La Ceccato de nuestros tiempos recibe cómodamente a pilotos de talla media/media-alta, básicamente por sus características ergonómicas: asiento bajo, estriberas altas y manillar bajo. Dicho tridente concluye en una posición de conducción que dista de ser la ideal, pero que será muy valorada por los seguidores de lo vintage. El único marcador presente es una esfera para el velocímetro que en su interior alberga: odómetro total y parcial, el testigo de neutro y luz alta, y un indicador digital de marcha engranada.

Los testigos de los intermitentes se ubicaron en la tija de dirección junto a la llave de contacto. El manillar es ancho y bajo, con comandos de calidad promedio. Cuenta con arranque eléctrico, pero no así con interruptor corta-contacto. El cebador es mediante la clásica leva ubicada directamente sobre el carburador. Como accesorio, se incluyó una toma USB para la carga del celu durante el viaje, un detalle que quizá tiene poco que ver con el espíritu del modelo. Totalmente complicados resultaron los espejos, difíciles de regular. Sin duda se buscó que fueran clásicos y bonitos, pero de la funcionalidad nadie se acordó.

El monocilíndrico de la nueva Ceccato se adaptó al siglo XXI y es ahora un 4 tiempos de 149 cc, refrigerado por aire y alimentado por carburador. De arranque a pedal o eléctrico, el mismo es rápido mediante el cebador. Eroga una potencia de 15 CV a 8.500 rpm, suficiente para moverse alegremente en el tráfico urbano. Debemos reconocer que nos sorprendió gratamente su funcionamiento progresivo y sereno, con presencia de algunas vibraciones solo en el alto régimen. La caja de 5 marchas aprovecha las cualidades del mono, cuenta con un comando con talonera, pero es algo duro de accionamiento y largo recorrido. El dato de consumo declarado por fábrica es de 2,1 litros en promedio para recorrer el centenar de kilómetros. Por su parte, la velocidad final está en el orden de los 110 km/h, una cifra razonable pero lejana de los 140 km/h declarados por la marca.

La simpleza y la antigüedad del chasis, las suspensiones blandas y sus solo 108 kg en vacío no son contras a la hora de moverse por la ciudad, por el contrario. Ahora bien, si circuláramos por autopistas o tramos veloces, deberíamos hacerlo con precaución. Además, hay que recordar que su parte ciclo no fue diseñada para eso.

Los frenos con un disco adelante y tambor atrás resultaron suficientes para las prestaciones e intenciones de la Ceccato. El delantero aporta seguridad y es de sencilla dosificación. El trasero cumple su cometido, pero el tipo de palanca adoptado no es el que mejores sensaciones transmite.