de la plaza trasera, ahora es mucho más espaciosa y cómoda.
Respecto al instrumental y comandos, todo es nuevo. Frente a nosotros encontramos una nueva pantalla LCD de 5” súper completa en la dotación de información. No le hace falta nada más. Por otro lado, y mediante la vinculación Bluetooth con nuestro smartphone, anexa funciones como responder llamadas entrantes, reproducir música y hasta navegación curva a curva.
Motor
Como se imaginarán, el 250 en la denominación de esta Husqvarna Svartpilen hace alusión directa a la nueva cilindrada. A mi criterio, un conjunto térmico más equilibrado que los viejos 200 y 373 de la generación anterior, pensando un poco en un estricto uso urbano y algo más.
Monocilíndrico de 249 cc, SOHC de 4 válvulas, refrigeración líquida, asociado a una caja de 6 marchas mediante un embrague asistido y antirrebote, con un comando cortito y bien preciso.