Cuál elegir: ¿Honda PCX 150 o Yamaha NM-X 155?
Diseño
Arrancando con la Yamaha, su diseño elegante junto a líneas suaves y modernas, redondean un producto de aspecto dinámico y, sobre todo, muy atractivo. El faro principal adopta tecnología led para alta y baja asegurando así una potente luz blanca para los desplazamientos nocturnos. En cambio, las luces piloto (adelante y atrás) se conforman con las clásicas bombillas halógenas. Los intermitentes integrados al carenado y de acrílico transparente se ubican justo en el quiebre del pecho. El parabrisas es del tipo corto y suficiente para los trayectos urbanos, pero aquellos que necesiten cubrir tramos de autopistas a diario deberían cambiar por alguno de mayor protección. El guardabarros de neto corte deportivo es muy lanzado y en punta, y anuncia orgulloso a sus lados la presencia del sistema antibloqueo de frenos. Atrás, el grupo óptico de tecnología led solo para el stop integra los intermitentes. Un corta spray largo que remata el colín soporta la patente y los reflectivos. Por su parte, el silenciador de escape monta un generoso protector plástico de aspecto sobrio y deportivo.
Ahora es el turno del producto de Honda. Los halagos no se hicieron esperar destacando el diseño, la posición de manejo y la serenidad de marcha, exactamente en ese orden. Los nuevos grupos ópticos son lo primero que se destaca en el PCX 2019, tanto el delantero como el trasero ganaron en tamaño y protagonismo. Su iluminación full led es toda una declaración de modernidad y seguridad para la conducción. Vemos y somos vistos muy claramente a bordo de este PCX. Pero no todo son buenas noticias en este apartado, ya que curiosamente no contamos ni con gatillo ni con un pulsador para realizar el passing de luces y nos tenemos que arreglar con el conmutador alta/baja para realizar una guiñada. Lo que sí está muy bien logrado es la incorporación del interruptor de balizas, con un pulsador bien grande en la piña derecha que resulta de rápido e intuitivo accionamiento ante una situación de emergencia.
Ergonomía
Continuando con la ergonomía, el asiento de la Yamaha NM-X 150 es amplio y de mejor mullido para ambas plazas, es un buen comienzo. Debajo de este, al que se accede mediante el mismo tambor de arranque, podemos guardar fácilmente un casco integral y algunos objetos más. La capacidad del espacio se ve beneficiada gracias a que el tanque de combustible posee su boca de reabastecimiento justo en el lomo del piso elevado. Una lástima que tanto espacio no haya sido coronado con una luz de cortesía o una toma USB/12v para cargar dispositivos móviles. Encontrar la posición de piernas más relejada no será un problema, ya que el piloto cuenta con pisaderas dobles con tramado antideslizante. El acompañante, en cambio, deberá desplegar los pedalines retractiles que no son tan amplios, pero tienen una posición cómoda. El espacio para piernas es más que suficiente y, a pesar de su baja cilindrada, es un scooter apto para pilotos altos.
Con respecto a la Honda PCX 150, ponerse a los mandos de este Hondita es toda una experiencia de comodidad, la postura relajada de piernas que ofrece la doble plataforma del piso es propia de segmentos superiores. Este scooter es de esos que no discriminan talla ni género de piloto, cualquiera se sentirá cómodo sobre él, y sus solo 764 mm de altura asiento-suelo serán una muy buena noticia para los de contextura más pequeña. Nuestro pasajero también gozará de una destacada comodidad (sin olvidarnos que se trata de un 150), gracias a los comentados nuevos pedalines, asiento y al juego de asas ocultas. En relación a la capacidad, el PCX siempre fue un referente y la gama 2019 vio incrementada su capacidad bajo asiento, con un hueco que cubica 28 litros de capacidad y que permite alojar sin problemas un casco integral y varias cositas más sobre una segunda superficie sobre elevada. De lo mejor. Más capacidad para la guantera porta objetos del frente, con más profundidad y manteniendo la toma de carga de 12v para dispositivos móviles.
Motor
Suficiente y de exquisito funcionamiento son las palabras para describir al monocilíndrico de exactos 155 cc diseñado bajo el concepto “Blue Core” de la marca de los diapasones. Es sereno y no conoce de vibraciones a ningún régimen, un aspecto que colabora positivamente en el confort de marcha. Los 14,9 CV de potencia máxima los manifiesta de manera progresiva y enérgica si se lo pidiéramos con el puño derecho. Otros datos que completan la ficha y que hablan de un impulsor moderno son las 4 válvulas, la distribución SOHC y la refrigeración líquida. La inyección electrónica le confiere un gran rendimiento además de la consabida eficiencia de combustible. Pudimos corroborar que necesitó de 2,6 litros para cubrir el centenar de kilómetros, una cifra aún mejorable practicando un manejo más racional. Sea cual sea el caso, los 6,6 litros de capacidad del tanque nos rendirán como mínimo unos 250 km. La velocidad punta del NM-X está en el orden de los 120 km/h, llegando rápidamente a los 100 km/h y desplegando el resto de acuerdo a la carga y el viento. El funcionamiento de la transmisión de variador continuo (CVT) está fuera de toda discusión, con arranques limpios, sin patinamientos ni trepidaciones.
Ahora el turno de la Honda, se trata de un mono de 149 cc, OHC de 2 válvulas, de refrigeración líquida e inyección electrónica PGM-FI. La marca sigue sin declarar “caballos” para el PCX, pero anuncia una actualización del sistema de inyección que produce más potencia, en este sentido no podemos agregar demasiado, su funcionamiento general es igual de bueno que el de su predecesor. Sumamente sereno, no transmite ningún tipo de vibración. La respuesta al acelerador se dosifica de manera muy amable, algo ideal y muy necesario para que cualquier tipo de usuario se sienta a gusto al conducir este scooter. Acelera de forma rápida y vivaz hasta los 90 km/h, con un buen resto para sobrepasos ya que sigue remando hasta los 110 km/h.
Ver la prueba completa de la Yamaha NM-X 155
Ver la prueba completa de la Honda PCX 150
