Yamaha NM-X 155 Test Ride

Era una cuenta pendiente para la marca de los diapasones ofrecer en nuestro país un scooter de baja cilindrada, diseño joven y tecnología aplicada. Con este lanzamiento satisface a los clientes que esperaban un vehículo de estas características. Analizando el segmento y sus rivales, Yamaha Argentina tomó la decisión de incorporar a su cada vez más nutrido line-up el NM-X 155. Se trata de un scooter que combina a la perfección diseño y tecnología. Líneas elegantes le dan forma a un producto diseñado bajo el concepto “Blue Core”. Además, cuenta con ABS de serie, algo exclusivo en el segmento.

Diseño elegante junto a líneas suaves y modernas redondean un producto de aspecto dinámico y, sobre todo, muy atractivo. Esta última es la cualidad que nos señalaban a diario durante la semana de prueba, incluso en el caso de nuestra unidad negro brillante que es la más sobria de todas las opciones cromáticas. Presentado meses atrás en nuestro país, el lujoso y referente de su segmento TMax es la clara inspiración de diseño del NM-X. En un recurso propio y de muy buena percepción, se combinan dos tonos de grises y el color de la carrocería de tal manera que parecen marcarse los límites entre los distintos componentes.

El faro principal adopta tecnología led para alta y baja asegurando así una potente luz blanca para los desplazamientos nocturnos. En cambio, las luces piloto (adelante y atrás) se conforman con las clásicas bombillas halógenas. Los intermitentes integrados al carenado y de acrílico transparente se ubican justo en el quiebre del pecho. El parabrisas es del tipo corto y suficiente para los trayectos urbanos, pero aquellos que necesiten cubrir tramos de autopistas a diario deberían cambiar por alguno de mayor protección. El guardabarros de neto corte deportivo es muy lanzado y en punta, y anuncia orgulloso a sus lados la presencia del sistema antibloqueo de frenos. Atrás, el grupo óptico de tecnología led solo para el stop integra los intermitentes. Un corta spray largo que remata el colín soporta la patente y los reflectivos. Por su parte, el silenciador de escape monta un generoso protector plástico de aspecto sobrio y deportivo.

Entre las cualidades que reúnen los scooter para el desplazamiento cotidiano, la comodidad y el confort de marcha en muchos casos pueden ser el factor determinante al momento de decidir una compra, y el NM-X no defrauda. El asiento amplio y de mejor mullido para ambas plazas es un buen comienzo. Debajo de este, al que se accede mediante el mismo tambor de arranque, podemos guardar fácilmente un casco integral y algunos objetos más. La capacidad del espacio se ve beneficiada gracias a que el tanque de combustible posee su boca de reabastecimiento justo en el lomo del piso elevado. Una lástima que tanto espacio no haya sido coronado con una luz de cortesía o una toma USB/12v para cargar dispositivos móviles.

Encontrar la posición de piernas más relejada no será un problema, ya que el piloto cuenta con pisaderas dobles con tramado antideslizante. El acompañante, en cambio, deberá desplegar los pedalines retractiles que no son tan amplios, pero tienen una posición cómoda. El espacio para piernas es más que suficiente y, a pesar de su baja cilindrada, es un scooter apto para pilotos altos.

Aunque a primera vista no parezca, en el NM-X podremos desplazarnos a dúo sin que esto sea un problema. Ambos ocupantes gozarán del espacio suficiente para que los trayectos sean agradables y descansados. Una pieza robusta y de agradable acabado integra las asas de correcta ubicación y que permiten transportar algún bulto menor atado. Para guardar durante el viaje el celu, las llaves y otras cositas, contamos sobre el frente con un portaobjetos muy profundo y de gran capacidad. Aquí tampoco se halla ninguna toma USB y lamentablemente no cuenta con tapa, así que a no olvidarse nada allí.

El manillar, recubierto íntegramente, recibe de manera muy natural y descansada los brazos del piloto. Los comandos en las piñas son de agradable tacto y correcto funcionamiento. Se echa de menos un interruptor de balizas y un gatillo/pulsador de passing. Con los espejos resultó fácil obtener una adecuada visión.

El instrumental no podía quedar ajeno a la modernidad reinante y es totalmente digital y de retroiluminación azulada. En un formato circular, pero de base plana reúne los siguientes indicadores: velocidad, nivel de combustible, hora, consumo promedio e instantáneo y dos trips. Como información extra, informa los kilómetros que acumula la correa del variador y los realizados desde el último cambio de aceite. Esto nos pareció realmente útil. Para los fanáticos del manejo “eco” un indicador de segmentos muestra el consumo instantáneo de combustible: cuanto menos segmento se iluminen, más eficiente será nuestra conducción.

Como dije en un principio, hay características que inclinan la balanza al momento de una compra. En mi caso y en el de muchos otros, las “entrañas” de una moto son el punto número uno a tener en cuenta. Suficiente y de exquisito funcionamiento son las palabras para describir al monocilíndrico de exactos 155 cc diseñado bajo el concepto “Blue Core” de la marca de los diapasones. Es sereno y no conoce de vibraciones a ningún régimen, un aspecto que colabora positivamente en el confort de marcha. Los 14,9 CV de potencia máxima los manifiesta de manera progresiva y enérgica si se lo pidiéramos con el puño derecho.

Otros datos que completan la ficha y que hablan de un impulsor moderno son las 4 válvulas, la distribución SOHC y la refrigeración líquida. La inyección electrónica le confiere un gran rendimiento además de la consabida eficiencia de combustible. Pudimos corroborar que necesitó de 2,6 litros para cubrir el centenar de kilómetros, una cifra aún mejorable practicando un manejo más racional. Sea cual sea el caso, los 6,6 litros de capacidad del tanque nos rendirán como mínimo unos 250 km.

Su chasis compacto y de muy buena rigidez es el responsable de la sensación de seguridad transmitida incluso a altas velocidades. Buena pisada adelante y atrás, con 110/70 y 130/70 respectivamente sobre llantas de aleación liviana de 13 pulgadas. Muy rápido y reactivo ante las insinuaciones del piloto. Los 127 kg (con todos los fluidos) le confieren la docilidad necesaria para ser conducido por cualquier tipo de piloto, con o sin experiencia. El setting de las suspensiones es tirando a rígido, más apto para las vías europeas que para nuestras maltrechas calles. Sin ajustes posibles, la horquilla telescópica ofrece un recorrido de 100 mm y el juego de amortiguadores trasero 90 mm.

La frutilla del postre es la inclusión de ABS en el sistema de frenos. Una apuesta fuerte de la marca que opta por ofrecer un sistema de seguridad a gadgets tecnológicos que son muy bonitos pero que poco ayudarán en una situación límite. Discos simples de 230 mm y pinza de único pistón en ambos ejes para asegurar una frenada efectiva en cualquier circunstancia. Son fácilmente dosificables desde las manetas, pero tendremos que presionar con decisión si buscamos el máximo poder y un ABS que intervenga lo necesario.