Las series de las Monster, Hypermotard, Supersport, Panigale o Diavel tienen una legión de seguidores que, año tras año, les otorgan premios y las consideran sus modelos favoritos dentro de cada segmento. Ese diseño, que es una de las claves de la marca junto a su espíritu deportivo y la implantación de la última tecnología, es uno de los secretos más impenetrables de la firma. El Design Centre es uno de los lugares más inaccesibles de la factoría de Borgo Panigale, en las cercanías de Bolonia, un recinto secreto sellado por diversas puertas, que por una vez han sido abiertas para enseñarnos todo el proceso de nacimiento de una nueva moto, en este caso la Ducati Diavel.

Antes incluso de que el primer boceto de la moto vea la luz, es necesario que los diversos departamentos de Ducati se pongan en movimiento. Una vez que se decide que una nueva moto va a ser lanzada o que una existente necesita una evolución, hay que acordar muchas cosas, un montón de alternativas que se incluyen en un documento inicial denominado “Brief”. En él se tiene que decidir su posicionamiento, el análisis de marketing y de sus clientes, estudiar sus competidoras, decidir los requerimientos técnicos y, por supuesto, presentar una línea de diseño que es el punto en el que nos vamos a concentrar. Hay una persona que se encarga de liderar el proyecto, que en el caso de la Diavel fue Stefano Tarabusi.

Sigamos paso a paso el diseño de la nueva Ducati Diavel. Una nueva moto no se le encarga a un equipo concreto, sino que se establece una competición en la que intervienen tres equipos que diseñan de acuerdo a lo establecido en el primer Brief. Para hacerlo, el equipo se apoya en un “mood board”, que podemos traducir como planchas de estilo, que muestra otros diseños que pueden marcar la dirección del diseño que se desea.

Hay un equipo encargado de decidir cuál de los proyectos gana el concurso y, aunque la decisión final es de Claudio Domenicale, intervienen en ella diferentes equipos con personas procedentes del equipo de diseño, R&D, marketing, y también un grupo de empleados con mucha experiencia que señalan cosas que a su juicio están mal, algo realmente importante. Este grupo se mantiene además activo en los proyectos hasta casi el final, con chequeos cada tres meses. En proyectos muy importantes, como el de la Panigale V4, más allá de los dibujos se realizan maquetas en 3D con máquinas de «prototipado rápido» con una escala 1:4.

Después de todo este proceso se ha llegado a una única alternativa, en el caso de la nueva Diavel, el proyecto dirigido por Giovanni Antonacci, que es el que se pasará al modelo en clay. En realidad no se trata de una moto de arcilla, ya que la base mecánica ya está bastante desarrollada, y aunque haya muchas piezas internas que no estén definidas completamente y existan zonas huecas, la estructura ya está acabada.

En su día, para crear este modelo se partía de un inmenso bloque de clay, que es un material parecido a la plastilina infantil, pero de uso profesional y muchísimo más costoso. Ahora, al menos en el caso de Ducati, se crea en una impresora 3D una base sobre la que se aplica una capa del espesor suficiente como para poder hacer modificaciones a mano de clay. Este modelo además también se realiza mecanizando desde el proyecto en 3D ya existente. Como comentamos, este es el segundo momento “mágico” para el diseñador. Al fin y al cabo significa que su proyecto ha ganado.

El clay mecanizado, de hecho, no tiene unas superficies suaves y hay que refinarlo, no sólo en los detalles de las formas, sino también en elementos de mayor importancia. En el caso de la Diavel, todas las aberturas de la quilla se realizaron posteriormente al primer boceto en clay. Sobre una foto de este modelo se trabaja en Photoshop, y de ahí se crea una nueva pieza en clay, si es aceptada. Como es un material muy flexible, se pueden realizar grandes modificaciones con enorme rapidez. El proceso de trabajo con la carrocería en clay dura aproximadamente unas ocho semanas, en las que trabajan unas 20 personas. Hay que tener en cuenta que aunque en este momento ya sólo un equipo es responsable del proyecto, en diferentes estadios, cada equipo está trabajando en tres.

Una vez que el modelo en clay se da por definitivo, puede considerarse que el trabajo de diseño ha acabado para iniciar el de producción.

El tercer gran momento para el departamento de diseño es poner la moto definitiva en marcha, y el reto es que sea lo más parecida posible a la primera versión del clay que se ha realizado. Eso significa que el boceto inicial era el óptimo y no ha necesitado recibir modificaciones importantes. Es un mal asunto que el clay haya sido trastocado… En cualquier caso, el penúltimo estadio del proyecto es la maqueta definitiva, con sus materiales, sus colores y las formas finales. En paralelo, los diferentes departamentos de Ducati ponen en marcha los planes de fabricación. La Diavel se presentó en el pasado Salón de Milán en noviembre, y ha comenzado su producción a finales de enero. Pasaron años desde el inicio del proyecto y el resultado acabó siendo el de siempre en Ducati: una moto espectacular y sorprendente para todos. La magia de la marca había vuelto a actuar, pero como has podido comprobar, no sólo se trata de tener a los mejores artistas. Hace falta método, paciencia y muchos medios.

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Esta entrada ha sido publicada el 18 septiembre, 2019 10:40