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Suzuki y el modelo que maduró la saga más mítica con una fórmula especial

Suzuki es una de las marcas más destacadas, sobre todo en algunos segmentos. Por eso es necesario conocer las claves de uno de sus modelos más importantes y de una saga mítica.

La saga GSX-R de Suzuki es, sin lugar a dudas, una de las más icónicas tanto de esta marca como del mundo de las dos ruedas. En esta, la GSX-R 400 fue y es al día de hoy un modelo clave, ya que permitió alcanzar una madurez significativa y consolidar una fórmula que, más allá de su evolución, exhibe una esencia que no cesa.

Suzuki GSX-R 400, una de las motos más importantes

Características y evolución de la GSX-R 400 con su fórmula ganadora

La Suzuki GSX-R 400 está celebrando su 40° aniversario, ya que se lanzó por primera vez en 1984. Desde allí se ganó rápidamente un lugar en el corazón de los aficionados al motociclismo japonés, debido a las regulaciones locales que limitaban la potencia y cilindrada de las motocicletas. 

A pesar de estas limitaciones, la compañía nipona logró ofrecer una moto con características impresionantes, lo que la convirtió en un éxito inmediato en su país de origen. Y eso no sería todo, ya que cuatro años más tarde se introdujo la nueva GSX-R 400 con código interno GK73A, la cual contaba con la misma esencia, pero con interesantes mejoras.

En pocas palabras, esta versión incluía un chasis completamente nuevo, más rígido y con una distancia entre ejes reducida a 1375 mm. Se evidenciaba en lo estético, pero, por  sobre todas las cosas, optimizaba la agilidad que se no veía afectada por su incremento de peso a 160 kg.

GSX R400 de 1988

¿Cómo y en qué la Suzuki GSX-R 400 se asemejaba a su hermana mayor?

Uno de los principales objetivos de Suzuki con este modelo era mejorar la usabilidad del motor, a partir de ampliar su margen de utilización. Para eso se sumaron nuevos carburadores tipo slingshot y un sistema de escape 4-2 que mejoraba el par motor y la potencia en medios. De todos modos, la misma continuó siendo de 59 CV; suficiente para una motocicleta de su tamaño.

En cuanto al diseño, esta moto adoptaba una estética claramente influenciada por su hermana mayor, la GSX-R 750. Las líneas eran casi idénticas, pero adaptadas a un tamaño más compacto. También incorporaba novedades como un radiador frontal curvo y pinzas de freno Tokiko de cuatro pistones, para contribuir a un frenado más efectivo. 

Suzuki GSX R750

Estéticamente, la Suzuki GSX-R 400 destacaba un nuevo guardabarros trasero que protegía al amortiguador de la suciedad y un cuadro de instrumentos revisado, que incluía una aguja única para medir la temperatura en marcha y el nivel de combustible al detenerse. Parece un detalle menor, pero hacía que la experiencia de conducción fuera aún más positiva.

La variante Sport Production y el refinamiento continuo

El mismo año, Suzuki lanzó la GSX-R 400 SP, una variante diseñada para los más exigentes. Aunque el propulsor no podía ser modificado para cumplir con las normativas de matriculación, sorprendía por sus modificaciones estéticas y por la suspensión. Concretamente, disponía de un asiento monoplaza con tapa para el pasajero y un depósito  de gas separado y no había estriberas delanteras.

Así, la GSX-R 400 continuó evolucionando durante los ‘80 y, en 1989, la marca lanzó la GSX-R 400R, con un basculante reforzado y otras mejoras técnicas. No era una versión 100% nueva, ya que su objetivo era complementarse con la GSX-R 400R SP. Esta, además de las suspensiones optimizadas, presentaba un colín monoplaza diferente y una caja de cambios con relaciones más cerradas.