Husqvarna Svartpilen 701: ¿es la moto más agresiva de todas?
Más allá de sus prestaciones y comportamiento dinámico, el diseño de la 701 también se roba toda la atención. Analizamos su estética.
Por sus características, la Svartpilen 701 no es lo versátil que sí puede ser la 401, pero en contrapartida entrega un universo de sensaciones al pilotarla. Para algunos puede ser una muy buena opción de segunda moto, la que iríamos a buscar al garaje para salir con amigos (de día o de noche) o porque no, para despuntar el vicio en alguna jornada de track day. Es una auténtica roba miradas. No hubo lugar donde parasemos y no nos preguntaran por la moto o quisiesen sacarle una foto. Fachera y ruda, así es esta “flecha negra” que destila personalidad a su paso.
El diseño, las líneas y la estética es un poco el leitmotiv de la línea street de Husqvarna, con la 200 como entrada de gama (por lo menos en nuestro mercado), pasando por la 401 y terminando con esta 701 como tope. Ya sea en la gama Svartpilen como Vitpilen, en concepto, la idea es la misma. Con las Svartpilen beneficiadas con una ergonomía más “amable” con el piloto.
En este caso, y como se trata de la “flecha negra” (traducción de svartpilen a sueco) la única combinación cromática posible es como la de nuestra unidad de prueba, donde predominan el negro y ese cobrizo apagado, con algunas partes en brillante y otras en mate. A nuestro juicio, el lenguaje de diseño volcado en esta gama de motos es simplemente espectacular, rompedor y sin ningún parecido a nada.
Detalles como las formas del tanque, con esos apéndices laterales que terminan de forma trunca en la denominación 701 (en este caso), el colín corto y adelantado que da la sensación de monoplaza, la placa porta número (tipo flat track) y las llantas de rayos cruzados con rodado diferenciado (18” delante y 17” detrás), dan como resultado un conjunto que embriaga desde lo visual, con muchos detalles, pero que no resulta sobrecargado o vulgar. Minimalismo hecho y derecho.
La iluminación es full LED, con un grupo óptico delantero redondo y de diseño neo-clásico, que se encuentra enmarcado por una máscara de faro, mientras que el trasero se integra a las formas del colín. Llama la atención no contar con un comando para la guiñada de luces (luz alta), más teniendo en cuenta que se trata de un modelo de corte street.
El asiento es otra pieza de diseño exquisito en esta Husqvarna, con un sillín delantero de buen mullido y con cuero perforado a los lados, mientras que la plaza del piloto se confunde con un cobertor de colín. En este último caso, diseño mata comodidad, con un asiento de pasajero solo apto para cortas distancias.
Arriba
Respecto a la ergonomía y posición de conducción de la Svartpilen 701, podemos afirmar que también tiene su personalidad. Los 835 mm que separan el asiento del suelo no son poco, pero no son los únicos responsables de que los pilotos de hasta talla media no logren pisar con ambas plantas de los pies el asfalto.
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La estructura del chasis de esta Husqvarna no se benefició con una zona delantera del asiento más delgada, por lo que nuestras piernas tienden a abrirse. Además de esto, la sensación es la de estar sentado alto, con el tanque muy bajo y aunque el manillar tenga una curvatura adecuada, siempre estaremos conduciendo en una posición de ataque, con el torso inclinado hacia adelante.
Personalmente me gusta mucho, ya que esta postura se encuentra en un punto justo en el que no fatiga, a la vez que carga el tren delantero. La ubicación de los pedalines repite un poco esta misma fórmula, con una posición de nuestros pies algo más retrasada. En concreto, es una postura que tiende a ser deportiva pero que no fatiga y que brinda un buen feeling con la moto. ¿El pasajero?, digamos que esta es una moto que se disfruta en solitario.
De frente a nosotros nos hubiese gustado encontrar otro instrumental en esta Svartpilen 701, quizá manteniendo el formato redondo (que nos recuerda a los instrumentales analógicos de una esfera) pero de tecnología TFT a color y, porque no, con conectividad mediante bluetooth. El LCD, al que no se le puede reprochar falta de información, quedó obsoleto y sus pequeños caracteres no ofrece una rápida lectura del mismo.
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Algo similar nos sucedió con los comandos en las piñas, de una calidad promedio que desentonan con la percepción general de la moto. Como ya dijimos, sin gatillo de passing, y sin interruptor de balizas. Espejos, bien, redondos (estilo clásico) y que gracias a sus brazos soporte largos ofrecen una completa visión de lo que sucede a nuestras espaldas. Manijas de freno y embrague de excelente tacto, ambas con regulación en distancia.
En síntesis, una moto de nicho, con un diseño único e irrepetible en su segmento, y con una mecánica que pareciera demodé para los tiempos que corren, pero que a su vez se complementa de la mejor manera con este concepto, tal es así que no imaginamos otro tipo de bloque para esta Svartpilen 701.