Subirse a un Vespa es toda un experiencia de por sí y quizá sea el Classic el más representativo del portfolio, incluso en su condición de entrada de gama. Las dimensiones generales y el bajísimo peso del conjunto hacen que este scooter sea ideal para pilotos de hasta talla media, sin discriminar género. El asiento partido de esta versión Elegante (forrado en finísimo cuero marrón) es todo lo confortable que se puede esperar, con una gran superficie y mullido tanto para piloto como acompañante. Ambos sillines están montados de manera solidaria, al descubrir el hueco bajo-asiento estaremos levantando ambas plazas. El espacio allí es suficiente para un casco tipo Jet y alguna pequeña cosita más. Para los elementos de uso más común contamos con la gaveta (donde se lee la única insignia “Elegante”) en el contraescudo, de buena capacidad pero que lamentablemente no cuenta con una barandilla que sostenga dichos elementos como así tampoco con una toma de carga USB, un accesorio muy común y útil hoy día y presente en scooters de mucho menor precio que este.

Un buen detalle es que la apertura de esta gaveta se puede realizar en cualquier momento con solo presionar la llave de contacto. El diseño de esta carrocería beneficia el espacio de las piernas con un piso bajo en detrimento de uno plano pero que hubiese sido más alto. No obstante, la protuberancia central del piso cuenta con superficie antideslizante para que sea más sencillo transportar alguna carga entre nuestras piernas. Como ya dijimos, el espacio es bueno para los pies del piloto y el acompañante cuenta con unas compactas plataformas también de superficie antideslizantes. Extrañamente este VXL no cuenta con gancho para bolsas. La parrilla trasera hace las veces de asas de sujeción y permite atar algún bulto en caso de ir en solitario.

Cómodamente sentados en su distintivo asiento, tenemos frente a nosotros un cuadrante analógico para el velocímetro que alberga en su interior un pequeño display que reúne la información de nivel de combustible, odómetro + dos trips y reloj horario. Lo justo y necesario. Los comandos son de una calidad visual, tacto y funcionamiento exquisitos, de lo mejor. Hay que decir la verdad, desentona un poco el tirador del cebador. Los puños mantienen la calidad general, con la marca grabada y de grueso grip; al igual que las manetas de freno en aluminio. Los espejos no podían dejar de ser los clásicos redondos y cromados, de sencilla regulación y correcta visión.

¿Hacen falta más de 150 cc para moverse a velocidades legales por las grandes y colapsadas ciudades? La respuesta es no, definitivamente. Desde ya, no esperemos aceleraciones para el infarto o recuperaciones instantáneas, para eso se ofrecen otros scooters de mayor porte y que permiten también alcances interurbanos. Sin embargo, la nobleza de estos motorcitos nos devuelve mantenimientos de costo contenido, consumos de combustible irrisorios y, en consecuencia, un bajísimo impacto ambiental.

No hay con que darle, el scooter es el vehículo más eficiente para quienes transitamos a diario la ciudad. En este aspecto la línea VXL de Vespa se impulsa mediante un monocilindrico de 155 cc, 4 tiempos (atrás quedaron los hermosísimos 2T), SOHC de 3 válvulas, carburador y refrigeración forzado por aire. La puesta en marcha se realiza mediante el cómodo pulsador eléctrico o mediante la clásica patada. El uso del cebador solo será requerido en los días más fríos y por un corto tiempo, ya que con un mínimo de temperatura a este motorcito le alcanza para no detenerse y obtener una marcha fluida.

La transmisión es del tipo variable y continua (CVT), de un funcionamiento suave y no se perciben patinamientos ni trepidaciones. El nivel de vibraciones está dentro de lo aceptable, siendo más agradable a velocidades constantes. Respecto del consumo, registramos 2,8 litros para recorrer el centenar de kilómetros, sin hacer la conducción más “eco” posible. Teniendo en cuenta esta cifra y los 8 litros de capacidad del depósito, la autonomía debería ser cercana a los 300 km, más que suficiente. Sin ser tan importante, la velocidad máxima es de 100 km/h, también suficiente para realizar un tramo de autopista sin estorbar.

El frenado es de lo mejor de este Vespa y por su poder se codea sin ruborizarse con exponentes de marcas japonesas. Con un disco delantero de 200 mm y un tambor trasero de 140 mm y sin frenadas combinadas, este Classic VXL 150 Elegante se detiene de manera correcta con una sencilla dosificación en las palancas. El disco otorga el poder al sistema, mientras que el tambor acompaña eficazmente. Las cubiertas de marca MRF son de lo mejorcito proveniente de India.

La suspensión delantera está a cargo de un monobrazo asistido por un amortiguador hidráulico de doble efecto mientras que la trasera también recurre a un monoamortiguador. El esquema de suspensiones y el monocasco de acero dan como resultado un conjunto confortable en asfaltos parejos. Los cortos recorridos de suspensión, como en todos los scooters, y el caucho de 11 pulgadas adelante serán los aspectos que no debemos olvidar para mantener un manejo agradable y, sobre todo, seguro.