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Yamaha evalúa un cambio radical en su alineación de pilotos para el MotoGP 2026

La estructura de los diapasones está por realizar un movimiento clave con miras a la siguiente temporada de la categoría reina del motociclismo. A continuación, los detalles.

Yamaha Alex Rins MotoGP

Yamaha prepara una jugada estratégica de cara a la temporada 2026 de MotoGP, y todo indica que Alex Rins es uno de los pilotos que camina la cornisa debido a su bajo rendimiento.

El equipo japonés, decidido a dar un salto de calidad en MotoGP, podría tomar una decisión drástica con su actual plantilla. Y el campeonato actual de la categoría reina del motociclismo evidenció la necesidad de la estructura de los diapasones de replantear su visión deportiva.

La situación del español, piloto oficial junto a Fabio Quartararo y con contrato vigente hasta 2026, se transformó en el centro de un intenso debate dentro del paddock. Según el medio británico Crash.net, la marca de Iwata estaría valorando pagarle el año restante de su contrato para prescindir de sus servicios, un movimiento que abriría la puerta a un cambio profundo en su alineación.

Como si fueran pocas las noticias para Rins, además de sus resultados que lo mantienen alejado de lo esperado, la figura de Jack Miller gana fuerza como candidato para ocupar la plaza oficial. El australiano, actualmente en el equipo satélite Pramac y con pasado en equipos de fábrica como Ducati y KTM, se ganó la confianza de Yamaha tras participar en las 8 Horas de Suzuka, donde finalizó segundo. Un resultado que, según fuentes del paddock, reforzó su perfil dentro de la marca.

Yamaha decido y Rins, en la cuerda floja

Alex Rins Yamaha MotoGP

La trayectoria de Rins en Yamaha, marcada por la irregularidad, estuvo condicionada por la grave lesión sufrida en Mugello en 2023. Desde su llegada, solamente pudo terminar tres carreras dentro del top 10, siendo un octavo puesto en Sepang su mejor resultado. En la actualidad ocupa el decimoctavo lugar del torneo con 42 puntos, cuatro posiciones y 10 unidades por detrás de Miller, que compite en una estructura satélite y con menos experiencia sobre la esta moto.

El propio Rins reveló signos de frustración. Sus declaraciones tras el GP de Sachsenring, en el que terminó último, reflejaron un estado anímico bajo. En este contexto, la posibilidad de que el equipo rescinda su contrato de manera anticipada no solo es técnica, sino también estratégica: a punto de cumplir 30 años y sin recuperar el nivel que lo llevó a ganar cinco grandes premios, su continuidad parece cada vez más comprometida.

Miller y la apuesta por la renovación

En contraste, Jack Miller fortaleció su posición en el proyecto de Yamaha. El australiano no solo aportaría experiencia y capacidad de adaptación, sino que, según analistas como Jack Appleyard de Fox Sports, entiende el papel de «segundo piloto» y podría desempeñarlo con eficacia junto a Quartararo. Además, su reciente rechazo a ofertas del WorldSBK alimenta la idea de que su futuro en MotoGP está ligado a la marca japonesa.

Yamaha Alex Rins MotoGP

La llegada de Toprak Razgatlioglu a Pramac para 2026 añade una pieza clave al rompecabezas. Con esta incorporación, el fabricante deberá decidir si mantiene a Miguel Oliveira en el otro asiento del equipo satélite o si apuesta por un joven talento. En cualquier caso, la salida de Rins facilitaría el ascenso de Miller al equipo oficial, generando un reacomodo que podría tener repercusiones en toda la parrilla.

Una decisión con impacto político y deportivo

Más allá del aspecto técnico, el posible relevo de Rins por Miller también tiene una dimensión comercial y política. La presencia de un piloto australiano en lugar de un español sería bien recibida por Liberty Media, actual promotora de MotoGP, interesada en diversificar las nacionalidades presentes en la categoría.

Lo concreto es que, Yamaha demostró estar dispuesta a tomar decisiones valientes, como lo confirma la contratación de Razgatlioglu. En un campeonato en el que las diferencias se miden en milésimas, la marca de Iwata parece decidida a romper inercias y apostar por perfiles que impulsen su proyecto hacia el siguiente nivel. El 2026 podría marcar, para la estructura japonesa, el inicio de una nueva era en MotoGP.