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Características
Lifan llegó a la Argentina con un amplio catálogo de modelos, 9 para ser exactos, atacando diferentes segmentos de gran demanda. Dentro de ellos encontramos a esta KP200M, una naked urbana inspirada en las famosas café racer pero dotada de tecnología moderna.
Si bien como marca, Lifan puede ser desconocida para algunos, debemos decirles que motos producidas por este importante fabricante chino hace ya tiempo que tenemos en nuestro mercado, pero luciendo otras marcas nacionales en sus tanques. De la mano de Famly, una empresa del sector automotriz con 40 años de trayectoria, ahora llega Lifan como marca con un proyecto a largo plazo y con especial foco en la post venta.
Volviendo a la protagonista de la prueba, podemos decir que se trata de una café racer que toma ciertos guiños del pasado, pero luciendo definitivamente moderna.
Esos “guiños del pasado” son fácilmente reconocibles y utilizados por Lifan de una manera sencilla sin sobrecargar al conjunto innecesariamente. Lo más llamativo y que quizá le imprime la mayor personalidad al modelo son las cintas de cuero a los costados del tanque de la KP200M, tan características de las café racer de los 60. Algo parecido pasa las cachas laterales, en las cuales se pintaban los números que identifican a las motos en las carreras.
Las llantas de rayos cruzados y aros cromados resultan casi “obligatorias” para una moto con estas intenciones, como así también el asiento de una sola pieza que llegue hasta el colín y luzca los clásicos bastones bordados.
La iluminación recurre a una apariencia clásica, dada por la redondez de sus faros principales, pero dotada de la eficiencia de la tecnología LED, modernidad que también podemos observar en la distribución interna de dichos faros. Los intermitentes, no se entiende bien lo que quisieron hacer, con un diseño en forma de flecha que, a mi criterio, no tiene mucho que ver con el diseño general de esta KP200M.
A favor
Funcionamiento de su motor
Iluminación full led
Detalles café racer
En contra
Calidad neumáticos
Ubicación instrumental
Espejos muy expuestos
Definitivamente es una moto para pilotos de hasta talla media, básicamente por la baja altura del asiento, a solo unos 780 mm. Cumpliendo ese requerimiento, resulta una moto cómoda en la diaria con un manillar de puntas caídas pero que no llega a forzar la posición como unos bajos semimanillares (muy utilizados en las café racer), posibilitando una postura erguida.
A veces los fabricantes persiguen tanto la innovación y el diseño que dejan de lado la funcionalidad. Y pareciera que esto le pasó a Lifan a la hora de ubicar el instrumental sobre el tanque, a la izquierda de la tapa de carga de combustible, obligando al piloto a sacar la vista del camino, bajar la mirada, para así poder visualizar el tablero.
La verdad es que hubiese sido más sencillo y efectivo un clásico instrumento redondo al frente, que bien podría haber sido 100% digital y en negativo como este. Por el lado de la info ofrecida, tiene todo lo requerido con velocidad, vueltas de motor, marcha engranada, nivel de combustible, reloj horario y odómetro total y parcial.
Los comandos en las piñas funcionan bien y son de buen tacto, aunque falta el interruptor de balizas. Del lado izquierdo del manillar, Lifan incluyó una toma de carga USB en la KP200M para mantener nuestro móvil siempre cargado. Lindo detalle de los puños, con un diseño clásico.
Los espejos en la punta del manillar, debo reconocer que me gustan y que por su ubicación y tamaño dejan ver a la perfección lo que sucede atrás nuestro, pero son candidatos indiscutidos al topetazo en el tránsito urbano. A tener esto en cuenta.
