Suzuki V-Strom 250 Test Ride

Si pensamos en maxi trails japonesas, una de las primeras en nombrar es la gama V-Strom de Suzuki. Esto es llamativo, ya que esta saga de aventureras es de las más jóvenes en su especie. Sin embargo; su bien ganada fama de indestructible la colocó muy rápidamente como un modelo a tener en cuenta dentro de su categoría.

En nuestro país la 650 cosechó gran cantidad de fanáticos, incluso más que la 1.000 dada su mayor agilidad y polivalencia. Algo en común entre los usuarios de la V-Strom es son “conocedores” del mundillo de las motos y valoran cuestiones de fondo antes que accesorios o “chiches” llamativos que muchas veces no son de real importancia. Es más, estás máquinas son el pináculo de muchos motociclistas con años de experiencia y solamente la cambiarían por otra V-Strom.

Con toda la experiencia recogida, Suzuki incorpora a su catálogo la V-Strom 250, una pequeña Sport Turismo que toma su diseño de la última actualización recibida en la saga allá por 2015. El característico “pico de pato” es una seña inconfundible, aunque esta vez no sea apoyado por un faro superpuesto, sino por uno redondo (igualmente halógeno) que le aporta la dosis de identidad propia al modelo. Los intermitentes de tulipa blanquecina repiten tecnología mientras que el faro trasero aporta seguridad con iluminación full led.

Puede que en las fotos no se tome real dimensión, pero en vivo y en directo esta 250 tiene el porte de una moto de mayor cilindrada, sensación que también se palpa de inmediato al conducirla. El dibujo de sus cauchos marca IRC montados sobre llantas de aleación de 17” enseguida delata sus preferencias asfálticas, aunque su robusto cubrecárter metálico y su escape elevado permitan incursiones fuera de la cinta gris.

Ese sería el concepto, una trail de cuarto de litro asfáltica de impecable desempeño dinámico y con licencia para transitar caminos secundarios de tierra o ripio prestando atención a los límites que nos impongan los mencionados neumáticos. La calidad de materiales y el ensamble están fuera de toda discusión, es una auténtica moto de marca japonesa.

La dotación de equipamiento de serie es completa, pero sin estridencias. La justa y necesaria enfocada a su principal cometido: viajar. Incluye un parabrisas de media protección (podría ser regulable), toma de 12v para carga de dispositivos móviles (montada sobre el lateral del instrumental), anclajes rápidos para maletas rígidas (las originales están disponibles como accesorios), parrilla robusta e ideal para el montaje de un top case, y un tanque de 17,3 litros que asegura que las detenciones en la ruta solo serán por necesidad de sus ocupantes y no por falta de combustible. Las tapas laterales del tanque, además de canalizar efectivamente el aire fresco al radiador, proveen de una correcta protección aerodinámica a las piernas del piloto. Estas se acoplan perfectamente al estrecho depósito

Si bien por su ligereza y bajo consumo permite y es súper recomendable para el uso diario por la ciudad, su concepción trasciende los límites urbanos, con una comodidad y ergonomía que no pasarán factura en el cuerpo del piloto al cabo de largas jornadas de conducción. Ni bien nos montamos en ella, su alto y estrecho manillar nos hace un poco de ruido, pero basta con emprender la marcha para notar cómo esa altura nos apoya los brazos relajadamente y la estrechez nos permite movernos eficazmente entre el tráfico.

La forma, el tamaño y mullido del asiento son fundamentales en una montura de estas características, y la menor de las V-Strom no descuida este aspecto porque equipa un asiento de una pieza y niveles diferenciados que logra una vida a bordo muy confortable y que no provocará fatiga prematura. Para terminar con el tridente ergonómico debemos nombrar los pedalines, recubiertos en goma (solo el juego de piloto) y en una ubicación apenas elevada. Esto será una limitación para la comodidad de los usuarios más altos. Por su parte, los del pasajero son llamativamente pequeños. Y ya que hablamos del segundo a bordo, cabe aclarar que la comodidad y espacio para éste es más que correcta, si no perdemos de vista que se trata de una 250.

