A grandes rasgos es un scooter de corte urbano que conjuga deportividad sin perder elegancia. De hecho, se trata de un modelo muy atractivo y observado en la calle, incluso siendo de color negro como “el nuestro” (también se ofrece en blanco, plata y gris oscuro). El grupo óptico principal, que no es exagerado en su tamaño, ensaya una forma en “V”, es halógeno y de muy buen desempeño. Se encuentra muy bien integrado al cobertor plástico del manillar y en su parte superior podemos observar el minúsculo –y poco funcional para el piloto– parabrisas fumé. Sobre el pecho del scooter se hacen presentes aristas y bordes filosos que buscan dar una continuidad a las líneas propuestas por el faro principal. A los lados, en forma triangular, se dispusieron los intermitentes halógenos de acrílico. En estos se integraron de manera horizontal y en su parte más inferior la doble tira led para la luz de posición. El guardabarros continúa las líneas ya mencionadas, no es de los de montaje más rasantes al neumático y tiene un acotado voladizo posterior. En las protuberancias que ofician de protección para los barrales de la horquilla hidráulica convencional se fijó la insignia que anuncia el ABS de serie que equipan los frenos. El delantero es de disco simple mordido por una generosa pinza de tres pistones con flexibles mallados.

Un dato importante y que repercute beneficiosamente en el comportamiento dinámico es el rodado de 16 pulgadas, en medida 110/70 adelante, de dibujo orientado a lo sport montado sobre una bonita llanta de cinco rayos dobles.

Los bordes y aristas filosas están presentes sobre el lateral también, redondeando un concepto deportivo muy fluido y elegante. Una muestra de esto es la muy “racing” insignia GTi300 ubicada por debajo de los intermitentes. Sobre la parte interna del pecho, a la izquierda disponemos de una práctica gaveta portaobjetos con cerradura y a la derecha se ubica el tambor de arranque (con dispositivo de seguridad) desde donde también se destraba el alojamiento bajo el asiento. Al centro se fijó un gancho rebatible para colgar bolsas livianas.

El piso es totalmente plano (apto para transportar alguna carga entre las piernas) y de superficie antideslizante. Con respecto al asiento, podemos decir que se trata de un punto alto en la ergonomía del modelo, muy confortable en ambas plazas (sin necesidad de ser extremadamente grande) gracias a sus estudiadas formas y generoso mullido. Además, dispone de un pequeño apoyo lumbar para piloto. El punto negativo lo encontramos por debajo, ya que tiene una capacidad de carga limitada que, aunque dispone de toma 12V, no permitirá guardar allí el casco. Debido a esta escasa capacidad de carga es que la marca optó por proveer de serie al modelo con un baúl top case (que fue extraído en nuestra unidad) para así incrementarla. Nuestro ocasional o no pasajero disfrutará de las bondades ergonómicas del GT, con unas estriberas retractiles amplias, forradas en goma y unas generosas  y robustas asas de sujeción.

Personalmente es el sector trasero el que más me gustó y pienso que le otorga más personalidad a este scooter, con un grupo óptico de gran tamaño, al centro posición y stop halógeno (de gran poder) y con los intermitentes que discurren por el lateral con acrílico fumé y tecnología led. Por debajo encontramos el guardabarros, construido en material resistente a los impactos con el soporte portapatente con luz y reflectivo. El silenciador de escape (de muy contenidos decibeles) no es ajeno a la deportividad y no pasa desapercibido, ya que luce un recubrimiento plástico bitono (negro y gris) y una tapa final cónica. La suspensión está a cargo de un juego de amortiguadores hidráulicos con regulación de precarga en los resortes, mientras que el frenado es mediante un disco mordido por una pinza de doble pistón con ABS. Con respecto al caucho, monta un neumático en medida 140/70 16”.