Subirse a la TNT 300 no representa inconvenientes para ninguna talla de piloto, si bien los 795 mm de altura al asiento no son pocos para una 300, que sea estrecho hace posible pisar con las plantas de los pies. Sobre la moto se sentirá cómodo cualquier piloto, ya que ofrece medidas generosas pero a la vez muy compactas. El cuadro de instrumentos es del tipo mixto, tacómetro analógico junto a una pantalla LCD que informa: velocidad, nivel de combustible, hora, km totales y parcial, y temperatura del refrigerante. En el lado opuesto se ubican los clásicos testigos luminosos. Solo adeuda un indicador de marcha engranada. Tanto comandos, manijas como puños son de correcta calidad y funcionamiento. Los espejos, por su parte, se regulan fácilmente y ofrecen una visión adecuada.

La postura no nos termina de convencer para el uso diario debido a la ubicación retrasada y alta de los pedalines tanto para el conductor como para el pasajero. Este no sería un problema, si se tratase de una “R”, pero en una naked de uso urbano, no es lo más aconsejable.

La maniobrabilidad es una de sus cualidades, es liviana (183 kg), cuenta con un amplio radio de giro que permite hacer cambios de dirección y “ratonear” en medio del tráfico fácilmente.

El sistema de escape con embellecedor final de aluminio ubica el silenciador en posición baja y central, lo que beneficia directamente al reparto de pesos y al bajo centro de gravedad. Sin dudas, el sonido emitido por este sistema está dentro de los puntos más altos de la moto: ronco pero de contenidos decibeles, me recordó directamente a un bicilíndrico de 800 cc de origen germano. Una delicia y una sinfonía para el oído que invita a enroscar el puño derecho.

La Benelli TNT 300 cuenta con un bicilíndrico en línea de 4 válvulas por cilindro, refrigeración líquida y alimentado por inyección electrónica. Declara una potencia máxima de 38 CV a 12.000 rpm y un torque de 2,75 kgm a 9.000 revoluciones por minuto lo que refleja que es una moto que se pone divertida en lo alto del cuentavueltas. Al poner en marcha el motor se resaltan sus virtudes, con una ausencia total de vibraciones y ese adictivo ronroneo que se acentúa al acelerar. El dato de consumo no lo pudimos verificar y la marca tampoco lo declara, pero creemos que la autonomía no debería ser un problema ya que el motor no necesita girar excesivo en vueltas para circular alegre, y más con un tanque de suficiente capacidad. La TNT 300 acelera sin titubeos desde cero subiendo el cuentavueltas hasta la línea roja para alcanzar la velocidad máxima que en condiciones óptimas supera los 160 km/h, una buena cifra para una 300. La caja de 6 velocidades muy bien escalonadas, de comando corto y preciso, permite exprimir las bondades del bicilíndrico.

La configuración de fábrica elegida por la marca para las suspensiones es la indicada para las prestaciones y el uso de una moto de estas características. Con una horquilla invertida de barras de 41 mm y un recorrido de 135 mm, sin posibilidad de regulación, ofrece un andar confortable en ciudad y seguro a altas velocidades, con un correcto apoyo de la rueda delantera. Por su parte, el vistoso amortiguador trasero en posición lateral permite con sus múltiples regulaciones modificar su comportamiento de acuerdo con el peso o estilo de manejo.

Los frenos son otro acierto de este modelo italiano, con dos cálipers delanteros que muerden con decisión sendos discos, pero que a su vez resultan de sencilla dosificación. El trasero también hace gala de un muy buen poder, y es aquí donde debemos ser precavidos para no provocar bloqueos indeseados. Los neumáticos son de correcta medida y se desempeñaron decentemente, pero en una moto de estas características hubiéramos preferido unos de calidad superior.