KTM 250 Adventure Test Ride

Sobre la base de una moto como la 390 Adventure que, por capacidades, equipamiento y precio es una de las mejores motos del mercado, la marca austríaca desarrolló esta KTM 250 Adventure, una versión “más básica” para que oficie de entrada de gama al mundo Travel de la marca.

Con un precio más contenido y con el claro objetivo de captar nuevos clientes a cada vez más tempranas cilindradas, los austriacos lograron en esta 250 mantener muchas de las cualidades de la 390, pero prescindiendo del equipamiento Premium y del 30% extra de potencia que entrega un motor por sobre el otro.

Podemos adelantarles que esta KTM 250 Adventure es una moto que terminará siendo más lógica que la 390 para muchos usuarios, porque es una moto que se destaca por su versatilidad: con un uso cotidiano ágil, dócil y de consumo y temperatura más contenidos, unas capacidades off road que nos permitirán divertirnos a lo grande en salidas de fin de semana, y unas más que decentes cualidades como viajera, siempre y cuando entendamos y respetemos sus limitaciones.

Como ya dijimos, además de la pérdida lógica de prestaciones dada por la menor capacidad de su motor respecto a la 390, carece del equipamiento con el que se destaca su hermana mayor. A nivel electrónico deja en el camino el control de tracción (algo que no se extraña demasiado con la potencia de esta 250), el acelerador electrónico, la asistencia en curvas del ABS, la pantalla TFT full color (en consecuencia, la posibilidad de vincularse con nuestro smartphone mediante la aplicación KTM My Ride) y el faro delantero full LED.

Por el lado de las suspensiones, pierde la regulación separada en compresión y extensión de la horquilla WP Apex. Después no mucho más, manteniendo cualidades y componentes que así y todo están muy por encima de la media del segmento.

Poniendo el ojo en lo estético, salvo por los 2 colores específicos de esta 250 (naranja brillante o negro mate) y por el faro delantero halógeno, son detalles menores por los que podríamos diferenciarla de su hermana 390. Son prácticamente iguales. Del equipamiento resignado, parece mentira pero, es el faro delantero full LED uno de los que más se extrañan. No es que el halógeno de esta 250 sea deficiente basado en su tecnología, pero la diferencia de rendimiento es abismal.

Ergonómicamente es igualita a la 390, y esto se explica en parte porque chasis, subchasis y recorridos de suspensión son exactamente los mismos. De esta manera mantiene los 855 mm de altura de asiento y los 200 mm de despeje. Es una moto alta, bastante alta. A los pilotos de talla baja les puede poner las cosas feas, aunque su bajo peso (156 kg) y lo estrecho del asiento en la parte delantera colaboran positivamente. El asiento es un dos piezas con un mullido que no deja lugar a la crítica, tanto para la plaza del piloto como la del pasajero.

Y aquí otro punto que ya valoramos en la 390, pero que en una 250 es para hacerlo más aún, y es la amplitud y lo cómodo que se viaja en compañía. Las apariencias engañan y este es un aspecto que no se logra entrever a simple vista, pero que al probarla queda en evidencia de inmediato. Para los de talla medía, conducir de pie es también muy fácil y enseguida se logra un dominio total y seguro del conjunto. Quizá el manillar apenas más elevado sería lo ideal, pero eso queda a gusto de cada uno y para el fabricante también es muy difícil contentar a todos los posibles usuarios.

Las estriberas del piloto son todo lo robustas y más de lo que se puede pedir, imagínense que son las mismas de la 790. Retirando la goma extraíble, el agarre con la bota es inmejorable. Otro detalle que marca que la 250 está preparada para no dejarnos tirados es la palanca de cambio con la puta retráctil para que en caso de una caída no se parta. Las formas de las tapas laterales del tanque no solo están diseñadas para facilitar el acople de nuestras piernas, sino que también brindan una correcta protección aerodinámica a la parte baja de nuestro cuerpo.

El motor con su manejo y prestaciones es un poco lo que convierten a esta KTM 250 Adventure en una moto muy lógica y sumamente versátil. Para quien necesite una moto de uso diario urbano, además que claro sirva para viajar y meter esos caminitos y/o senderos de tierra que tanto nos divierten, la 250 es una compra mucho más racional que la equipadísima y potente 390.