Frente a nosotros observamos un instrumental muy moderno, 100% digital y en negativo que asegura una correcta visualización en cualquier condición de luz. El aspecto del mismo es muy moderno y quizá se parece más al de una naked deportiva, pero la verdad es que es muy completo y solo se le puede criticar el tacómetro, con caracteres y barras algo pequeños. Velocidad, marcha engranada, nivel de combustible, consumo, trips y hora son la data ofrecida que se acompaña por un conjunto de testigos luminosos a los lados, dentro de los cuales se destaca el blanco que indica el límite de revoluciones de motor (ajustable).

Un accesorio que pasa prácticamente desapercibido, pero que habla del cuidado en los detalles presentes en esta V-Strom es la “visera” ubicada encima del instrumental para protegerlo de la incidencia del sol cuando tenemos el mismo por sobre nosotros. Japón, nada más que decir. Los comandos en las piñas, por tacto y funcionamiento son los mejores en su categoría, incluyendo obviamente el interruptor de balizas. Igual observación para las manijas de freno y embrague. Los espejos pierden un poco de campo visual, ya que sus cortos soportes hacen que reflejemos parte de nuestros brazos en ellos.

No monta un impulsor con arquitectura en V como sus hermanas mayores, pero sí mantiene el par de cilindros, esta vez en paralelo, SOHC, con inyección electrónica y refrigeración líquida tal como anuncia su ficha técnica. Es justamente su cantidad de cilindros lo que la transforman en una rareza para los tiempos que corren, ya que un bicilíndrico de solo 248 cc es toda una exclusividad hoy día. Años atrás un motor como este no tenía rivales, pero hoy se las tiene que ver con motores de mayor cilindrada y potencias (ya que por calidad, equipamiento y precio compite con las de 300 cc). Pero bueno, acá entra en juego lo que les decía en un principio acerca de los usuarios de V-Strom y su valoraciones.

Este impulsor ya tiene unos cuantos años, pero fue actualizado para cumplir con la normativa Euro4, solo eroga 25 CV a 8.000 rpm con un par de 23,4 Nm a 6.500 rpm y es un ejemplo mayúsculo de progresividad y serenidad. Las vibraciones no existen a ningún régimen, es una maravilla la suavidad de marcha que logra.

La progresividad también es total, permitiendo un manejo muy dócil para los usuarios más nóveles que no se sentirán intimidados por brusquedades en el puño derecho. Al momento de buscarle las cosquillas a este “dos y medio”, debemos mantenerlo arriba de las 7.000 rpm para que dé lo mejor de sí. El comando de su caja de 6 velocidades es bien Suzuki, impecable.

Debajo de su vestimenta de Sport Turismo se esconde una Inazuma, ya que su parte ciclo y mecánica se tomaron de esta finísima naked. Dicho esto solo vamos a verter un par de conceptos para transmitir de qué se trata. Si pudiésemos manejar con los ojos cerrados y no nos dijeran que moto vamos a conducir, bien podríamos pensar que se trata de una moto de mayor cilindrada. El aplomo y paso por curva de esta V-Strom es digno de una moto de más porte. Permite realizar buenas tumbadas y su comportamiento es franco y predecible. Es quizá en los cambios de dirección donde no la calificaríamos como la más rápida, pero anticipando podemos hacer y entrar con ella donde queramos.

En los componentes de suspensión no encontramos piezas firmadas por renombrados fabricantes, pero el comportamiento de su horquilla convencional y de su monoshock asistido por bieletas no da lugar a la crítica. Buena pisada y comportamiento en asfalto de los cauchos IRC en medidas 110/70-17 y 140/70-17 adelante y atrás, respectivamente. Al momento de salirse del asfalto, esta 250 no se achica. Con precaución y sin olvidar que no se trata de una maxitrail, nos llevará a casi cualquier lado.

En este ámbito echaremos en falta otro tipo de neumáticos y si apuramos un poco más el ritmo, también notaremos cómo la dureza y los recorridos de suspensión están diseñados para otra cosa. Por su parte el equipo de frenos está a la altura de las circunstancias con un disco por eje y la asistencia de un ABS firmado por Bosch. Pinza de doble pistón adelante y de simple atrás para un sistema de fácil dosificación y que brinda seguridad en todo momento.