Montarse a la NS nunca fue un problema ni lo será ahora para ninguna talla de piloto. Se trata de una moto muy lograda ergonómicamente y que recibe con comodidad a casi cualquier tamaño de rider. El ya conocido y completísimo tablero de instrumentos cuenta en el centro con un cuentavueltas analógico que integra un pequeño display digital de segmentos para el nivel de combustible. A la izquierda del cuentavueltas, un panel reúne los clásicos testigos luminosos e incluye uno muy útil que nos avisa que tenemos desplegado el pie de apoyo (de fácil accionamiento). Completa el cuadro de instrumentos una pantalla lcd que informa velocidad, km total, dos parciales y hora. El gran faltante es el indicador de marcha engranada. Los comandos son clásicos en su ubicación, de excelente tacto y funcionamiento, y con retroiluminación en sus indicadores.

Los espejos bien podrían haber sido una acertada renovación para esta versión 2017, pero lamentablemente no lo fue y la NS sigue padeciendo de una precaria visión hacia atrás. Todo lo referente a la conseguida posición de manejo que siempre ostento la NS no se vio modificada e invita a pasar largas horas a bordo, con los brazos que encuentran de manera muy natural los semimanillares con los codos levemente flexionados, la espalda erguida y una flexión de piernas confortable.

El impulsor no presenta cambios salvo por el renovado sistema de combustión que le aporta mayor eficiencia y limpieza en la emisión de gases. Sigue siendo de alimentación carburada y quedando así solo el “mono” a inyección para la RS. Recordemos entonces que se trata de un monocilíndrico de 199,5 cc que entrega unos muy rendidores 23,5 CV a 9.500 rpm que son capaces de dispararla hasta los 140 km/h, con refrigeración líquida, sistema de triple bujía (mejor combustión y eficiencia en el consumo de combustible) y 4 válvulas.

Al dar arranque (solo eléctrico) no presenta vibraciones. Algo que luego pudimos verificar a cualquier régimen de giro de motor. Esta merma de las vibraciones tan características en los monocilíndricos está dada, en parte, por la refrigeración líquida que proporciona un efecto amortiguador al reducir el ruido del motor y, como ya sabemos, aumentar la vida útil del mismo y evitar que se produzca pérdida de potencia debido al sobrecalentamiento. Este motor es de funcionamiento lineal y muy progresivo en la entrega de potencia. Asegura un comportamiento deportivo o muy dócil en la ciudad, ayudado en gran medida por el correcto escalonamiento que ofrece la caja en sus 6 velocidades, caja que presenta un comando de accionamiento corto y preciso. La autonomía se ve sólo penalizada por los escasos 12 litros del tanque, ya que el consumo es más que austero y se necesitan unos 3,5 litros para recorrer el centenar de kilómetros en uso mixto.

Monta un chasis perimetral construido en acero estampado a presión que permite un preciso y ágil control a alta velocidad y estabilidad en curvas. Es en curvas donde muestra una parte ciclo de las más equilibradas, gracias al correcto setting de la horquilla y al monoshock trasero que muestran una configuración orientada a lo deportivo sin llegar a ser molestas para el manejo urbano. Como dato a tener en cuenta, los recorridos de los hidráulicos tampoco fueron modificados con respecto a la versión precedente. La precisión y el desempeño de los frenos son destacables, ofrecen excelente mordida y buen tacto sin importar la velocidad, no evidencian fatigas prematuras y transmiten confianza en cualquier situación.