¿Para todos? Por qué este Vespa es ideal para cualquier piloto
Posición de manejo, equipamiento y calidad. Analizamos tres aspectos clave del Vespa SXL 150 en esta segunda entrega de la prueba.
Subirse a cualquier Vespa es toda una experiencia, y este SXL 150 no es la excepción. Las dimensiones generales y el bajísimo peso del conjunto hacen de este scooter el ideal para pilotos de hasta talla media, sin discriminar género. El asiento es todo lo confortable que se puede esperar para un vehículo citadino en el cual no estaremos varias horas continuas sobre él, con una aceptable superficie y mullido tanto para piloto como para acompañante.
El espacio bajo asiento es suficiente para un casco tipo jet y alguna pequeña cosita más, siendo muy sencillo acceder al motor y sus partes, quitando sin ninguna herramienta el fondo de dicho hueco. Para los elementos de uso más común contamos con los dos portaobjetos abiertos anteriormente mencionados en el contraescudo, de capacidad limitada y sin una toma de carga USB, un accesorio muy común y útil hoy día, y presente en scooters de mucho menor precio que este. Entre ambos portaobjetos, dispone del siempre práctico gancho para bolsas.
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El diseño de esta carrocería beneficia el espacio de las piernas con un piso bajo en detrimento de uno plano pero que hubiese sido más alto. No obstante, la protuberancia central del piso cuenta con superficie antideslizante para que sea más sencillo transportar alguna carga entre nuestras piernas. Como ya dijimos, el espacio es bueno para los pies del piloto, mientras que el acompañante cuenta con unas compactas plataformas también de superficie antideslizantes.
Quienes elijan ponerse a los mandos de esta versión “deportiva” del clásico scooter italiano, tendrán frente a ellos un cuadrante analógico para el velocímetro, el cual alberga en su interior un pequeño display que reúne la información de nivel de combustible, odómetro, dos trips y reloj horario. Lo justo y necesario.
En este Vespa SXL 150, el instrumental luce ennegrecido y con la aguja en rojo, a tono con la propuesta del modelo. Los comandos son de una calidad visual, tacto y funcionamiento muy buenos, de lo mejorcito. Hay que decir la verdad, desentona un poco el tirador del cebador. Los puños mantienen la calidad general, con la marca grabada y de grueso grip, al igual que las manetas de freno en aluminio. Los espejos, rectangulares y cromados, son de sencilla regulación y correcta visión.
Mañana te contamos más en la segunda parte de la prueba del Vespa SXL 150.
Comenzó su carrera en el periodismo especializado en 2010, cuando fue invitado por el staff de la LA MOTO a participar con una colaboración especial. A partir de esta colaboración se transformó en el encargado de analizar todas las motos que son evaluadas en el medio.
Actualmente lleva más de 300 motos evaluadas entre las que abundan las de gama media y baja, que representan el grueso del mercado de la motocicleta. También ha participado de lanzamientos y presentaciones internacionales, donde ha podido analizar diferentes productos antes de sus llegadas a los concesionarios.
Análisis de mercado, en base a datos concretos de las distintas Cámaras del sector, son parte de las columnas editorializadas que se publican en este medio.