KTM 1290 Super Duke R 2020: la bestia austríaca
Junto a las KTM 390 Adventure y KTM 890 Duke, KTM presentó también en Milán la nueva generación de su máquina más bestia, más potente y capaz que nunca.
Con la llegada al mercado de motos sin carenado cada vez más extremas, KTM, como unas de las referencias del nicho, se veía obligada a dar un paso adelante para mantenerse, como mínimo, al mismo nivel que la competencia. Y cuando esa competencia está representada por modelos como la Ducati Streetfighter o la Kawasaki Z H2, la tarea no es precisamente fácil. ¿Cómo competir con la naked más potente del mercado?
La nueva KTM 1290 Super Duke R 2020 se sirve de las líneas generales dibujadas por KISKA para que su presencia nos sea familiar casi al instante, reconociéndola sin mayor problema desde cualquier ángulo. Eso no significa, sin embargo, que no se hayan realizado una amplia lista de cambios estéticos y mecánicos para poner en los concesionarios naranjas una máquina completamente nueva. Prueba de ello son los laterales del depósito o el colín al completo, del que no queda ni el subchasis de su predecesora.
Si hay algo en lo que se destaca la Super Duke desde la primera generación, es por su comportamiento en conducción deportiva. A pesar de contar con un manillar alto y una postura relativamente cómoda, es toda una fábrica de sensaciones tanto dentro como fuera de la pista, convirtiéndose en una máquina capaz de llevarte al trabajo o subirte el ritmo de las pulsaciones en un abrir y cerrar de ojos. No es casualidad que en todos sus vídeos promocionales aparezca en algún momento siendo exprimida en circuito.
Con el modelo 2020, KTM puso el acento en el ahorro de peso y el manejabilidad. Y para ello desarrollaron un chasis completamente nuevo, más sencillo y con menos barras pero de mayor diámetro que se alargan de forma paralela al suelo. También el subchasis es de nueva producción, con una mezcla de aluminio y carbono.
Pero el ahorro en peso también llega al interior del magnífico propulsor de dos cilindros y 1301cc, montando válvulas de titanio y un nuevo cárter más ligero. Asimismo, se reajustó todo el sistema electrónico para incrementar el feedback para el piloto, estrenando una nueva generación de control de tracción con un sensor de seis ejes para medir el ángulo de inclinación de la moto. Pensando en el usuario, KTM reprogramó el software para hacerlo más lógico y sencillo de utilizar. Obviamente, incluye varios modos de conducción (rain, street, sport & track, este último opcional).
En total, este trabajo se traduce en 189 kg en seco para un motor que es capaz de desarrollar hasta 180 cv. Delante se monta una horquilla WP APEX de 43 mm (de la misma familia que el nuevo amortiguador trasero) y un sistema Brembo Stylema de cuatro pistones mordiendo dos discos de 320 mm.