Éste es un site de motos. Ya lo sabemos. Pero para desarrollar esta nota no podemos dejar de mencionar que China es una de esas potencias que desde su propia línea política intenta dominar el mundo, sus hilos industriales y su competencia comercial. Sus costos de fabricación siempre fueron baratos y, si bien siempre se identificó a los productos provenientes de aquel país como piezas de segundo orden, hoy la cosa es distinta: de tantos años de manufactura, sus creaciones son muy competentes.

En el mismo continente, otra nación con mucho crecimiento en los últimos 20 años (léase BRICS) también es un dolor de cabeza para las marcas japonesas, europeas y -en menor medida- norteamericanas con las que se criaron (nos criamos) los nacidos en el Siglo XX. No hay que hacer un esfuerzo para adivinar que hablamos de India.

El mundo de las motos es uno de los preferidos de ambas industrias. Así éstas se apoderaron de muchos logos de renombre pertenecientes a otros países y también, obvio, instalaron los suyos a lo largo y a lo ancho del planeta.

Qué marcas y modelos chinos se destacan hoy

Los vínculos comienzan con los elementos y modelos provistos por China para marcas de otros países de más historia y renombre. Pero claro, el avance no sólo iba a quedarse en repuestos o piezas en el ensamblado sino en motos enteras. Y un día, la broma se hizo realidad, aunque en un sentido menos literal: China nos invadió. Hay dos posiciones bien marcadas: las marcas de ese país que se muestran como tales y las pertenecientes a grupos chinos disfrazadas de otra cosa. De las primeras, las mejores son:

Voge: la marca tope de gama del grupo Loncin, que cuenta en la Argentina con un abanico súper amplio en cuanto a cilindrada. Sus diseños son de esos que llaman la atención y sus prestaciones no tienen nada que envidiarle a ninguna marca clásica.

CFMoto: nuestro mercado también cuenta con esta insignia que, al igual que Voge, estiró la cantidad de modelos y segmentos a tal punto que, en poco tiempo más, podremos darnos el lujo de comprar hasta una trail de cilindrada media como la 800 MT.

-Zontes: Con una gama de modelos muy amplia en 310 cc (con la Trail como estrella) llegó a nuestro país y enseguida nos mostró que esta marca china es “otra cosa”. Modelos nuevos están llegando (como su primer scooter) y ya todos conocemos las noticias acerca de sus desarrollos en cilindradas mayores.

Haojue: por ahora en baja cilindrada, sus productos de corte masivo son de una calidad muy superior a la media, y ya se encuentra dando sus primeros pasos en la Argentina. Con esta marca hay que hacer un paréntesis, ya que es la encargada de fabricar casi todas las motos de baja cilindrada de Suzuki en el mundo, algo que deja al descubierto que las participaciones chinas también sembraron su semilla dentro de las propias empresas japonesas y europeas.

Las otras son las que llevan un disfraz de su país de origen. Y lo justifican con buenos rendimientos. En nuestro mercado el caso más significativo es el de Benelli, propiedad de Quianjiang Motorcycle, con su nombre italiano y su realidad china, algo que no le impidió liderar un segmento en el mundo entero con la TRK 502.

El mismo grupo acaba de introducir una marca de fundación propia, QJ, en Europa. Otro caso similar de otra marca de origen italiano y que por estos días fue noticia por su inminente desembarco en el país es el de Moto Morini.

En cuanto a vínculos, ya hemos publicado varias notas al respecto. En una de ellas mencionamos los de BMW con Loncin (le fabrica su F 850), los productos del grupo Piaggio con Zongshen, KTM con CF y hasta la propia MV Augusta abasteciéndose de Qianjiang.

¿Y la India?

En silencio, en el sur de Asia, otro país creció tanto en su política industrial de motos que un día poseía a Royal Enfield, una de las marcas (inglesa) más emblemáticas de la primera parte del Siglo XX. La India se lanzó con todo en el mercado de las dos ruedas relanzando modelos clásicos de la marca (lo que hoy es la Classic 350, en base a la J2 de fines de los ‘40) y otros como las Twins 650 o la Himalayan que recorrieron el mundo con un gran nivel de ventas.

Bajaj fue la marca referente y originaria de ese país. Lo que decimos es conocido, pero nunca está de más recordarlo. En nuestro territorio la Rouser NS 200 (conocida en otras partes del mundo como Pulsar) se convirtió en una moto imbatible en su segmento. El éxito de otros productos de entre los 100cc y los 200cc le permitió animarse a la marca incluso a saltar a la producción de motos más potentes, como es el caso de la Dominar D400, pero los vínculos de la insignia son tan importantes como su producción.

Su acuerdo de cooperación para la fabricación de motores con KTM consiste en que la marca austríaca aporte su experiencia en el desarrollo de motores de 125cc y 250cc; Bajaj, a su vez, se encarga de la distribución de KTM y sus elementos en India y el Sudeste Asiático.

El último párrafo se lo dejamos a Hero que es nada menos que el mayor fabricante de motos a nivel mundial. Durante un período mantuvo una fusión con Honda (se cortó en 2015) y la tecnología incorporada durante todo ese tiempo, provino de la marca japonesa. Tampoco podemos olvidarnos de TVS, el otro gigante indio, el cual con su nivel de calidad sedujo a BMW para el desarrollo conjunto de su gama 310 (naked, trail y la nueva deportiva).

Lo cierto en toda esta historia es que ha llegado el momento: las motos chinas e indias ya están a la altura de las tradicionales. Y no sería descabellado pensar que en 20 años, en un mundo totalmente globalizado (como éste) alguien se jacte de tener unaChina China” o “India India” tanto como hoy una “Japón Japón”.

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Esta entrada ha sido publicada el 22 octubre, 2022 15:54