Ficha técnica
Tipo | Monocilíndrico, 4T |
Distribución | SOHC, 4 válvulas |
Alimentación | Inyección electrónica |
Refrigeración | Líquida |
Diámetro x carrera | 65,5 mm x 58,8 mm |
Cilindrada | 198cc |
Potencia declarada | 18,5 HP a 8.000 rpm |
Torque declarado | 16,5 Nm a 6.500 rpm |
Rel. de compresión | 11:1 |
Arranque | Eléctrico |
Caja | 6 velocidades |
Embrague | Multidisco en baño de aceite |
Transmisión Final | Cadena |
Configuración | Cuna simple de acero |
Delantera | Horquilla invertida |
Recorrido | – |
Trasera | Monoshock |
Recorrido | – |
Delantero | Disco de 300 mm, pinza 2 pistones |
Trasero | Disco de 220 mm, pinza pistón simple |
Delantero | 100/80-17 |
Trasero | 130/70-17 |
Largo / ancho / alto | 2.040 / 755 / 1.070 mm |
Distancia entre ejes | 1.345 mm |
Altura del asiento | 780 mm |
Distancia del suelo | – |
Dep. de combustible | 13 L |
Peso | 151 kg en seco |
Velocidad máxima | 120 km/h |
Velocidad máxima
Para quienes le interese el dato de velocidad máxima, 120 km/h es la velocidad punta que consigue esta KP200M, aunque por concepción es una moto que se disfruta paseando.
Motor
Respecto al motorcito, no sé bien en que me basaba, pero la verdad es que no me esperaba un funcionamiento tan correcto y sereno. Se trata de un monocilíndrico de 200 cc, SOHC de 2 válvulas, con inyección electrónica, refrigeración líquida y caja de 6 marchas. Muy buenas y modernas características para su segmento.
La ficha técnica declara una potencia de 18,5 HP a 8.000 rpm y un par máximo de 16,5 Nm a 6.500 rpm. Si le buscamos el costado más deportivo a este bloque, debemos mantenerlo por encima del medio régimen, momento en el cual despliega lo mejor de sí, con un nivel de vibraciones bastante contenido.
Ahora bien, si el uso que le vamos a dar es de paseo, podemos manejarnos sin estirar los cambios más allá de las 5.000 vueltas, permitiéndonos circular por una avenida a 55/60 km/h en 6ta marcha sin ningún tipo de tironeo y con una serenidad muy destacable.
Con respecto al consumo, la modernidad de este impulsor y la eficiencia propia de la inyección electrónica hacen que la KP200M solo necesite 3.3 lts para recorrer el centenar de kilómetros urbanos. La autonomía es correcta, gracias a un tanque de 13 lts de capacidad.
Para cerrar con el apartado mecánico, buen funcionamiento del matrimonio embrague-caja, con un comando de accionamiento preciso. Ya en un plano subjetivo, muy lindo sonido emitido por su escape, sobre todo a bajas rpm.
Respecto a la parte ciclo, encontramos un conjunto simple pero bien concebido, el cual queda en evidencia con un manejo sencillo y que resulta muy ágil en el transito urbano. El chasis es un cuna simple de acero con el motor como elemento portante, y se asocia a un basculante de caño cuadrado.
Las suspensiones quedan a cargo de una horquilla invertida y de un monoshock con ajuste en la precarga del resorte. La configuración elegida apenitas se inclina hacia lo “deportivo”, sin llegar a serlo por supuesto, pero algo más rígida que por ejemplo una street 150.
Los neumáticos, mientras que el asfalto se mantenga seco, podríamos calificarlos de aceptables salvo que apuremos la frenada y nos peguemos un susto con la rueda delantera. En mojado, condición en que también probamos esta moto, la verdad es que se tornan peligrosos. Literal, son un jabón. De marca Timsun, las medidas son 100/80 delante y 130/70 detrás, siempre sobre estas llantas de rayos cruzados de 17”.
En el apartado de frenos encontramos disco para ambos ejes, con uno de 300 mm mordido por una pinza de doble pistón delante, y otro de 220 mm con pinza monopistón detrás. El desempeño del equipo es bueno pero se ve opacado por la comentada calidad de los neumáticos.
En síntesis, la Lifan KP200M una moto bien lograda desde lo estético, muy llamativa en este amarillo (viene también en gris o azul), y que se percibe de buena calidad. Ya en el plano funcional, debo reconocer que quedé sorprendido por la finura de este monocilíndrico.
Fotos