A los mandos llama la atención el ancho y la altura del manillar. Al principio parece un poco exagerado, pero luego nos damos cuenta de que es una posición perfecta con los brazos relajados, la espalda erguida y el mencionado asiento bien mullido. Las estriberas están bajas, en una posición que deja las piernas poco flexionadas. La estrechez del depósito y la altura reducida del asiento (790 mm) permite llegar bien con los dos pies al suelo.

El escueto cuadro de instrumentos está situado en un lugar “años ’70”: en el lateral derecho de la tija superior de dirección, pero muy cercano y nos obliga a bajar la cabeza más de lo recomendable. Es completamente digital y minimalista, pero ofrece abundante información, por ejemplo: cuentarrevoluciones con una escala digital que va recorriendo la parte inferior de la esfera en forma inversa (es decir, de derecha a izquierda), velocímetro, dos parciales y totalizador de kilómetros, temperatura exterior, intervalos de mantenimiento y reloj horario. También repartidos por el exterior de la esfera están los testigos del ABS, presión de aceite, luz alta, neutro, intermitentes, inmovilizador, luz de sobrerrégimen y reserva. El gran ausente es el indicador de nivel de combustible (solo testigo) y también un indicador de la marcha engranada. Un detalle que se suma a los ya mencionados, es el cable del acelerador por arriba, como se usaba antiguamente. Los comandos en las piñas son los utilizados por la marca en otros modelos, de excelente tacto y funcionamiento. Los espejos, de diseño moderno, son correctos tanto en tamaño como en el campo visual que ofrecen.

Las Scrambler son las únicas Ducati con motor Desmo refrigerado por aire en la actualidad. Se trata de un viejo conocido, derivado del de la ya discontinuada Monster 796 (bicilíndrico en L, distribución Desmodrómica, 2 válvulas por cilindro, refrigerada por aire) que en realidad cubica 803 cc y rinde 75 CV de potencia, unos 12 caballos menos que el original. Esto se debe a que la marca buscó dotarla de un carácter mucho más dócil. Este motor lleva un cruce de válvulas más conservador y de menor alzada en sus levas, lo que proporciona un funcionamiento más suave, redondo, silencioso y, al mismo tiempo, una entrega de torque más consistente a medio régimen. El funcionamiento de la caja de 6 marchas es el típico Ducati: preciso y con buen tacto, conectado a un embrague anti-rebote APC, que siempre está dispuesto a evitar cualquier bloqueo de la rueda trasera ante salvajadas en los rebajes. Como dato, no muy relevante para una moto como esta, su velocidad punta está en el orden de los 200 km/h y su consumo mixto en los 6 litros para el centenar de kilómetros recorridos.

Hasta hace pocos meses, la versión Icon que ilustra estas páginas era el modelo más económico de la marca entre los disponible en nuestro mercado (ahora fue “relegado” al segundo puesto luego de la llegada de la Sixty2). En cuanto a diseño podemos utilizar los términos más retro como para definirla, pero siempre un diseño inspirado y que recrea las Scrambler de la primera era. Buena prueba de ello es el faro redondo de diseño clásico, con lente de cristal, halógeno para alta/baja, pero con un aro de luz led para la posición. Los intermitentes también son halógenos y presentan tulipa transparente. El guardabarros de pequeño voladizo en la Icon se ancla directamente a la horquilla. Diseñados específicamente para la Scrambler son los Pirelli MT60 RS (con tacos profundos y goma blanda, que permiten alguna escapada muy light por tierra) montado sobre llanta de aleación ligera y 10 rayos.