Esta 390 también es la primera moto de su clase que equipa una modernísima –y muy completa– pantalla TFT. El nuevo panel se adapta automáticamente a los cambios en la luz ambiente a fin de lograr un brillo y una visibilidad óptimos en todo momento. Además, puede combinarse con la implementación de la solución de conectividad KTM My Ride que se comanda desde el menú ubicado en la piña y, por medio de Bluetooth, permite emparejar cualquier teléfono celular compatible. Este equipamiento refleja directamente en la pantalla TFT la información sobre las llamadas recibidas, mensajes, música, etc. La posición de conducción redefinida permite viajes relajados, así como tomar curvas con mucha precisión. El nuevo asiento de dos piezas ofrece una comodidad sorprendente para largas distancias, apoyo perfecto y una ergonomía de primera línea para el piloto y el copiloto. Las palancas de embrague y de freno ahora se pueden ajustar según las preferencias del conductor.

Entre todas las novedades, una de las más importantes tiene que ver con que el monocilíndrico de 373,2 cc (adaptado a la norma Euro4) cuenta ahora con un nuevo sistema de acelerador electrónico ride-by-wire, que genera suavidad y una respuesta sorprendente en cualquier situación de manejo. Una salida máxima de 44 CV y los apenas 149 kg de peso seco son responsables de su sorprendente relación de peso/potencia.

Un nuevo disco de freno delantero es más grande, de 320 mm, y permite a la KTM ostentar el mejor sistema de frenado de su clase. Combinado con el ABS Bosch estándar –desconectable– de dos canales, garantiza una máxima seguridad activa, con distancias de frenado cortas en cualquier situación de detención.

Es una moto de cualidades dinámicas sobresalientes tanto en lo referente a la parte ciclo como al motor. El tema de las nuevas suspensiones era uno de los aspectos que más intrigaba generaba a la hora de salir a rodar, y el resultado obtenido es todo un lujo. Se ha logrado un compromiso y equilibro total. La pequeña disminución de los recorridos de las suspensiones ayuda a esta sensación, y lo cierto es que en ciudad no se perciben para nada duros (absorben perfectamente las irregularidades), y en ruta a buen ritmo tampoco se los nota blandos (permiten encarar las curvas con gran confianza).

La rapidez con se pueden realizar los cambios de dirección y la notable estabilidad a alta velocidad son otros aspectos destacables. En este ámbito claramente contribuye su chasis tubular de acero en combinación con el compacto basculante de aluminio.

La caja de cambios está perfectamente escalonada y ofrece un tacto muy agradable. Una vez que se engrana la primera velocidad y se suelta el embrague, la suavidad de marcha sale a la luz: las vibraciones no aparecen ni siquiera rodando cerca su máximo de revoluciones. El empuje es lineal y contundente en todo momento. Lo que, unido a su ligereza general, hace que la moto se sienta mucho más poderosa de lo que realmente es. No intimida, pero divierte mucho. Sus cualidades la posicionan como una excelente “moto-escuela” para aquellos usuarios que aspiran a aprender a controlar y disfrutar de una pequeña streetfigther con la idea de, algún día, subirse a motos mayores tanto en lo que respecta al peso como a la potencia.

Si bien KTM Argentina aún no confirmó su fecha de arribo en nuestro país, seguramente durante el transcurso de las próximas semanas habrá novedades. Mientras, la esperamos con las puertas del garaje abiertas para probarla y exigirla en nuestro ámbito.