Los comandos, salvando la falta de cebador en la piña izquierda, por tacto y funcionamiento son de una calidad superior a la media del segmento. Con respecto a los espejos, sus brazos soporte cortos restan campo visual ya que inexorablemente se reflejan nuestros antebrazos. La muleta lateral se ve complementada de serie por un caballete central que será un aliado no solo para el estacionamiento sino también para las tareas de lavado y mantenimiento de la unidad.
Si bien no cuenta con el corte de contacto al engranar una marcha con la muleta desplegada, por lo menos no nos deja encender la moto si no estamos en neutro (ni siquiera presionando el embrague). Algo es algo, aunque debemos prestar atención de no emprender la marcha con la muleta desplegada.
Frente a nosotros se nos presenta una gran cantidad de información en formato digital (la esperada e información como velocidad máxima obtenida o mejor tiempo en el 0-60 km/h). La única crítica es la ausencia del indicador de marcha engranada. Instrumental de fácil y rápida lectura, muy similar al de la RTR 200 (que no resigna calidad por más que se trate de una moto de segmento inferior), incluyendo también el testigo luminoso de rpm. Bastante inexacto resultó el indicador de nivel de combustible, ya que marcando dos rayitas tuvimos que abrir el grifo de la reserva.
Esta entrada ha sido publicada el 22 agosto, 2019 13:29