Habiendo ya analizado como queda conformado el line-up de Honda con la inclusión de la nueva GLH150, ¿cómo queda frente a la competencia? Y la verdad es que Honda termino siendo el que marcó la cancha con este lanzamiento, ya que hasta aquí el binomio inyección electrónica –  utilitario era impensado.

De esta forma y por el momento, la GLH150 no posee un rival directo, lo que no deja de ser una buena noticia ya que este lanzamiento seguramente marque el comienzo de un proceso de renovación para la categoría y donde los que pretendan ser competitivos deberán apostar a la tecnología.

Diseño

Poniendo el foco puntualmente en la GLH, debemos reconocer que el diseño no se encuentra entre los puntos más altos del modelo. No obstante, con el correr de los días, dadas las satisfacciones que brinda la GLH, uno ya comienza a mirarla de otra manera y hasta que le encuentra su parte bonita.

Fuera de toda broma, quien analice la compra de una moto utilitaria analiza y está pendiente de otras cuestiones, dejando el plano estético algo más relegado. Y como el gusto por un diseño es un tema totalmente subjetivo, lo dejamos a criterio de cada uno.

Iluminación

A nivel iluminación y como para mantener los costos a raya, ofrece tecnología halógena en todos sus faros e intermitentes. Para el trasero y los direccionales (de acrílico fumé) no hay crítica, pero sí para el delantero que no ofrece el desempeño esperado. Anoten esto, porque será una de las pocas cosas que se le pueden achacar a (ya les adelantamos) esta conveniente y racional utilitaria.

Colores y equipamiento

Disponible en tres colores; roja, azul o negra; siempre se combina con algunos detalles en gris y toda la parte ciclo y mecánica oscurecida. Los cromados quedan a cargo del manillar, el protector antiquemaduras del escape y la parrilla portaequipajes. Ya que la nombramos, no podemos dejar pasar lo amplia y robusta de dicha parrilla de serie.

En conjunto con la plaza trasera del asiento, hace posible atar con total seguridad casi cualquier carga a transportar. Para quienes lo deseen, es posible fijar un baúl tipo top case sin necesidad de adaptar ninguna o reforzar nada. Pensada por y para el trabajo.

Otro elemento que es de serie en esta GLH es el caballete central, ideal para realizar tareas de mantenimiento o bien poder estacionar de manera segura y con la moto totalmente derecha.

Si nos ponemos rigurosos, y aunque resulte sencillo adaptarlo, nos hubiese gustado que de serie disponga también con una toma de carga USB o de 12V. ¿Por qué? Sencillamente porque todas las actividades de entrega a domicilio (moto ideal para esto) requieren de una App en el celu del repartidor, por lo que tenerlo siempre cargado es fundamental.

Ergonomía

Si bien es algo que se percibe de inmediato, recién con el correr de los días uno toma real dimensión de la lograda ergonomía de esta moto. Por tratarse de una 150, es más que generosa en sus dimensiones (principalmente de asiento) y es justamente esto lo que beneficiará la comodidad del piloto, sea cual sea su talla.

Así mismo, el eventual o no pasajero disfrutará de la misma comodidad, con una generosa y amplia plaza trasera, y unos pedalines que no fuerzan para nada la postura de las piernas. Pero, sin dudas, el gran beneficiado es el piloto. Y está bien que así lo sea, ya que seguramente pasará varias horas de su día a bordo de su compañera de trabajo.

Salvo por un tapizado que no es lo antideslizante que nos gustaría, el asiento es todo lo que está bien. Tamaño, mullido, formas y dimensiones logran que la experiencia a bordo sea sumamente descansada. Esto es fantástico, pero no sería completo si el tridente ergonómico (asiento, manillar, estriberas) no trabajase en la misma dirección.

Honda lo consiguió, con un manillar angosto y de buena curvatura que recibe de forma natural nuestros brazos, y una posición de estriberas típicamente utilitaria: adelantada no provocando la flexión de nuestras piernas. Ergonómicamente, es un 10 esta GLH.

Instrumental

Frente a nosotros nos encontramos con un instrumental sencillo pero completo, al que solo se le puede criticar una retroiluminación algo pobre, sobre todo de los testigos que hasta incluso de noche cuesta verlos. Tres agujas nos marcan velocidad, vueltas de motor y nivel de combustible.

En el centro, y de forma digital, la GLH150 indica la marcha engranada. Los comandos en las piñas denotan buena calidad y tacto, agradeciéndose el gatillo de passing y echando en falta el corte de encendido y las balizas. Los espejos cumplen bien con su función.

En síntesis, una moto diseñada y construida para trabajar que trae a la inyección electrónica a su categoría. Ergonomía súper conseguida, robustez, bien equipada y un bajo consumo son sus credenciales para dar batalla en un segmento donde el usuario y su actividad es por demás de exigente. Una moto muy racional y honesta en su propuesta.

La GLH 150 no viene a reemplazar a ningún modelo y mucho menos a una muy exitosa y aunque veterana, CG150 Titan. La verdad es que resulta un muy interesante complemento para el line-up utilitario de Honda, siendo más económica y moderna que un CG (por lo menos el que todavía se comercializa en Argentina). A julio de 2021, la GLH 150 tiene un valor sugerido de $220.600 contra los $277.300 que sugiere Honda por el CG150. La GLH 150 es un modelo muy eficiente y «honesto» desde lo que ofrece, y el CG ya no tiene nada que demostrar dada su trayectoria. Sabiendo que ofrece cada una, la decisión es tuya.

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Esta entrada ha sido publicada el 28 julio, 2021 13:23