Básicamente porque se trata de un impulsor más dócil (aunque el 390 ganó mucha docilidad con el acelerador electrónico), más sereno a bajo régimen, que gasta menos combustible y que también disipa menos calor al piloto. Por supuesto que esto se paga con una velocidad punta y crucero menor, y también menos “power” a bajo y medio régimen. Por eso lo volvemos a repetir, de acuerdo a nuestras necesidades la KTM 250 Adventure puede ser la moto ideal.

Yendo a los datos duros nos encontramos ante la última evolución del monocilíndrico de 248,8 cc de KTM, el BS6 que podemos reconocer fácilmente por el colector de escape que discurre por debajo del motor y que no lo hace por entre el mismo y el chasis, como ocurriera en la generación anterior y que conocimos en la Duke 250 que se supo vender en nuestro país. Recordemos que se trata compacto y eficiente DOHC de 4 válvulas, inyección electrónica (con cuerpo de mariposa de 38 mm), y refrigeración líquida, que se asocia a una caja de 6 marchas mediante un embrague anti-rebote.

KTM declara una potencia de 29,5 HP a 9.500 rpm y un par motor de 24 NM a 7.000 rpm. Cuando nos salimos del asfalto, necesita ir por arriba de las 6.000 rpm para notarlo con empuje y que los llamados del puño derecho se traduzcan en tracción. En ciudad se puede circular cómodamente en marchas largas sin problema, con un manejo relajado y bien “eco”. Esta familia de motores 200/250/390 que utilizan tanto KTM como Husqvarna es conocida por su bajo nivel de vibraciones respecto a la potencia que entregan, y en la KTM 250 Adventure no es la excepción.

El consumo es otro de los puntos fuertes de esta KTM 250 Adventure, registrando un promedio de 3,7 lts cada 100 kms donde hubo autopistas de 130 km/h, ruta de 100 km/h, tramos urbanos y caminos rurales. Con 14,5 litros de capacidad de tanque, su autonomía real es de casi 400 kms. Una verdadera “non stop”. Como ya dijimos pierde el control de tracción, pero honestamente esta potencia y entrega es muy sencilla de administrar incluso para pilotos con poca experiencia. Muy buenas prestaciones generales para este motorcito 250 que es el más eficiente que tenemos en nuestro mercado.

Como ya mencionamos, chasis y subchasis (atornillado en 4 puntos) son exactamente los mismos en la KTM 250 Adventure que en la 390, por lo que todo lo referente a medidas y distancias están calcadas, también claro porque los recorridos de suspensión (170 mm delante y 177 mm detrás) se mantienen sin modificaciones. En este apartado la “economía” la encontramos en la horquilla que pierde la regulación separada de compresión y extensión, pero continúa siendo una WP APEX invertida de 43 mm de barras.

Atrás se mantiene el mismo monoamortiguador regulable en la precarga del resorte anclado de manera directa al basculante de refuerzos a la vista. Misma configuración de rodado (19” delante y 17” detrás) y medida (100/90 y 130/80) sobre las mismas llantas reforzadas de aleación.

Donde pierde la KTM 250 Adventure es en la calidad de los neumáticos, cambiando los Metzeler de la 390 por unos MRF que se comportaron bastante bien en piso seco y en la tierra, pero que dejaron algunas dudas cuando el asfalto pierde adherencia. Al igual que ocurre con la Duke 200/390, la parte ciclo de estas Adventure está a años luz de la competencia, habiendo ya comprobado su fiabilidad y con una ligereza única.

Llegando a los frenos de la KTM 250 Adventure nos encontramos con los “mismos fierros” que en la 390, todo firmado por la segunda marca de Brembo (Bybre), con un disco delantero de 320 mm mordido por una pinza radial de 4 pistones y uno trasero de 230 mm. Si bien mantiene el ABS de doble canal con modo “off road” que desconecta el sistema en la rueda trasera para permitir los deslizamientos, deja en el camino la asistencia en curvas, una exclusividad de la 390 y que realmente es propio de segmento superiores.

Como conclusión, podemos describir a esta KTM 250 Adventure como: lógica, ligera y versátil. Sin el equipamiento Premium de la 390, se arregla para ser la mejor 250 de corte Adventure del mercado a la vez que es una opción ideal para aquellos que busquen una moto para poder hacer todo: ciudad, salidas on y off road y también por qué no, viajes de largo alcance.